La alternativa de Neil Olshey para los Trail Blazers

En Portland se evitan el small ball y las reconstrucciones

Fuente: Michael (CC)
Fuente: Michael (CC)

En un artículo anterior mencionamos la particular historia de Neil Olshey, un actor de Nueva York que con el tiempo llegó a tener el control de un equipo de la NBA, los Portland Trail Blazers, franquicia que recibe su nombre por aquellos exploradores que decidieron abrirse camino en medio de los bosques de la costa del noroeste de los Estados Unidos. Es quizás esta inusual fusión la que lleva al GM del equipo de Oregón a ver las cosas un poco distinto al resto, sin miedo de remar contra la corriente y transitar por donde otros no se atreven.

Luego de que los Miami Heat ganaran un par de campeonatos, todo el mundo comenzó a hablar de formar un «big three» como opción de título, hace un par de años cuando los San Antonio Spurs barrieron con ese trío de estrellas hasta desarmarlo, todo el mundo empezó a hablar del ritmo de juego y del espaciado como elementos a considerar, y ahora que los Golden State Warriors lograron coronar un año brillante, todas las franquicias están obsesionadas con jugar small ball, todo esto no es casualidad y refiere a las debilidades de algunos proyectos deportivos que cambian año a año según lo que hacen otros.

En este momento existen varios equipos tratando de hacer ajustes a sus plantillas para contar con un cuadro pequeño que pueda jugar al small ball, pero lo que tienen los Warriors son condiciones muy particulares, hablamos de un Draymond Green que puede defender en 4 posiciones distintas, un backcourt con la que sea probablemente la mejor dupla de tiradores de la historia, y un banquillo profundo que hace que no se noten diferencias entre quinteto titular y cuadro de suplentes. Eso no se hace de la noche a la mañana, y tampoco de una temporada a otra, no hay quien pueda enseñar a lanzar como Stephen Curry, y en ningún libro te van a transmitir el compromiso defensivo que tienen tipos como Draymond Green, Kawhi Leonard o DeMarre Carroll, eso se vive y no lo refleja ninguna estadística a coleccionar, son los llamados intangibles del juego que hacen grandes a aquellos jugadores que parecen invisibles.

Para sorpresa de muchos, algo distinto sucedió este verano en la franquicia de los Portland Trail Blazers, mientras todo el resto de la liga se aventuraba a desarmar sus plantillas para encontrar un alero del tipo Draymond Green, incluso al costo de pagar un sobreprecio o hacer un traspaso importante, en la Rip City se empezaron a reclutar jugadores altos que llegaran por un buen precio.

Miremos con atención:

Nicolas Batum, un posible alero que pudiera con esfuerzo transformarse en esa pieza multi defensiva es traspasado a los Charlotte Hornets por Gerald Henderson y Noah Vonleh, dos jugadores altos con buena proyección.

Steve Blake y Rondae Hollis-Jefferson son traspasados por Mason Plumlee y Pat Connaughton de los Brooklyn Nets, con esto se consigue un pivot de condiciones demostradas en la liga.

Al-Farouq Aminu firma un contrato de 4 años y $30 millones. Todos los que han visto jugar a Aminu pueden reconocer que es uno de los mejores defensores de la liga.

Se intentó traer a Enes Kanter, cosa que al final no se pudo por la contraoferta que decidieron hacer los Thunder, y después de eso seguir insistiendo ahí era una completa locura.

– Sumemos a Ed Davis por 3 años y $20 millones y a Maurice Harkless que casi los consiguió de regalo en el mercado.

La razón de todo estos cambios es bastante simple, y se debe a un plan de emergencia que se tuvo que implementar desde la dirección del equipo. Cuando se encendió la alerta de LaMarcus Aldridge sobre su salida de Portland, lo previsible era que otros jugadores al no sentirse en un equipo con opciones de pelear un titulo decidieran también buscar su salida.

Desde las oficinas, el GM Neil Olshey anticipó esta situación y cuando se dio cuenta de que ya no había marcha atrás a que se desarmará su cuadro titular, no perdió tiempo en llorar sobre la leche derramada y fue al mercado de un modo inteligente. Existía una puerta que nadie había tomado y que a todas luces parecía bastante obvia abrir, y es que en el medio de un mercado donde estaba sobrevalorado el small ball, quienes iban a estar infravalorado eran los jugadores altos, entonces por esos jugadores había que ir a ofertar, para poder rodear a Damian Lillard con un cuadro de talento joven que pudiera llevarnos a Playoffs sin caer en la amenaza de una reconstrucción profunda que demore varios años.

Esta estrategia sin dudas iba a dejar damnificados y los más notables fueron Nicolas Batum y Steve Blake. El caso de Nicolas Batum es el que más duele, ya que se trata de un buen jugador que había dado buenas temporadas en la franquicia, pero si observamos que su contrato estaba por terminar y que existía una oferta de cambio por dos jugadores jóvenes para cubrir dos posiciones distintas en el futuro, no había que ser un genio para tomar dicha oferta. Sobre la situación de Steve Blake fue más sencillo, ya que fue traspasado en un paquete por otro que venía de New York con Miles Plumlee en él, jugador que aunque ha abierto algunas dudas la temporada pasada, se proyecta como un buen jugador de pick and roll, una cuestión que se ve reforzada por su vinculo con el USA Team que le otorga roce internacional para fortalecer su carrera y una proyección solida.

Bajo este paradigma todos los cambios parecen ser bastante lógicos y acertados. Ahora la pregunta que todos tenemos es si Neil Olshey tendrá éxito bajo esta estrategia de emergencia. De conseguirlo habrá triunfado sobre quienes quieren imponer el small ball, sobre los teóricos de las reconstrucciones y sobre quienes dicen que este será un mal año en Portland. Solo el juego permitirá despejar estas dudas, para eso el equipo ya se prepara frente a una temporada que esta cada día más cerca.