Los Washington Wizards y su dependencia de John Wall

Su rapidez es una de las armas del equipo

Fuente de la foto: Keith Allison (CC)
Fuente de la foto: Keith Allison (CC)

Uno de los secretos del éxito de los Washington Wizards es muy simple, cuando John Wall está bien los Wizards ganan, cuando John Wall está mal los Wizards pierden. El conjunto de la capital depende mucho del base, demasiado, y es que desde el All-Star el de Carolina del Norte no ha estado a su mejor nivel debido a las lesiones -lleva jugando con dolores en el tobillo y migrañas desde antes del All-Star-, y al hecho de que no se ha perdido ninguno de los 74 partidos que ha disputado su equipo esta temporada, jugando una media de 36,0 minutos por encuentro.

Otro de los puntos débiles del equipo dirigido por Randy Wittman es la actuación de sus grandes hombres, Nenê Hilario y Marcin Gortat, solo hace falta echar un vistazo a las estadísticas de ambos. Cuando los dos hacen un gran partido Washington tiene el juego a su favor, pero cuando no los Wizards acaban perdiendo. Además son muchos los que han criticado duramente a la pobre segunda unidad del equipo, la cual no es capaz de mantenerse en el partido cuando los titulares necesitan descansar.

Los Wizards no están en su mejor momento de la temporada, han empezado a notar el cansancio de sus jugadores en el tramo final de la campaña, llegando a conseguir solo 8 victorias en los 20 partidos que han disputado desde el parón del All-Star, lo que les ha hecho pasar de ocupar el segundo lugar en la Conferencia Este a caer hasta la quinta posición. Muchos son los rumores de despido que se ciernen sobre su entrenador Randy Wittman, pero ¿de quién es realmente la culpa de los malos resultados? ¿del técnico?, ¿de los jugadores?

Además las lesiones no han ayudado a los Wizards a mejorar esa mala racha, la lesión de Bradley Beal el 4 de febrero -la cual se agravó y acabó posponiendo su vuelta hasta el 28 de febrero- fue una de las razones del mal juego del equipo. El escolta no está teniendo suerte esta campaña, ya tuvo que perderse varios partidos al inicio de la campaña por una fractura en la muñeca izquierda en pretemporada.

Washington necesita recuperar a su mejor jugador, al John Wall de la primera parte de la temporada, aquel capaz de realizar rápidas transiciones y cambios de ritmo que dejan a los rivales sin saber que ha pasado, aquel que con su velocidad es capaz de dejar solo a sus compañeros para que anoten de forma sencilla, aquel capaz de hacer cosas como estas.

El conjunto de la capital debe explotar todas estas facetas del jugador de Carolina del Norte, ya que tienen en su plantilla a uno de los bases más rápidos y desbordantes de la NBA. Sin embargo, Wall no se ha perdido ningún partido en los dos últimos años, algo que le ha pasado factura. Y es que si los Wizards aspiran a pasar de primera ronda en Playoffs deberían replantearse sentar al point guard algunos encuentros para que llegue descansado a las eliminatorias. 

Las cosas le van bien a Washignton cuando Wall conduce el balón y realiza transiciones rápidas, sin embargo él no es el único jugador con esta habilidad. El jugador ocupa el puesto número 37 en el ranking de la NBA que valora el aspecto de conducción de balón (se entiende por conducción cualquier ataque que se inicia al menos a 6 metros de la canasta y en el cual un jugador dribla a 3 metros del aro, excluyéndose los ataques rápidos). De las 17,4 conducciones que hacen los Wizards por partido Wall solo representa el 7,1. Algunos jugadores que superan al de Carolina del Norte son: James Harden, LeBron James, Tyreke Evans, Tony Parker, Kyrie Irving, Jeff Teague, Damian Lillard, Goran Dragic, Elfrid Payton, Gordon Hayward, Aaron Brooks y Mario Chalmers.

Sin embargo entre los jugadores que disputan más de 30 minutos por partido, Wall promedia un 49,5% de acierto en tiros de campo en ataques en transición y en conducción, lo que le sitúa en el puesto 11 en este ámbito, por detrás de LeBron James, Kevin Durant, Stephen Curry, y Dwyane Wade, y por delante de la talla de jugadores como Chris Paul, Kyrie Irving, Kyle Lowry, e incluso James Harden (47,6%). Claro que muchas veces los ataques de transición de The Beard acaban con el jugador de los Rockets buscando, de forma exitosa, la falta personal.

Harden ocupa el puesto 7 en conducciones por encuentro -10,8-, pero está en primer lugar en conducciones que producen puntos para sus compañeros de equipo -14,5- (incluye los tiros libres creados y las canastas asistidas). Mientras que Wall ocupa el lugar 37 en conducciones, y el 30 en conducciones que acaban con puntos de sus compañeros.

En cuanto a puntos creados, James Harden se lleva la medalla de oro. Los Rockets han anotado 1.343 puntos gracias a las transiciones del escolta. Después de The Beard la lista de jugadores que están por delante de Wall en creación de puntos por conducciones es la siguiente.

1. James Harden: 1.343 puntos creados por conducción.

2. Derrick Rose: 1.260 puntos creados por conducción.

3. Damian Lillard: 1.258 puntos creados por conducción.

4. Kyrie Irving: 1.244 puntos creados por conducción.

5. Kyle Lowry: 1.240 puntos creados por conducción.

6. John Wall: 1.225 puntos creados por conducción.

A pesar de que el base no lidere los rankings en transición y muchos puedan pensar que apenas aporta nada y que es un jugador del montón, lo cierto es que la realidad es la contraria. La forma de jugar del jugador es muy explosiva y va mucho más allá de las simples estadísticas, la aportación de John Wall a los Washington Wizards es vital para el equipo y para el rendimiento de sus compañeros, por lo que  se ha ganado a pulso el cariño y respeto de los aficionados de D.C. y el título de jugador franquicia.