Trevor Booker, nueva vida en SLC

Se ha adaptado muy bien a su nuevo hogar

Hoy en día, las noticias de traspasos de  jugadores (pertenecientes a cualquier disciplina deportiva) copan las portadas de los principales rotativos dedicados a los deportes. Pero muchas veces, la gente de a pie no alcanza a comprender todo lo que implica el hecho de ser traspasado o el firmar con otro equipo. Tanto para el jugador cómo para su familia supone un cambio total en su vida diaria. Nueva ciudad, nueva vida cómo dicen algunos. Y el nuevo ala-pívot de los Jazz, Trevor Booker, no es ninguna excepción.

El jugador, nacido y criado en Carolina del Sur (jugó en la Universidad de Clemson, situada en ese mismo estado) vivió el primer gran cambio cuando fue drafteado el 2010 por los Minnesota Timberwolves en el vigésimotercer lugar del mismo. Sin embargo, esa misma noche sería traspasado a los Washington Wizards. Desde entonces y por cuatro años, Trevor estuvo en el equipo capitalino, hasta su firma con los Jazz este verano por una temporada con opción a otra.

¿Y qué ha supuesto para el bueno de Trevor su firma con los Jazz? En primer lugar hay que tener en cuenta que Washington y Salt Lake City están en lados opuestos de Estados Unidos y por ello Booker y su familia han tenido que mudarse, desplazándose más de 3300 Km del que hasta ahora había sido su hogar. También supone llegar a un lugar totalmente nuevo y la necesidad de encontrar un lugar en una comunidad hasta entonces ajena. Este es un tema que pese a parecer casi estúpido, hace que algunos jugadores aprecien mucho la posibilidad de tener estabilidad en la franquicia a la que pertenecen para así poder mantenerse en una misma ciudad durante su carrera deportiva.

Sin embargo, la adaptación no parece haber sido un problema para el nuevo jugador del equipo mormón. Tanto él cómo su familia se mudaron con una sorprendente velocidad cuando la firma de su nuevo contrato se hizo oficial y, además, ha demostrado ser una persona muy activa en la comunidad.  Un buen ejemplo de ello fue su reciente campaña benéfica «Booker’s Breakfast Assist» (Asistencia de Desayunos de Booker en español) en la que el jugador, además de introducirse en la comunidad de la capital mormona, siguió dando patrocinio a una de las cosas que más le gustan en el mundo, los cereales (el propio jugador ha declarado que le encantan y que llega a tomar más de 20 tazones de ellos a la semana). El jugador, muy comprometido con los más necesitados y que planea abrir su propia fundación benéfica en el 2015, consiguió recaudar una gran cantidad de donaciones de cereales que serán entregados a aquellos que no tienen tanta suerte. El propio jugador declaró:

«Creo que es verdaderamente importante hacer cosas como esta. Es importante hacer notar a los fans que son muy importantes para nosotros y además, quiero contribuir a la comunidad en todo lo que me sea posible.»

También parece estar bien integrado en el equipo ya que, pese a no haber disputado todavía ningún encuentro con la camiseta de los Jazz, Booker lleva entrenando con sus compañeros desde el inicio de la pretemporada, en la que ha hecho especial hincapié en mejorar su juego en el perímetro. Ha estado trabajando con todos sus compañeros durante el verano en Santa Barbara y ahora, a dos semanas del inicio del Training Camp, él y sus nuevos compañeros están preparados para la acción.