
Los Jazz y los aficionados de Utah se encontraban verdaderamente emocionados antes del partido contra Oklahoma. Después de partidos con diferentes resultados contra equipos con moderadas expectativas en la conferencia Oeste – Portland y Lakers -, por fin llegaba un rival de entidad suficiente. Un momento en el que medirse como equipo y como proyecto, frente a un rival que puede estar en su última oportunidad a corto plazo de ganar el ansiado anillo de campeón de la NBA. El resultado fue que los Thunder son mucho más equipo que la franquicia mormona. Oklahoma está preparado para batir a cualquiera en donde sea. Utah no lo está. Es un proyecto – bonito, sí, y verdaderamente emocionante – pero que se encuentra miles de kilómetros de lo que es un candidato a todo, como lo es Oklahoma. Se encuentra lejos por razones lógicas y el camino para llegar hasta el punto donde está la antigua franquicia de Seattle es un camino arduo y que necesita un esfuerzo descomunal, tanto del colectivo como individual. Y Quin Snyder, camino a empezar su segunda temporada con Utah en la mejor liga del mundo, vocalizó esto en dos minutos y medio de verdadera brillantez:
La cosa sobre este equipo [Utah Jazz] es que tenemos algunos buenos jugadores. Tenemos la oportunidad de ser un buen equipo. Pero no es como si alguien o nuestro equipo hayamos hecho nada. Hemos jugado bien en ocasiones[…].
Tú miras a Kevin Durant y a Russell Westbrook y tíos que tienen un nivel que nadie… Nosotros no hemos llegado a eso. Así que para nosotros es como «hey, mira lo qué es eso y lo que esos tíos están haciendo y que duro entrenan» […].
Si nosotros queremos llegar a ese lugar tanto individual como colectivamente, eso es lo que tenemos que hacer. Tienes que decir «Mira, eso es». Y yo creo que ellos [los Thunder] valoran la oportunidad que tienen. Durant estuvo lesionado un año. Perdieron unas Finales. Conocen ese nivel y se les ve increíblemente hambrientos […].
Para mí, ese es un equipo que es consciente de cuán difícil es ganar en esta liga. Ellos saben que tienen que hacerlo todo, y que a veces incluso eso no es suficiente en una noche concreta si no tienes un poco de suerte. Nosotros no entendemos eso. ¿Por qué tendríamos que entenderlo? Nosotros no hemos estado en esa situación […].
Tampoco se trata de menospreciar a nuestro equipo, es ser realista. Hey, a mí me encanta nuestro equipo. Tanto es así que no hemos hecho ningún cambio […].
Nosotros fuimos un equipo que jugó bien durante dos meses y fuimos un buen equipo cuando otros equipos a veces estaban dando descanso a un jugador; la competición en la que estábamos es siempre formidable en esta liga, pero nosotros no estábamos jugando contra equipos que estuvieran jugándosela por los playoffs en muchas ocasiones.
No estoy echando por tierra el entusiasmo, pero estoy siendo realista acerca de lo que es nuestro grupo y lo que necesita. Necesitamos ser realistas sobre el nivel que hay ahí fuera y que si queremos alcanzarlo, el camino es duro«.
https://soundcloud.com/aaronfalk/quin-snyder-a-realist-as-jazz-lose-to-thunder
«Nosotros no entendemos esto, ¿por qué tendríamos que entenderlo? Nosotros no hemos estado en esa situación». Esas tres frases encierran un importante significado. Los Jazz no se han encontrado en ninguna de las situaciones que Snyder describe de los Thunder. El grupo de jóvenes jugadores – la segunda plantilla más joven de la liga – de la franquicia mormona no ha experimentado ni la mitad de las situaciones por las que Oklahoma ha pasado. Lo que viene a decir Quin Snyder es que ganar consistentemente en la NBA es un proceso largo y muy, muy duro. Extremadamente duro. Casi ningún equipo – me atrevería a decir ninguno – gana de la noche a la mañana. Michael Jordan tuvo que esperar siete años años para poder alzarse con un anillo. Lo mismo que Lebron, y aún le queda un cuenta pendiente con Cleveland. Golden State apostó por Curry en una decisión muy controvertida en su momento por la salud de sus tobillos, perdieron mucho, perdieron demasiado con Mark Jackson en la primeras rondas de playoffs, y luego llegó Steve Kerr y consiguió que todo el equipo hiciese click. Lo que viene a decir Quin Snyder es que para los Jazz aún falta un camino de titánicas proporciones que recorrer y que los Jazz no han pasado ni por un ápice de lo que han pasado muchos equipos para saborear el éxito. Ganar, el éxito, pasa por un largo proceso con diferentes situaciones y adversidades a las que Utah aún no ha sido sometido, por lo que los jugadores todavía no saben cómo responder; no han aprendido a cómo responder. Es un proceso, una curva de aprendizaje en el que aún no están, y equipos como los Thunder, los Clippers o los Warriors ya han pasado. Y solo uno de ellos – por ahora – ha sido capaz de ganarlo todo: «Para mí, ese es un equipo que es consciente de cuán difícil es ganar en esta liga. Ellos saben que tienen que hacerlo todo, y que a veces incluso eso no es suficiente en una noche concreta si no tienes un poco de suerte».
Esto no quiere decir que por una derrota en la pretemporada los playoffs queden fuera de cuestión y el mundo y las expectativas se caigan camino al inframundo griego. No, de ninguna manera. «Es ser realista», como explica Snyder.
Un poco con la misma tónica, inspirado quizá por la charla postpartido de la mente brillante del antiguo entrenador de los Austin Toros, hablaba Hayward con la prensa. Dejando por el camino un pequeño recado:
Creo que nos hemos dado cuenta de que no hemos conseguido nada. Tíos como vosotros [la prensa] estuvisteis dándonos mucho bombo el año pasado, también durante la offseason, y realmente no merecíamos nada de eso. Tenemos que continuar concentrados y aprender de partidos como estos.
Una dosis de realidad se llevaron los Jazz y ambos líderes del vestuario coinciden. El camino hacia el éxito es de colosales proporciones, y hay veces que grandes equipos se quedan por el camino. Hay que ser consciente de ello.