«Echaré de menos a Tim cuando se retire»

Popovich seguirá entrenando tras la marcha de TD

A lo largo de la historia de la NBA, ha habido parejas que han marcado, en uno u otros sentidos, el devenir de la historia del baloncesto americano. Pero si buscamos una comunión total entre un jugador y su entrenador, pocos dúos pueden estar a la altura del formado por Gregg Popovich y Tim Duncan.

Y es que, desde que los Spurs seleccionaran al jugador llegado desde Wake Forest en el Draft de 1997, ambos no se han separado, y ejemplifican el modelo que se sigue en el Álamo: respeto y confianza como bases de un equipo ganador. Por eso que no es de extrañar que, llegado el día que uno de los dos se marche, se echen de menos. 17 años juntos dan para mucho.

Así, ha sido el entrenador de los actuales campeones el que, dejando por una vez a un lado su ácido humor y algo frío temperamento ha confesado que, ahora que la retirada de TD está cada vez más cerca, le será duro acostumbrarse a no tenerle a sus órdenes:

«Me pondré triste cuando no le vea en los entrenamientos, estaré algo deprimido. Le echaré mucho de menos. Pero no voy a pensar en eso hasta que llegue el momento, no voy a mostrarme infeliz mientras tanto.»

Al ser preguntado por si eso significaba que tenía pensado seguir unos años más al frente de la franquicia tejana, Popovich confirmó que, salvo cambio de opinión, el banquillo seguirá siendo su casa al menos un tiempo más:

«Es muy posible. Siempre amenazo con dejar el banquillo porque me parece divertido y lógico hacerlo.»

«Hice básicamente los mismos compromisos con Tony y Manu cuando extendieron sus contratos. Ellos querían saber si yo iba a seguir, y les dije que era muy improbable que me fuese.»

Una vez que Tim Duncan, Manu Ginobili o Gregg Popovich dejen la liga, un vacío llenará el corazón de millones de aficionados alrededor del mundo, así como a la propia NBA que tendrá que acostumbrarse a no ver más a esas caras que, durante más de tres lustros, han mantenido siempre en la élite a San Antonio. Pero, hasta entonces, disfrutemos todo lo que podamos de ellos, pues cuando se vayan, por desgracia, no habrá vuelta atrás.