El traspaso de Andrew Wiggins, el número 1 del Draft, a cambio de Kevin Love fue un fichaje que a parte de ser joven puede dar mucho de que hablar debido a su juventud y a su capacidad de mejora en las temporadas que tiene por delante dentro de la NBA. Es uno de los rookies que todos los equipos quisieran tener, y en el que van a estar puestos muchos ojos la temporada que viene.
La gente se pregunta si Wiggins tiene algún tipo de presión por destacar y ser uno de los baluartes de los Wolves, pero en sus declaraciones al Dime Magazine dice que no siente ningún tipo de presión pues ya la tuvo por destacar en su instituto y en su etapa universitaria en Kansas, por lo que ahora ha aprendido a controlar esos nervios y a no tener presión por demostrar que clase de jugador es. De todas formas, es mucho peso en la espalda para un rookie de 19 años, pero Wiggins dice que está seguro de sí mismo.
Para Wiggins, su traspaso a Minnesota ha sido positivo ya que en Cleveland al estar con otras dos estrellas de la NBA (Lebron e Irving) no iba a poder jugar todos los minutos que quería ni gozar de demasiado protagonismo, mientras que en Minnesota podrá disfrutar de esas oportunidades, que es lo que un jugador necesita para aprender y mejorar su nivel de juego, y disputará esos minutos junto a jugadores jóvenes (LaVine, Anthony Bennett o Glen Robinson III) que tienen las mismas intenciones que él y que aspiran a convertirse en grandes jugadores.
