Utah Jazz, defensa y más defensa

Dejan a sus rivales en 79,8 puntos por partido

Jazz Pacers 31.10.15

La temporada 2015-16 acaba de empezar, y aunque la muestra para hacer números y cábalas por uno u otro equipo es pequeña, sí se pueden ir atisbando ciertas tendencias.

Utah empezó con ilusión y con derrota en Detroit. A 23 segundos del final los Jazz se encontraban por encima  (86-85), pero un fallo defensivo tras el time-out de Detroit les hizo perder el partido.

Fue una derrota dura. No sólo por todas las expectativas que ha levantado la franquicia, sino también porque la defensa parecía estar. «Nos molestó porque creo que ellos [los jugadores] se enorgullecen de su defensa ahora mismo«, afirmaba el entrenador de los Jazz. Esa seña de identidad parecía no haberse desvanecido durante los meses de verano. Así se expresaba Snyder unos días después:

Era un partido de una posesión. No estoy diciendo que si defendíamos la posesión, ganábamos. Pero estábamos en una buena posición y no conseguimos defender.

Utah pareció encajar su primera derrota como un punto de inflexión. Fruto de la madurez del equipo o de la suerte del calendario, lo cierto es que los Jazz contaron con sendas victorias por 20 puntos las visitas a Philadelphia e Indiana.

De este modo, cerraron su primer viaje fuera de Utah con un récord positivo (2-1). Dato curioso, los Jazz no estaban por arriba del cincuenta por ciento de victorias desde abril de 2013.

 La NBA es una liga de scouting. Con tantos partidos seguidos, el trabajo pesado se hace en la preseason y los defectos del equipo se van corrigiendo sobre la marcha, en los entrenamientos que deja libre el apretado calendario o fruto del crecimiento del grupo. Por lo tanto, la preparación del staff técnico es crucial. Había muchas dudas de que la mejor defensa de la liga tras el All-Star pudiera ser sostenible: los jugadores y entrenadores estarían más preparados para la telaraña mormona, y especialmente el catalizador defensivo de ésta, Rudy Gobert.

Sin embargo, pasados – sí, apenas – tres encuentros de la mejor liga de baloncesto del mundo, el equipo de Salt Lake City se erige como la referencia defensiva máxima: Indiana y Philadelphia no llegaron a los 80 puntos contra Utah. Sólo el proyecto de Stan Van Gundy sobrepasó ligeramente los 90 puntos. Los Jazz encajan así solo 79,8 puntos por encuentro y permiten un 37,2% de tiros de campo. Poniendo en perspectiva este último dato, los Kings de George-defensive-blackhole-Karl permiten un 49,8% de acierto rival en tiros de campo. Prácticamente la mitad de los tiros que el rival de Sacramento realiza en estos – sí, apenas – tres partidos, acaban penetrando dulcemente la red.

Sobre esa seña de identidad habló Brett Brown tras la derrota de sus Sixers en el día que se estrenaban en el Wells Fargo Center, donde llegaron a escucharse pitos de la grada, fruto del paupérrimo juego del equipo (99-71):

Creo que están desarrollando algo que parece que va a ser sostenible durante un tiempo.

En Indianápolis, lógicamente, la tarea fue más complicada. Después de una primera parte en la que el small-ball  – que Larry Bird y Frank Vogel están intentando inculcar con calzador en los Pacers – se llevase el gato al agua en la primera parte, Utah únicamente permitió que Indiana anotase 27 puntos en la segunda parte. The French Rejection acabó con 17 rebotes. Favors anotó 16 puntos en los últimos 24 minutos, explotando con éxito la falta de músculo y centímetros en la pintura de Indiana. De hecho, Favors es el jugador más en forma de Utah: es el primer jugador desde 2009 en empezar la temporada con al menos 18 puntos en los primeros tres encuentros.

Un factor en ataque que muchos probablemente no esperaban es el de Rodney Hood. Es el segundo máximo anotador, con 15,3 puntos por encuentro, y culpable de Utah se mantuviera en el partido en la primera mitad en el Bankers Life FieldHouse. Los seguidores del equipo mormón ya sabían de lo que era capaz – fue rookie del mes de abril en la conferencia Oeste, tras estar con problemas musculares la primera parte de la temporada – y observaban con una mezcla de escándalo y gratitud, que un jugador con tanta muñeca y basketball IQ pudiese haber caído hasta la vigésimo-tercera elección del draft de 2014. Zach Lowe, gurú de Grantland, uno de los mejores portales de la NBA y desaparecido hace pocos días, expresaba un asombro que periodistas y fervientes aficionados de los Jazz ya experimentaron hace meses.

Gobert está cogiendo 13,3 rebotes por partido y realizando 3,7 tapones por encuentro. Es un factor defensivo establecido y los contrincantes se han dado cuenta de ello. Es el Andre Jordan de los Utah Jazz. No sólo su por su capacidad tapanadora, si no porque su mera presencia hace cambiar el apartado ofensivo rival. En estos tres partidos, los contrarios han realizado 37 tiros a una distancia de 1,5 metros del aro con Gobzilla defendiendo, anotando solo 11, un 29,7%.

Después de la victoria en Indianápolis, Rudy Gobert se mostraba contento aunque con la espina de no haber podido dejar el récord en un inmaculado 3-0:

Nos sentimos bien. Ha sido un viaje muy bueno. Podíamos haber ganado el primero [en Detroit] también, pero tenemos que mantener la misma mentalidad y jugar de la misma manera todo el partido.

Utah descansará hasta el miércoles, en la que será la noche inaugural del Vivint SmartHome Arena frente a Portland. Aunque el apartado ofensivo necesita un poco más de andadura, de más fluidez, lo cierto es que a los rivales de la franquicia mormona todo hace indicar que les seguirá costando anotar. Defense wins championships dicen algunos entendidos.