Escuderos crecidos

Análisis de Westbrook y Stephenson

Escudero: hombre que antiguamente se ocupaba de asistir y atender a un señor o persona distinguida. (Definición RAE). Lo resalto, asistir y atender a una persona distinguida. Hay cuatro equipos en competición ahora mismo, y en mi opinión de esos cuatro, hay dos en los que aún hay que refinar la cadena de mando para que cumplan el máximo potencial del grupo. Esos equipos son Indiana Pacers y Oklahoma City Thunder, que no pueden presumir de un líder, con todas las letras, o de un esquema de equipo por encima de todo.

Ya sé que este artículo puede sonar a oportunismo barato, pero hay ciertas cosas que resaltan todavía más en los momentos difíciles de la temporada. Y es que si para ganar necesitas a un grupo de calidad, con normalmente tres jugadores de nivel All-Star, hay situaciones en las que hay que elegir cuál de esos jugadores debe tomar las riendas y sacar al equipo adelante. No necesariamente el mayor anotador pero sí el hombre, o mujer, con las cualidades necesarias para liderar a sus compañeros debe demostrar que en los momentos duros, va a estar ahí.

Porque el actual grupo de Miami no ganó hasta que Wade, en un enorme ejercicio de humildad, dio un paso atrás reconociendo que su tiempo como «persona distinguida» de un equipo campeón había pasado, y Michael Jordan no llegó a lo más alto hasta que se formó un gran equipo a su alrededor. En Indiana, tanto Lance Stephenson como Russell Westbrook, en Oklahoma, este último en mayor medida, asumen mucho protagonismo, esto es bueno en muchos momentos, pero perjudicial para su franquicia en otros.

Russell Westbrook, el presumible segunda espada de Durant, flamante MVP de la NBA, pero que es tan criticado por sus continuas malas decisiones en el campo, ya sea por pérdidas innecesarias o por puro egoísmo en la selección de tiro… No hace falta extenderse mucho en valorar su juego, todos lo conocemos, tan dinámico como alocado y tan inspirador en algunos momentos como deprimente en otros. Alterna semanas o meses de juego efectivo con partidos en los que se juega los últimos tiros sin dejar correr el reloj de posesión y con absolutas mandarinas.

Westbrook-SomosNBA

No sería tan grave si fuese un anotador compulsivo más con bajo IQ en el campo, pero es el segundo pilar de un ‘contender’ de los grandes, siendo base tiene que suplir de balones a un jugador de 30 puntos por partido como KD y nutrir a los interiores para integrarlos en el juego. Todos queremos a un Westbrook como contra los Clippers, menos tiros, mucho acierto y casi un triple-doble de media. Quizá que KD y Brooks no tengan una gran experiencia ganadora, hablando de anillos, hace que les sea más difícil meterlo en vereda, pero deben hacer un esfuerzo por integrarlo mejor.

La solución podría ser contratar a un gran tirador que podría liberarle de mucha presión anotadora, un Afflalo o JJ Redick con el que conformaría una línea exterior temible. Su tremendo físico le permite defender a un gran nivel y en su equipo todos le profesan un gran respeto, es un excelso competidor y hasta puede discutir de tú a tú con Durant en cuestiones de vestuario, pero debe decidir si quiere ganar él o que ganen todos. Remontar el 2-0 pasa por su cabeza.

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Por otro lado, tenemos a un equipo muy prometedor como los Indiana Pacers que tiene otro de esos jugadores imprevisibles que tanto te resuelve un partido como te provoca una crisis en el vestuario en cuestión de segundos. Lance Stephenson es un escolta tan polémico fuera de la cancha como brillante en ella. Otro hombre con capacidad para aportar en todas las facetas del juego pero que a veces acapara el balón en un equipo con jugadores de la talla de West, George o Hibbert (a su mejor nivel).

Dejando a un lado los problemas extradeportivos, es claramente uno de los escoltas con más futuro de la liga. Su capacidad atlética y ofensiva casi le hacen ser All-Star esta temporada y entra en todas las quinielas para superarse año a año. Larry Bird apostó por él cuando todos veían a una personalidad vanidosa y peligrosa, le salió bien. La pregunta reside ahora en su capacidad para mejorar y sumar en intangibles sin salirse de su rol.

«Lancelot» debe contribuir a la circulación de balón y no frenarla, y, ante todo, desterrar los fantasmas de su época de ‘high school’ cuando hacía la guerra por su cuenta partido tras partido. Lo está mejorando con la experiencia, pero se le han visto momentos en los que buscaba exhibiciones individuales innecesarias que pueden perjudicar a su equipo en los peores momentos. Sus esfuerzos en defensa también deben centrarse en no ser rebasado por su defensor más que en la búsqueda de un robo y contraataque. Tiene desparpajo pero quién sabe si demasiado…

Vogel y George, menos consagrados que Brooks y Durant, deben recibir ayuda de la leyenda, Larry Bird, para forjar una cultura de esfuerzo y competitividad que ponga al servicio del equipo el talento de cada jugador. Fórmula lógica pero complicada de implementar y que, al fin y al cabo, es a lo que te aferras para ganar anillos. Siempre desafiante contra sus rivales pero debe ser capaz de adaptarse a cada situación en busca del triunfo final.

«Quiero hacer que a Wade le reviente la rodilla»

Por contra, tanto Miami Heat como San Antonio Spurs cuentan con una clara jerarquía en el vestuario que les permite afrontar con ciertos automatismos grupales las situaciones apretadas. No es un balón a Lebron/Duncan y que inventen, es más una jugada en la que a través del movimiento del equipo, sabes que las estrellas van a acabar con el balón en sus manos en una situación de ventaja en los momentos ‘clutch’. Tanto Popovich como Lebron son los grandes líderes de sus vestuarios que bien pueden ser apoyados por Wade, Parker o Manudona en pro de una suma de esfuerzos.

Esto no quiere decir que los otros jugadores estén sólo para dar el pase o bloquear a la/las estrellas pero si tienes al mejor anotador del mundo en tu equipo y necesitas puntos rápidos, ¿por qué no trabajar para que la jugada pase por él? Todo equipo necesita a un Danny Green en el equipo, que sepa lo que hace bien y lo potencie, aunque también es cierto que es también muy importante tener en tus filas un agitador de partidos. Pero llegado el momento, todo escudero debe saber elegir, siempre con el beneplácito del entrenador o del líder, cuándo tomar las riendas y cuándo poner el colectivo por encima de todo, que se lo digan a Steve Kerr y Michael Jordan… A veces salta la banca por quien menos te lo esperas.

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