Los Knicks superan con claridad a los Bucks en el primer partido de la temporada

La NBA ya ha llegado a Milwaukee, y tras meses de espera en los que se ha hablado mucho del ilusionante proyecto de los Bucks, ayer finalmente se dio el pistoletazo de salida a la que puede ser una de las mejores temporadas del equipo de Wisconsin en muchos años, si tenemos en cuenta el potencial de la plantilla y las expectativas generadas alrededor de la misma.

Sin embargo, el comienzo no pudo ser peor. Tras décadas sin jugar el primer partido en casa, la ciudad de Milwaukee se preparaba para recibir a su equipo y tratar de apoyarle en busca de su primera victoria, pero no salió nada y casi desde el primer momento los Knicks impusieron su juego de transiciones rápidas que los pupilos de Jason Kidd no supieron parar en ningún momento del partido.

Los primeros minutos del choque estuvieron marcados por las imprecisiones, momento en el que los Bucks lograron sus primeras (y únicas) ventajas gracias a un Greg Monroe que dominaba el rebote en ambos lados de la pista. Pero tras unos primeros minutos de tanteo, la entrada de Derrick Williams cambió el partido, gracias a su intensidad y poderío físico en ataque, que le permitió terminar como el máximo anotador del encuentro con 24 puntos.

Después de este primer cuarto de tanteo (23-27), los muchachos de Fisher salieron decididos a irse con una renta cómoda al descanso y lo consiguieron gracias a un festival anotador en el que además del mencionado Williams, destacaron Kristaps Porzingis (16 puntos y 5 rebotes) y Galloway, cuya explosividad le permitió conseguir 16 puntos en tan solo 24 minutos de juego. Los Bucks poco pudieron hacer ante la eficacia anotadora de los Knicks, que finalmente se fueron con doce puntos de ventaja al descanso (51-63).

En la segunda parte se esperaba una reacción de los Bucks que nunca llegó, y donde probablemente se acusó por una parte la falta de rodaje y de compenetración en una plantilla relativamente renovada y por otra la sanción de Antetokounmpo (tras su agresión a Mike Dunleavy Jr. en el último partido de los playoffs de la temporada pasada) y las lesiones de Jabari Parker (volverá en Noviembre) y OJ Mayo limitaron al equipo tanto en defensa como en ataque.

En el tercer cuarto y en el ultimo el partido fue muy similar al de la primera parte, con los Bucks cometiendo demasiadas perdidas y los Knicks corriendo al contraataque y anotando con mucha facilidad, que además se permitieron el lujo de ganar con un Carmelo Anthony mediocre, que fallo demasiados tiros y que solo anoto 11 puntos, escasa anotación si tenemos en cuenta la capacidad de este jugador para superar la barrera de los 25 puntos con facilidad.

Al final, 97-122 para unos Knicks que demostraron mayor solidez en defensa (y compromiso) que en toda la temporada pasada y una gran eficacia en ataque frente a unos Bucks en los que hay mucho que mejorar pero donde parece que hay equipo de sobra para que esta sea la temporada de consolidación de un proyecto que a largo plazo tiene grandes objetivos.