Pasar por una lesión es un proceso a veces largo, pero siempre duro. Y si se encadenan tres lesiones (dos de ellas exactamente iguales) en tu año de rookie, ya ni hablamos. Este es el caso del joven Rodney Hood, alero rookie de los Utah Jazz, que tras perderse diecisiete partidos en los meses de octubre y noviembre por dos lesiones distintas, se ve forzado por su lesión en el pie, sufrida ante San Antonio, a ver a sus compañeros desde fuera de la cancha una vez más. En unas declaraciones tras la aplastante victoria de los mormones antes los Nets, el joven alero declaró que si dependiera de él, no hubiera dejado de jugar ese partido ante los Spurs.
«Me sentía bien.» – declaró ante los medios – «Hasta esa jugada estaba perfectamente. Tanto físicamente tanto mentalmente. Y ahora sólo me queda seguir trabajando poco a poco. Tengo que rehabilitarme tanto en los físico como en lo mental. La verdad es que es algo que me tiene muy frustrado y aunque sé que debo tener mucho cuidado, no voy a amedrentarme por ello.«
La susodicha jugada que ha dejado al joven jugador se dio en el último cuarto del partido que enfrentaba a los Jazz con los vigentes campeones. En un desafortunado giro de los acontecimientos, Hood tropezó con el pie del pívot brasileño de los Spurs, Tiago Splitter, y cayó al suelo con claros signos de dolor.
«Fue desvastador» – se sincera – «Es muy doloroso y frustrante«
Aunque el propio jugador declara sentirse mejor, los Jazz no tienen previsto hacerle nuevas pruebas hasta entrado Febrero, donde podremos ver si las buenas sensaciones que «The Prince of Threes» venía dejando a lo largo de su primera temporada en Salt Lake City no se han desvanecido con las lesiones.