Una cachetada de realidaTodos sabemos que desde que se lo traspasó a Paul Pierce y a Kevin Garnett el proceso de reconstrucción se había iniciado en Beantown, pero en el momento en que Rajon Rondo saltó a la cancha con la camiseta azul de los Dallas Mavericks significó el golpe de KO a la ilusión de un resurgimiento en el corto plazo.
Cuando la leyenda contemporánea más grande de la franquicia (Paul Pierce) tuvo que hacer las maletas hacia Brooklyn todos manteníamos la esperanza de que Danny Ainge, que se cansó de repetir una y otra vez que la idea era reconstruir alrededor de su base All Star y único sobreviviente del último título de la franquicia, iba a hacer lo que prometía.
Las circunstancias fueron cambiando durante estos dos años post truth, la lesión de Rondo, los intentos fallidos para acercar a una estrella que acompañe al base, la cercanía de la renovación del nuevo capitán y la perspectiva de que no se lo iba a poder acompañar con alguien que marcase la diferencia, llevó a que Danny Ainge tuviese que apretar el gatillo una vez más y se diera paso al proceso más largo y el que todos temíamos.
En el momento en que Rajon Rondo era ovacionado de pie por todo el TD Garden, fue el punto culminante de esa ilusión de inmediato resurgimiento de la franquicia, el paso siguiente según lo que todos piensan es la cabeza de Jeff Green para terminar de darle el golpe de gracia a este equipo que se empecina en luchar noche tras noche por más que no haya muchas perspectivas en la inmediatez.
Ahora lo que todos nos preguntamos es que va a hacer Danny Ainge, cuál es su próximo paso, todos quedamos desorientados cuando el plan A fue borrado de un plumazo, y pasamos a uno B que solo el General Manager y Wyc Grousbeck (co-propietario) saben.
Veamos que hay en el vaso de estos celtics por el momento: Marcus Smart (pick número 6 de este draft) buen defensor, buen motor, mucha personalidad, su única falencia es su falta de visión para armar juego pero es un rookie y puede aprenderlo.
Avery Bradley: recientemente renovado con un sueldo bastante discutido y con una irregularidad a cuestas que hace por momentos decir que está sobrepagado y por momentos pensar que tiene futuro de crack (ayer fue una muestra, primer tiempo pésimo y un último cuarto de All Star).
Jared Sullinger: otro que navega en la irregularidad, por momentos es un clon de Kevin Love y por otros es un jugador de roll, es su tercer año en la liga, ha progresado año a año, su espalda parece curada luego de la operación que tuvo en el primer año, pero se duda de que se desarrolle en una figura indiscutible.
Kelly Olynyk: el siete pies canadiense parece que sigue los pasos de Jared, por momentos parece ser un Dirk Nowitzky 2.0 y al siguiente partido hace todo mal (solo basta con fijarse en la progresión de los partidos), pero hay que decir que ha mejorado algo en consistencia defensiva y que las habilidades ofensivas están ahí, lo más preocupante es su cabeza, pierde confianza muy fácil y su agresividad de viene a pique si no convierte.
James Young: el joven tirador de Kentuky tiene una habilidad particular para el tiro exterior que se ve poco en esta liga, por momentos me recuerda a Ray Allen (está bien, me van a decir que exagero pero es solo una comparación positiva y con esperanzas), está muy verde todavía para el roce de NBA y se lo ve muy perdido en defensa por lo menos en los momentos que tuvo minutos en cancha.
Tyler Zeller: Acá hay que sacarse el sombrero con Danny Ainge que lo trajo por un vuelto y el rubio pívot ha mostrado un sinfín de habilidades en ofensiva (excelentes porcentajes de campo, buen pick and roll, corre muy bien la cancha) y defensivas (de lejos el mejor defensor de este plantel en el juego interior, muchas veces soportando a hombres más grandes que él) ha dejado a todos con la boca abierta, si la progresión que está teniendo continua sería fundamental que continúe en la franquicia.
Este es el núcleo de jugadores en los que se va a valer el equipo en los próximos años, pero no se descarta teniendo en cuenta a que Ainge está en el despacho, que Olynyk o Sullinger sean parte de un futuro traspaso en busca de un jugador más consistente.
La única seguridad que tenemos es que la ilusión de un resurgimiento a corto plazo se desmoronó como un castillo de naipes y ayer por la noche fue el momento en que todos nos dimos un baño de realidad cuando Rajon Rondo convertía 29 puntos en el TD Garden y con una camiseta que decía Dallas en el pecho.
El límite de traspasos va a dar una idea cabal de lo que apunta la gerencia Celtics, por el momento seguiremos viendo como noche tras noche este equipo lucha por no desbarrancarse del todo. Solo habrá que esperar para saber, si se lo potencia o se lo termina de aniquilar para profundizar más todavía en el tiempo este camino.