¿Renovará Kevin Durant con OKC?

Podría abandonar la franquicia de Oklahoma

Fuente: Edrost88 [CC]
Fuente: Edrost88 [CC]

Recordemos un equipo basado en cuatro jugadores con una ambición propia de su juventud. Unos jugadores que contaban con una calidad fuera de lo normal teniendo en cuenta que su media de edad era de 22,5 años en su última temporada juntos. Nos situamos en 12 de junio de 2012, día en el que se enfrentaban al reto que habían estado buscando juntos desde el año 2009. Este grupo de jugadores representaban a una franquicia que llegó a la NBA para sustituir a una de las organizaciones más populares de los últimos años, los Seattle Supersonics.

Como ya habréis podido deducir, estos jugadores eran el grueso de los Oklahoma City Thunder, equipo formado bajo los cimientos de una afición interesada en la NBA tras haber alojado a los renombrados New Orleans Hornets durante dos años y 71 partidos en total. Esta franquicia contaba en sus filas con el que era llamado a ser el nuevo príncipe de la liga, Kevin Durant. Además contaban con un base llamado Russell Westbrook que ejercía de todo menos de base, aún así su calidad era innegable tal y como está demostrando noche tras noche en la temporada actual. Un congoleño conocido por su habilidad para colocar tapones a jugadores rivales y la barba más famosa de la NBA completaban el grupo, que concentraba la mayor parte de la calidad que atesoraba este equipo.

Fuente: Keith Allison [CC]
Fuente: Keith Allison [CC]

En ese mes de Junio de 2012, los Thunder habían logrado su primer y único título de Conferencia desde que se habían trasladado a Oklahoma. El día 12 de ese mismo mes tenían por delante el último escalón para lograr la gloria, todas unas Finales de la NBA ante unos Heat que contaban en sus filas con un LeBron James que deseaba conquistar su primer anillo de campeón tras haberlo intentado en dos ocasiones sin éxito. Tanto por el nivel y calidad de juego del rival de los Thunder, como por la juventud y asociada a ella la ansiedad por triunfar, el equipo entrenado por Scott Brooks se estrelló tras lograr la única victoria de la serie en esa marcada fecha del 12 de Junio de 2012.

Esa derrota final en el quinto partido de las Finales ante los Heat sería el último encuentro que disputarían los cuatro magníficos que tantas alegrías habían dado a la humilde ciudad de Oklahoma City. Uno de sus integrantes, concretamente James Harden, decidiría buscar su propio camino siendo el líder de una franquicia que se construiría en torno a su figura. Los Houston Rockets lo estaban esperando con los brazos abiertos.

Desde que el cuarteto mágico se separó, por los Thunder han pasado parches que han intentado suplir vagamente la baja de Harden. Tanto Kevin Martin primero, como Caron Butler después estuvieron más que discretos en el puesto de escolta que había dejado libre la barba. No eran jugadores que se le acercasen ni a la suela de las zapatillas del angelino. Esos dos años de penitencia tras perder las Finales de la NBA se vivieron como se suele decir, «de rentas». El equipo financiero de los Thunder no quiso fichar a un jugador en condiciones que lograse aportar algo más que un parche temporal. Tenemos que entender que Oklahoma City es un mercado muy pequeño y poco atractivo para muchos jugadores, pero la negativa de superar el límite salarial parecía una muestra de tacañería de su multimillonario dueño Clay Bennett. Es verdad que la franquicia de Oklahoma ocupa el puesto número 15 en rentabilidad según Forbes, pero es igual de cierto que tienen a dos de los mejores jugadores del mundo en sus filas.

Hoy en día, en plena recta final de la temporada de 2015 se podría decir que la situación ha cambiado ligeramente en la franquicia del estado de Oklahoma. A pesar de haber incorporado a jugadores de mayor calidad como son Enes Kanter y Dion Waiters, el equipo sigue dando la impresión de que no ha avanzado significativamente. Sí, han superado por primera vez en la historia de la organización el límite salarial, pero se ha hecho con parches que no aportan un salto cuantitativo en la calidad del equipo. El grueso de la franquicia siguen siendo esos tres jugadores que sobrevivieron a la bochornosa derrota de 2012, de los cuales dos de ellos están lesionados en estos momentos.

Cuatro años después los Thunder se ven en una situación similar a la salida de James Harden del equipo. Esta vez el ego del jugador en cuestión no será el detonante de su posible marcha. Kevin Durant, actual MVP de la liga, acaba contrato el verano que viene y todo indica a que probará suerte en el mercado de agentes libres en 2016. Los posibles destinos del alero son muy dispares; los rumores hablan de un posible contrato con el equipo de su ciudad, los Washington Wizards. La cosa no queda ahí, tanto New York Knicks como Los Ángeles Lakers han mostrado un interés prematura para hacerse con los servicios del alero. Dos franquicias que podrían ofrecerle a Durant algo que no tiene en Oklahoma City, un gran mercado y un proyecto en torno a su figura que podrían armar para el mismo año de su llegada. En los Thunder sabemos que no podrán ofrecerle el mercado que se merece un jugador de su talla, nos queda saber si el proyecto que le presenten al jugador contará con alguna pieza más o tan sólo con las que dispone este año. La única baza a su favor es el buen clima que tiene con sus viejos compañeros y la buena e incomprensible relación que mantiene con el pseudoentrenador Scott Brooks.

A pesar de ello, la amistad no lo es todo y hoy en día se puede mantener aún estando a miles de kilómetros de distancia. Kevin Durant es un jugador ambicioso y desea con todas sus fuerzas ganar un anillo, además debemos recordar que la NBA sigue siendo un negocio.

Fuente: GAMEFACE-PHOTOS [CC]
Fuente: GAMEFACE-PHOTOS [CC]

La última oportunidad de Durant para ganar un campeonato antes de entrar en su año de expring es esta temporada y las cosas no pintan nada bien. El alero es baja indefinida y es más que probable que no vuelva a jugar este año. Serge Ibaka, pilar discreto pero indispensable del equipo tal y como se demostró el año pasado con su lesión en Playoffs, también lo está y no es seguro que llegue al cien por cien para la postemporada. Además, la presencia en Playoffs de los Thunder no está para nada asegurada. Todo indica que, salvo sorpresa, este año acabe siendo otro fracaso más del equipo.

La reacción que se espera tras eliminaciones prematuras parece no seguir el mismo rigor en los despachos de Oklahoma City como en el del resto de los equipos. Los cambios son nulos o insuficientes, y puede que esto sea una razón de mucho peso a la hora de que Kevin Durant valore el atarse durante un lustro más a los Thunder. En el caso de que renueven a Enes Kanter este mismo verano, la capacidad de maniobra que le queda a Sam Presti es nula tanto en el caso de que Durant se quede o abandone el equipo. Si el alero decidiera quedarse, seguirían con las mismas piezas principales que tan pocos éxitos han cosechado. Si en cambio decide marcharse, aún con el aumento del límite salarial previsto, no tendrían demasiadas oportunidades de contratar a otra gran estrella en la agencia libre. El panorama en Oklahoma City se ve negro, muy negro.

Para conseguir que uno de sus mayores activos junto a Russell Westbrook siga en el proyecto primero deben ofrecerle algo más que no sean las mismas limosnas de siempre. Un jugador del nivel de Durant merece el gastar un dinero que en realidad es una inversión. Este año se ha superado el límite salarial para intentar demostrarle que están dispuesto a todo con tal de darle un equipo competitivo, pero mucho me temo que puede que haya sido insuficiente y tarde. Durante estos años han tenido la posibilidad de conseguir a jugadores de primer nivel para acompañar al big three del equipo y no lo han hecho. Ahora, a destiempo y con prisas la ingeniería financiera de los Thunder puede que les dé más perdidas de lo ahorrado en estas temporadas. Si Kevin Durant acaba marchándose de la franquicia, es posible que Westbrook no tarde demasiado en hacer lo mismo ya que sólo le quedan dos años de contrato; con el hándicap de no poder contratar a un buen compañero que sustituya al alero. Esta situación sería devastadora para una organización como los Thunder, su cota de mercado se vería reducida todavía más.

Sinceramente, como aficionado confeso y enamorado de Kevin Durant espero que Sam Presti nos deleite con algún tipo de maniobra de las que nos tiene acostumbrados. Pensando con la cabeza en lugar de con el corazón, el futuro del equipo y de Durant no es nada alentador. El jugador, como es lógico buscará su beneficio propio y no va a quedarse en la ciudad sólo por amor a la franquicia. Si las cosas no cambian, sólo nos quedará disfrutar el tiempo que podamos de ese enorme jugador llamado Kevin Wayne Durant que nos llevó hasta todas unas Finales de la NBA con tan sólo 23 años.