Utah busca los Playoffs a su ritmo

El plan es crecer con el bloque que ya tienen

foto: michael tipton (CC)
foto: michael tipton (CC)

Tras haber pasado por encima de la mayoría de sus oponentes en la segunda mitad del curso pasado, tanto en las oficinas como en el vestuario de los Jazz, así como también en la prensa especializada, empezó a quedar claro que el objetivo para la temporada que comienza este otoño debe ser alcanzar los playoffs, o al menos, lucharlos. Lo que pocos tenían claro, excepto la directiva de la franquicia, era cómo pensaban dar el salto que les permitiera pasar de la clase media a ese nivel necesario para estar entre los ocho mejores de la dura conferencia Oeste. Después de ver el grueso de agentes libres renovados o en sus nuevos destinos la estrategia es aparente ya para todos: «Desarrollar a nuestros jugadores», en palabras del propio general manager Dennis Lindsey.

No es para nada sorprendente la dirección tomada por el equipo de Salt Lake City, teniendo en cuenta que el estado mormón es destino alérgico para casi todos los agentes libres y el sólido y joven, aunque experimentado, grupo que tienen ya en nómina. Además el nuevo giro de acontecimientos en la orilla izquierda del Mississippi, con Aldridge fuera de Portland y Jordan dejando colgados a los Mavericks, ha insuflado aún más aire a las posibilidades de los Jazz de cara a meterse en la pomada. Mientras que Warriors, Spurs, Clippers, Rockets, Thunder y en menor medida Grizzlies y Pelicans son fijos, la otra plaza quedaría bastante abierta y la escuadra que entrena Quin Snyder es ahora mismo el principal candidato gracias a su espectacular final de campaña y el desarrollo continuado de sus mejores jugadores, que a cada año que pasan juntos su techo cada vez parece más elevado.

A pesar de la cantidad de dinero disponible, Lindsey no ha querido trastocar sus planes y los movimientos en el mercado se han centrado en renovar a los veteranos Trevor Booker y Joe Ingles, que fueron claves el año pasado tanto dentro como fuera de la pista, y en incorporar a algunos de los extranjeros que estaban fuera de la NBA y de cuyos derechos son propietarios, como Ante Tomic – que parece que nunca tuvo intención de venir -, Raulzinho Neto y Tibor Pleiss. La única incógnita tras lo visto el año pasado reside en el puesto de base, pero las dos últimas elecciones importantes de primera ronda de los Jazz se han invertido precisamente ahí, y todavía es muy pronto como para tirar la toalla. Además el entrenador Snyder consiguió imponer un esquema de juego muy específico que se adapta a las fortalezas de sus jugadores, y es inteligente querer seguir desarrollando a los Hood, Burks, Burke, Exum y demás en él en vez de traer a alguien que les vaya a robar protagonismo. Eso no quiere decir sin embargo que tengan el puesto asegurado, puesto que como ya comprobamos no hay miedo a hacer cambios agresivos en la alineación y la rotación, como lo demuestra el hecho de que Burke se fuera al banco y Kanter perdiera tanto tiempo de juego que acabó en Oklahoma City.

En la búsqueda de sus primeros playoffs desde aquel sorprendente desenlace de la 2011-12 donde Al Jefferson y Paul Millsap daban sus últimos coletazos como Jazz, todo el mundo es consciente que cualquier lesión, muestra de bisoñez o falta de profundidad en el banquillo – cuando Burks estuvo lesionado y Kanter se fue Utah apenas contaba con nombres como Bryce Cotton, Jeff Cooley o Elijah Millsap como miembros importantes de la rotación – puede desbaratar el plan, pero en el EnergySolutions están dispuestos a arriesgarse a sabiendas de que a largo plazo los frutos pueden ser aún mayores. Con una escuadra que apenas llega a los 24,5 años de media – el promedio en la NBA es de 27,1 y solamente Bucks con 24,4 y Sixers con 24,3 son más jóvenes – sería poco beneficioso sacrificar el futuro. Con todo nunca se puede descartar que Lindsey no siga estudiando la liga por si la posibilidad apropiada de un traspaso se pusiera a tiro.

Nadie puede predecir a ciencia cierta cómo de buenos pueden ser los Jazz, solamente reconocer que tras el parón del All-Star el año anterior registraron la sexta mejor marca de toda la competición, con un 65,5% de victorias solamente superado por los potentes Warriors, Clippers, Cavaliers, Spurs y Rockets, todos ellos clasificados después para playoffs. La columna vertebral formada por Hayward, Favors y Gobert puede ampliarse al recuperado Alec Burks, que deberá adaptarse al estilo de juego de Snyder si no quiere perder su puesto en favor de Hood, que tan buen sabor de boca dejó a final de campaña. Burke está ante su, posiblemente, última oportunidad de tener impacto en el equipo, por lo que la motivación estará ahí. Exum está dando buena imagen en la liga de verano, pero aún así ya dio algunas muestras de su contribución en defensa como titular en su temporada rookie. Booker es un sólido tercer grande cuya presencia permite a los Jazz no tener prisa con su primera ronda de este draft reciente, Trey Lyles, y quién sabe si Grant Jerrett puede ser ese stretch forward que todo equipo busca. Ingles volverá a aportar su versatilidad, saber estar e inteligencia en el perímetro, y es un tipo de jugador que cualquier buen conjunto necesita. Neto y Pleiss cubren dos necesidades que Utah sí tenía, como la de un director de juego puro y la de un center suplente. Ninguno de ellos se perfila como importante miembro de la rotación, pero su presencia permitirá a Snyder disponer de variaciones ante cualquier situación.

Los Jazz son optimistas, pero no pierden el horizonte. Son jóvenes y lo principal es seguir desarrollando un bloque que a largo plazo se convierta en un ganador perenne, y las piezas están ahí. La motivación de clasificarse para los playoffs es bienvenida y viene muy bien, pero el verdadero objetivo de Utah es continuar solidificando la base y seguir fieles al proceso. Hayward puede ser un All-Star, Gobert es el emblema y catalizador de la segunda mejor defensa de la NBA desde febrero, y Favors es un compacto interior que añade mucha versatilidad en defensa y entrega y capacidad atlética en ataque. A ellos deben ahora sumarse el resto de jóvenes sobretodo en ataque, donde la identidad todavía está algo más difusa y que debe complementar bastante mejor a la retaguardia si los de Snyder quieren tener éxito definitivo.

Es posible que los Mavericks sean capaces de volver a ganar 48-50 partidos o que los Suns con Chandler, Morris, Bledsoe, Knight y compañía lo hagan también, e incluso podemos especular con que los Kings por fin hagan algo, pero los Jazz son favoritos precisamente porque tienen las ideas claras y un plan estable, y en cualquier deporte es un hecho infravalorado pero con mucho peso.