Los Indiana Pacers están dispuestos a llegar de una vez por todas a las Finales de la NBA y han empezado con mucho movimiento en este mercado de fichajes, buscando piezas de rotación que complementen a los grandes jugadores que tienen en el quinteto inicial. Una de esas incorporaciones ha sido la de C.J. Miles, ex-jugador de Cleveland Cavaliers.
El escolta era agente libre sin restricciones después de que finalizara su anterior contrato con los de Ohio y había estado negociando con diversas franquicias en busca de la mejor oferta. Uno de los que sonaron inicialmente fueron los Thunder, pero finalmente han sido los de Indiannapolis los que se han llevado el gato al agua, aunque para ello le han tenido que ofrecer 18 millones a cobrar durante las próximas cuatro temporadas.
Miles es un consumado hombre de banquillo en la NBA, un microondas de perímetro que aporta grandes dosis de anotación en momentos puntuales, uno de los puntos flojos del banquillo de los Pacers la última campaña. Con él, junto a los fichajes que también han realizado hoy mismo de los rookies Shayne Wittington y Damjan Rudez, los Pacers adquieren una profundidad de banquillo con la que no han contado estos últimos años.
Miles viene de firmar 10 puntos por partido en los Cavaliers jugando unos 20 minutos por noche. Un revulsivo que además anota con solvencia, promediando el último año un 85% en tiros libres, un decente 43.5% en tiros de campo y un notable 39% en tiros de tres puntos. No llega para convertirse en el sexto hombre del año ni para hacer sombra a las estrellas de la franquicia, pero es un anotador hábil que puede dar un paso al frente cuando su equipo le necesite.