El 22 de febrero de 2013, se produjo lo que esperaba que fuera una revolución en la NBA: la introducción de camisetas de juego con mangas. Sin embargo, a pesar de que al principio se presuponía que no gustarían a todo el mundo, el resultado ha sido peor de lo esperado. Si bien es cierto que las mangas no tienen incidencia en el juego, muchos jugadores no acaban de sentirse completamente cómodos.
Así pues, a finales de la temporada pasada, el actual comisionado Adam Silver afirmó que consideraba la posibilidad de poner fin a las camisetas con mangas después de las innumerables críticas recibidas, tanto por parte de los jugadores como de los fans, pues tampoco han resultado ser tan exitosas en ventas como se esperaba. La cola de críticas era enorme: Dirk Nowitzki, Mark Cuban, Beno Udrih, Robin Lopez, Stephen Curry… Y más especialmente LeBron James. No obstante, aún no hay noticia alguna de que al fin las vayan a retirar.
Ahora, de acuerdo con Yahoo! Sports, una fuente de UniWatch les ha comunicado que «las camisetas NBA con mangas no se están vendiendo bien». Sin duda otra evidencia del fracaso. Por otro lado, por lo general cuando los fans las compran no lo hacen con vistas a jugar con ellas, sino por moda.
Volviendo a los jugadores, las quejas no las provoca que les molesten para tirar, de hecho no tuvieron impacto alguno en las estadísticas de porcentaje de tiro. Esa no es la cuestión. El problema es que los jugadores están acostumbrados a una rutina determinada. Crecieron como jugadores con las camisetas de siempre, por lo que el cambio fue mayor de lo esperado. Algo similar sucede en los seguidores del baloncesto. Estamos tan acostumbrados a jugar o ver partidos con las camisetas tradicionales que muchos aficionados rechazan las camisetas con mangas por tradición.
Por tanto, si los jugadores no se sienten cómodos y si la liga no está logrando obtener el rendimiento económico deseado con estas camisetas… ¿No tendría más sentido aceptar el error? Por el momento, parece que no.
