Los hermanos Lopez y la vida en Manhattan

Ambos son parte de la rivalidad más vieja de la ciudad

Foto: Jeff Keacher (CC)
Foto: Jeff Keacher (CC)

Es un día claro de verano en el vecindario de Manhattan, y una camioneta estaciona afuera de una cancha de baloncesto vacía. Dos gemelos salen del auto y llegan hacia el medio de la cancha, los dos con zapatillas nuevas. Son los hermanos Lopez. Uno, Brook Lopez, es un Brooklyn Net. El otro, Robin Lopez, es un nuevo New York Knick. Y los dos están por comenzar una etapa en la que habrá de los enfrentamientos más picantes de sus carreras profesionales, y una tormenta de los medios que seguramente los arrastre a ellos toda la temporada. Y también, a tirar un rato al aro.

“En realidad estas son las zapatillas de mi hermano” dice Robin “(…)no tengo ninguna de mis cosas aquí todavía. Por suerte somos del mismo talle.”

Empiezan liviano, pero con una buena razón. Después de luchar contra lesiones temprano en sus carreras, los hermanos mantuvieron campañas impresionantes la temporada pasada, con Brook teniendo una enorme temporada ofensiva y Robin teniendo números sólidos reboteando, mientras se mantuvo firme ante los pívots tremendos de la Conferencia Oeste. Brook jugó para los Nets por siete temporadas, y el equipo rápidamente le renovó el contrato por uno de $60 millones de dólares, reteniéndole como la cara de la franquicia. Pero no estaba claro en donde iba a terminar Robin, quién estaba en su tercer equipo en cuatro años.

Los Knicks, quienes siempre tuvieron fama de ir por los agentes libres más codiciados, necesitaban un pívot con urgencia y no encontraban lo que buscaban en el mercado. Necesitaban a un jugador que pudiera trabajar bajo el plan que maneja el presidente Phil Jackson de instaurar el complejo sistema ofensivo de la “triángulo ofensivo”, y veían como los jugadores de esta posición sistemáticamente ignoraban a los Knickerbockers. Pero cuando los Knicks contactaron con Robin, se entusiasmó. Él es un amante de los cómics-“Me voy al training camp en Westchester ahora, como los X-Men”- y estudió arte en Stanford, y que parece que tiene un encaje cultural que parece encajar cósmicamente en el perfil Zen de la imagen del presidente.

Foto de Singapore Sports Council (CC)
Foto de Singapore Sports Council (CC)

Robin firmó un contrato de $54 millones. Eso significa que los hermanos López están ganando un total combinado de $114 millones en esta ciudad. Eso es mucho dinero.

“Cuando firmar con los Knicks se volvió más y más plausible, definitivamente hubo muchas charlas con nuestros amigos más que nada,” Robin dice al costado de la cancha. “Ellos son los que dieron todo el trash-talking. Es como ‘oh, Robin dijo esto, Brook dijo lo otro.’ Ellos instigan eso.”

Pero en una ciudad que se considera como la mecca del baloncesto mundial, en donde en en las escuelas secundarias se juega a un nivel altísimo, el juego profesional estuvo marcado por un casi incesante fracaso. Los New Jersey Nets eran muy malos, y se mudaron a Brooklyn para volverse un equipo mediocre. Los Knicks eran tan malos que el New York Times dejó de cubrirlos la temporada pasada. Así que los medios deportivos notoriamente salvajes están muriéndose por este drama: dos gemelos de 27 años liderando equipos fracasados que están desesperados por un empujón.

Los hermanos parecen con voluntad de seguir el juego: “Oh no, no estoy tratando de darle consejos,” Brook dice con una cara seria, cuando se le pregunta si tiene algún consejo para Robin jugando en New York. “Yo absolutamente quiero que él falle en esta situación, y que le vaya muy, muy mal.”

Los dos son claramente amigos, pero este es el rol con el que están más familiarizados: rivales duros, ambos con ganas de superar al otro.

“Definitivamente nos peleábamos un montón cuando éramos más jóvenes, jugando en la calle, y jugando con nuestros hermanos más grandes también,” Robin dice. (Sus hermanos, Chris y Alex, fueron estrellas de la universidad de California en los 90s) “Porque no eramos siempre los tipos más grandes en la cancha en tercer grado, segundo grado, y etc. Debíamos ser más físicos. No puedo recordar la cantidad de veces que Chris me empujaba y me dejaba sangrando la nariz.”

Los hermanos Lopez una vez jugaron juntos en el mismo equipo de Stanford en el 2008, cuando jugaron contra los Cardinals en el Sweet 16 de la NCAA. Pero no esperan que eso pase de nuevo. “Yo sé que nuestra madre se pondría muy feliz si jugáramos juntos.” dijo Brook.

Brook, de hecho, es el hermano con más ventajas aquí. Es mayor (por un minuto). Y conoce mejor la ciudad de Nueva York. Así que lo que vaya a pasar en sus noches libres es una duda, ¿Le va a enseñar a Robin la ciudad?

“No lo sé, pienso que podríamos salir alguna vez, pero solo porque me veo muy bien junto a él,” dice Brook, apuntando al pelo estilo Bob-Patiño de su hermano. “Osea, vamos, ¿a quién van a elegir cuando estemos caminando juntos? Ni siquiera está cerca, en serio.”

“¿Debería prestarle mis servicios a la gente?” Robin acota.

“Sí, deberías pararte al lado de la gente a ver que pasa. Eres el copiloto [wingman] perfecto para una salida”

Deberíamos irnos preparando, porque esta historia se va a contar a través de los números que den los equipos de cada uno, y particularmente, su funcionamiento dentro de ellos. Así que esta no va a ser la última vez que oigamos de los hermanos Lopez.