Kawhi Leonard y el Larry O’Brien

Curiosa anécdota sobre la personalidad de Kawhi

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El Larry O’Brien, trofeo de campeón de la NBA que recibe ese nombre en honor al que fuera comisionado de la liga entre 1975 y 1984, está de gira mundial con los Spurs, acercándolo a las localidades natales de algunos de los jugadores que han hecho posible la consecución del campeonato. Y después de pasar por Argentina, New Hampshire, Australia, New York y Brasil, el trofeo fue a parar a California, lugar de origen del MVP de las Finales, Kawhi Leonard.

Durante dicha gira, Manu Ginobili, Matt Bonner o Danny Green, algunos de los poseedores del trofeo por unos días, han paseado el mismo a lo largo y ancho de sus comunidades, mostrándoselo a la gente con la que se crió, y generando en cientos de niños los sueños de algún día poder tocar ellos mismos ese trofeo. Pero en su llegada a California, de los tres días que ha estado en el Estado, en dos no ha salido de la habitación de Kawhi. ¿Por qué? El motivo, muy en la línea de su personalidad: no ha tenido tiempo, pues ha estado muy ocupado entrenando. He aquí la historia, destapada originalmente en utsandiego.com:

Y es que, para los que conozcan en profundidad a Leonard, es un completo obseso del trabajo, y en sus ansias por mejorar y ser cada día más protagonista del futuro de los San Antonio Spurs, ha dejado un tanto de lado sus obligaciones respecto al trofeo.

«Yo solo soy un tipo discreto. Estoy feliz por haber ganado el título, es lo que me importa. El trofeo ni siquiera me preocupa.»

En su vuelta a casa se encontró con D.J Gay, base titular de la Universidad de San Diego State en el periplo universitario del ahora jugador de los Spurs, y confirmó que, pese a la fama y su nueva posición, Kawhi no ha cambiado lo más mínimo:

«Sigue siendo el mismo tipo callado y tímido que solo quería estar en el gimnasio que era cuando lo conocí. Siempre, siempre quería ir al gimnasio a entrenar.»

«De hecho le pregunté si desde que volvió a California se ha divertido, y me dijo algo como «Me divertí un poco a mi vuelta, pero ahora es hora de volver a trabajar, y voy al gimnasio dos o tres veces al día.»»

«Simplemente él es así. Lo que le hace feliz es mejorar como jugador. No el dinero, no los coches lujosos y todo eso, eso le da igual. Estar en el gimnasio y ser capaz de competir cada noche contra los mejores jugadores del mundo, eso hace a Kawhi feliz.»

Cuando Kawhi llegó al único evento que realizó con el trofeo, una visita a su campus con el mismo, lo hizo conduciendo su Chevy Malibu, coche que ya tenía en la Universidad a pesar de que una vez dio el salto a los profesionales familia y amigos le convencieron de comprarse un Porsche, vehículo más adecuado a su nuevo estatus.

«Ese es Kawhi» Sentenciaba D.J «Por eso es tan bueno.»

«Es un buen coche», afirma el jugador. «No consume demasiado, y un buen coche si no quieres llevar uno lujoso.»

Una vez ya en el evento, le fue preguntado a Kawhi que sentía al ver como los niños de su localidad le veían poco menos que como un héroe, un modelo a seguir. Este, en su línea, dio una sobria respuesta:

«Que los chicos vean a un jugador de la NBA en persona es una gran experiencia para ellos. Cuando yo crecí no tenía un héroe local.»

Una de las campistas, una niña de 8 años, preguntó a Leonard sobre si jugar en la NBA fue siempre su sueño:

«Jugaba al baloncesto a vuestra edad porque me divertía hacerlo, y aún lo hace. Me encanta jugar, me apasiona.»

Otro de sus amigos, en este caso uno de los más cercanos a Kawhi en el instituto, volvía a enseñar cuan especial es un tipo como Leonard en una liga como la NBA:

«Cuando lo veo siempre se me olvida cuanto dinero tiene. Lo olvidas porque no vive como si lo tuviera, no presume de ello.»

«El dinero está muy bien, pero él nunca habla de ello. No es como si jugara por ser rico. Juega por ser el mejor. Dicen que el dinero cambia a las personas, pero afortunadamente Kawhi sigue siendo el mismo. Supongo que es parte de su personalidad.»

«Kawhi vive a 15 minutos, quizá 20 con tráfico, del centro de entrenamiento de los Spurs», afirmaba su madre. «Y cuando volvió, me dijo que quería cambiar de casa para vivir a 5 minutos del gimnasio. Y está buscando nuevo apartamento.»

Y ese es, en resumen, Kawhi Leonard. Un jugador que se ha convertido en una estrella inesperada, y sin embargo vive el día a día con la única motivación de seguir trabajando. No hay muchas personalidades así en la mejor liga del mundo, a pesar de que a las franquicias les encantaría, así que los Spurs, una organización que lleva 15 años en la cima deportiva gracias a trabajo y evolución, tienen mucha suerte de contar con él. Una simbiosis perfecta, como si el destino hubiera decidido unir en 2011 al chico con la franquicia que mejor encajaba con su forma de ser. Quizás así fuera.