El sustituto de Ricky Rubio

¿Zach LaVine o Mo Williams?

Tras la lesión de tobillo que ha sufrido Ricky, la cuál le tendrá unas 7 u 8 semanas fuera de las canchas, sumado a la marcha de JJ Barea, en Minnesota se ha quedado un vacío difícil de llenar en el puesto de base.

En estos dos partidos que llevan los Timberwolves sin Ricky, los cuales han perdido contra los Heat y Rockets respectivamente, ha estado jugando como titular el novato Zach LaVine, algo sorprendente teniendo en cuenta que en el banquillo está el veterano Mo Williams.

Esta lesión parece que va a provocar el hecho de que un rookie como Zach LaVine, en su año de adaptación a la liga, tenga que madurar baloncestísticamente a marchas forzadas ya que da la sensación de que el entrenador Flip Saunders confía en él para el puesto de base titular.

El rookie de UCLA parece la primera opción a día de hoy ya que, desde la lesión de Ricky, ha sido el que ha estado jugando de titular y el que más minutos ha estado jugando de base. No es el típico base que estamos acostumbrados a ver y no se ha visto aún de lo que es capaz como creador del juego, y más teniendo en cuenta que en el curso pasado su rol lo cumplía desde el banquillo como escolta principalmente.

Es un jugador de un gran perfil físico con cuerpo de atleta, lo que hace que sea comparado con Russell Westbrook. En su año de universidad en UCLA salió desde el banquillo y como escolta, algo que le hizo bajar bastantes puestos en las predicciones para el draft. Además, fue muy irregular en el tiro, comenzando los 3 primeros meses de temporada con un 43% desde del triple y acabando el último mes con un pobre 19%, con una media de poco más de 9 puntos por partido. No obstante, ya empezó a dar muestras de que tiene un buen manejo de balón.

Tras declararse, sorprendentemente, elegible para el draft el 16 de abril, se empezó a suponer que estaría en una posición no muy alta. Este hecho cambió radicalmente ya que sorprendió a muchos durante las pruebas físicas, lo que hizo que volviera a subir a gran velocidad puestos en las predicciones. Tras ser seleccionado en el número 13 del draft por los Timberwolves se podía leer en sus labios las palabras «Fuck me», algo que ya fue desmentido por el propio jugador en su día.

Como base en la NBA es una gran incógnita, ya que le falta madurez, liderazgo y tiene que mejorar su inteligencia de juego. Es un jugador que destaca atléticamente pero que le faltan kilos y horas de gimnasio para ser un verdadero portento físico dentro de la liga. Es un muy buen penetrador, pero esa falta de inteligencia de juego le hace no tomar siempre las mejores decisiones, teniendo malas selecciones de tiro y no aprovechando esa capacidad penetradora que posee. A pesar de ello, tiene una efectividad en el tiro tan buena como irregular, como ya hemos mencionado anteriormente. No destaca por ser un gran pasador, y más aún teniendo en cuenta su rol de escolta el curso pasado pero este año ha comenzado promediando alrededor de 4 asistencias por partido en lo que llevamos de temporada, lo que demuestra que puede ser mejor pasador.

Posee una gran envergadura y por consecuencia, un gran potencial físico que aún está por explotar. En su año de universidad no destacó en la faceta defensiva pero con el margen de mejora que tiene puede llegar a ser un defensor de nivel dentro de la liga.

Si lo comparamos con Ricky son maneras bastantes diferentes de jugar, ya que LaVine no necesita muchas posesiones al no ser un creador de juego nato como el base español, notándose esto en la diferencia de capacidad de pase entre ambos. También debemos tener en cuenta que LaVine tiene una mecánica de tiro definida y efectiva si selecciona bien sus tiros, a diferencia del base español, que ese es su principal punto a mejorar. Quizá estas diferencias puedan abrir nuevas posibilidades dentro del juego de la franquicia de Minnesota.

Si algo tiene LaVine, es potencial y una gran oportunidad para madurar y progresar durante estos dos meses.

Por otro lado, Mo Williams, que fue fichado para sustituir a Ricky desde el banquillo, es un base totalmente diferente a LaVine.

Estuvo en la universidad de Alabama y fue drafteado por los Utah Jazz en el puesto 37 de la segunda ronda del draft del 2003. Ha jugado en los Jazz (en dos etapas), en los Bucks, Cavaliers (en los que hizo su mejor temporada, junto a LeBron James), Clippers y la pasada temporada en los Trail Blazers, teniendo un promedio de alrededor de 13 puntos y 5 asistencias de partido, con un notable 39% de efectividad desde el triple.

Es un base con buen manejo de balón, y con una buena inteligencia de juego, pero no comparable con la de Ricky. Sus mejores años fueron en los Cavaliers junto a LeBron James, por lo que sabe jugar con estrellas y esa experiencia podría servirle de gran ayuda a Andrew Wiggins, futura estrella de la liga.

Es un base, a diferencia de Ricky y de LaVine, con una gran regularidad en el tiro, teniendo unos porcentajes de efectividad del 44% de tiros de campo y 39% desde el triple, datos que apenas han ido variando durante sus 12 temporadas en la liga. No tiene el físico de LaVine ni la inteligencia para robar balones de Ricky, pero lo compensa presionando muy fuerte y con una gran constancia, una de sus habilidades destacadas. Pero a pesar de esa constancia, no es un jugador que destaque en facetas defensivas, promediando apenas 1 robo por partido en su carrera profesional.

A pesar de no tener una gran envergadura, apenas ha tenido problemas de lesiones, jugando gran parte de los partidos de temporada regular con sus equipos.

Si LaVine no está a la altura como titular, razones y experiencia no le faltarán a Flip Saunders como para poner de titular a Mo Williams.