Kanter rio primero, Utah ríe mejor

En SLC se está mejor sin el turco

 

Fuente: Sheldon Mitchell (CC)

Fuente: Sheldon Mitchell (CC)

El sábado los Jazz vencían a los Thunder en un partido en el que estos se jugaban mucho y los primeros muy poco, pero que tuvo una gran carga emocional después de que el turco Enes Kanter, se despachara a gusto con la entidad y sus aficionados, y cómo era de esperar la victoria tuvo un sabor excelente. En palabras de Trevor Booker, uno de los beneficiados con su marcha:

«Hizo lo que hace siempre. Tiene números. No defiende. Se llevó una derrota».

¿Alguien en desacuerdo? Utah es un conjunto nuevo desde la salida del ala-pívot tras el parón del All-Star, siendo la gran sorpresa de la segunda parte de la temporada gracias sobretodo a la nueva identidad nacidad del traspaso, con el portentoso Rudy Gobert patrullando la pintura junto a Derrick Favors, y una colección de jugadores sin nombre dándolo todo en el exterior, como Elijah Millsap o Joe Ingles, además del liderazgo en ataque de Gordon Hayward y la vuelta de Rodney Hood tras una lesión, por no mencionar el cambio sufrido en Trey Burke desde que sale del banquillo; o cómo todo esto está siendo conseguido a pesar de la baja del talentoso Alec Burks. O mejor dicho, cómo pinta el futuro a corto y largo plazo a pesar de decir adiós a un jugador interior tan prometedor como Kanter, ¿o gracias a eso precisamente?

El de Oklahoma está siendo una parte importante del conjunto de Scott Brooks con Durant fuera, y los números dicen que está rindiendo al nivel que se esperaba de él cuando todavía era un prospect. Sin embargo en Utah no encajó, y nunca puso de su parte (algo de eso admitió Hayward ante la prensa tras el partido) para hacer funcionar una situación en la que la irrupción de Gobert le había desplazado más lejos de la pintura. El cuerpo técnico de los Jazz trató de reconvertirlo en un modesto stretch forward, y no funcionó ni tampoco quiso. Con los de Salt Lake City intentó 41 triples, con los Thunder 0 de momento. En 49 partidos con su primer equipo sumó 26 asistencias, y con su actual escuadra ya suma 23. Los números dicen mucho, aunque no todo, pero está claro que el turco está contento con cómo se resolvió su petición de traspaso, cuando, harto de jugar menos y hacerlo supuestamente fuera de sitio, su agente comenzó a presionar a la directiva para irse. Los rumores dicen que Kanter quería marcharse desde hace más tiempo, lo que seguro ayudó a preparar la explosión que tuvo el sábado ante los medios. Lo que no explica es el palo que soltó contra la entidad, un ejemplo de estabilidad y ejemplar casi siempre (en el deporte profesional nunca se pone la mano en el fuego por nadie) y sus aficionados, probablemente uno de los mejores de la NBA.

La prepotencia de Kanter por supuesto no terminó ahí, y al ser abucheado por el abarrotado EnergySolutions Arena dio su gesto de aprobación.

Los Thunder van a ir a los playoffs y es probable que necesiten grandes dosis del ex de Fenerbahçe. Y es posible que estén contentos con sus anotación y sus números en los tableros, pero en Utah no se le echa de menos. Su inconsistencia y su rechazo a adaptarse a las necesidades del equipo chocan de lleno con la filosofía de una franquicia donde Jerry Sloan sentó cátedra por mucho tiempo, y donde de manera diferente se están sentando las bases de un conjunto basado en el sacrificio y el juego colectivo. Los Jazz están muy satisfechos con la addition by substraction y después de lo dicho en la tarde del sábado es probable que sus antiguos compañeros tengan aún menos razones para echarle de menos siquiera en el vestuario. Pullas como declarar abiertamente que al llegar a los Thunder descubrió por fin cómo funciona un equipo profesional molestan, como así reconocía el entrenador jefe Quin Snyder:

«Sé desde mi punto de vista que he estado en cinco equipos diferentes en cinco años y este es una de las organizaciones más profesionales, mejor apoyadas y de más carácter de las que he formado parte. He sido muy afortunado de ser parte de algunas muy buenas y esta es una de las mejores».

Kanter es un jugador joven que tiene mucho que aprender. El sábado quiso demostrar lo bien que le iba con su nueva novia a su primer amor a su costa y los Jazz le dieron una lección, usando como motivación sus palabras. Veremos si aprende. Lo que está claro es que en Salt Lake City lo único que van a echar de menos es ver a Gobert taponándote en los entrenos (porque seguro que pasaba 4 ó 5 veces al día como mínimo).