Portland empieza a sufrir la dureza del cambio

Seis derrotas consecutivas

Fuente: Matt Sisneros (CC)
Fuente: Matt Sisneros (CC)

Hace unas semanas se comentaba que Portland podía construir un cambio más llevadero de lo que en un principio se esperaba, sin embargo, también se quiso dejar claro que hablar de cosas así a estas alturas puede resultar precipitada (todavía sigue siéndolo). Y es que, pese al buen comienzo del equipo, no se podía decir que todo fuera a ser fácil, ni ahora que vaya a ser imposible, pero sí se puede afirmar que el cambio va a ser duro y complicado.

De un quinteto puntero en la NBA se ha pasado a uno completamente nuevo, en el que como ya es sabido, tan solo queda un titular del año pasado: Damian Lillard. El resto son jugadores que hasta el momento habían tenido un papel secundario y que ahora deben dar el paso de gigantes hacia la titularidad. Y no hay duda de que lo harán, ni de que tienen calidad para ello, pero sí hablamos de que no pueden verse resultados tras 12 partidos jugados.

Ahora es cuando lo difícil va a salir a la luz, cuando los equipos vayan cogiendo ritmo y se vea que la reestructuración cuesta y que necesitará de mucha paciencia. No hay que olvidar que la franquicia no tiene unos objetivos a corto plazo, puede que ni siquiera a medio, sino que pretende formar un grupo competitivo a largo plazo, a tres o cuatro años vista. El problema es que en el deporte, rara vez se tiene paciencia y pasar de un buen equipo a uno ‘del montón’, no siempre es fácil.

Sin embargo, desde el equipo de Oregón, saben que perder partidos es algo inevitable, pero que pese a ello, lo que nunca podrán hacer es dejar de competir y estar a un nivel óptimo. Esto fue lo que tras la derrota frente a los Hornets de Batum, recalcaron tanto la estrella Lillard, como el técnico ‘blazer’, Terry Stotts.

«No creo que estuviéramos con la intensidad necesaria para el partido, no teníamos la cabeza donde debíamos tenerla. Si no conseguimos mantener la intensidad y la concentración entraremos en una espiral descendente». Stotts.

Lillard, por su parte, siguió un discurso muy parecido pero también centrado en el juego defensivo y de equipo, pues en la primera parte frente a los Hornets, dos jugadores, Al Jefferson y Nicolas Batum, les endosaron, nada más y nada menos que 40 puntos entre ambos.

«La primera parte les dejamos jugar fácil y gratis. No nos comunicamos como equipo y no somos lo suficientemente agresivos como par estar a la altura de nuestros rivales. Si no somos duros e inteligentes no podremos ser competitivos». Lillard.

Sea cual sea el resultado final, la franquicia debe tener claro que hay que tener paciencia con los nuevos jugadores de peso del equipo, jóvenes como McCollum, Plumlee o Meyers, que deben usar esta temporada para curtirse como parte del futuro del equipo. Y los propios jugadores deben aprender que cuando uno juega en la mejor liga del mundo, el esfuerzo, la intensidad, la garra y el carácter son cosas que nunca se deben perder, aunque el electrónico diga lo contrario.