Kobe Bryant se despide de Minnesota con otra derrota tras prórroga
Los Angeles Lakers 122 - 123 Minnesota Timberwolves

Kobe Bryant se despidió ayer de la ciudad de Minnesota, ya que era la única visita de los Lakers al Target Center esta temporada, quedando un último partido, ya en febrero y en la ciudad de Los Angeles, entre estos dos equipos. Los Lakers llegaban como últimos clasificados de la Conferencia Oeste, buscando mejorar los resultados y sobre todo la imagen dada en esta primera fase de la temporada. Los Wolves, por su parte, se encontraban un solo partido por detrás de las posiciones de PlayOffs, aunque con 4 derrotas consecutivas, racha que intentarían cortar vs los californianos para entrar de nuevo en la lucha por esas posiciones nobles.
El partido empezó con duelos de anotación, que enfentaban a Towns y K-Mart vs Kobe y Jordan Clarkson. El partido, sin embargo, no era de un ritmo demasiado rápido y la igualdad se mantenía en los minutos iniciales. Los Timberwolves llevaban la iniciativa en el marcador en todo momento, pero apenas lograban despegarse unos 5 o 6 puntos, ya que los Lakers les perseguían de cerca. Pese a esta igualdad los porcentajes eran elevados, y se llegó al final de los primeros 12 minutos con un 32-35 en el luminoso favorable a los locales que mostraba perfectamente lo sucedido en la pista.
En el segundo cuarto, ya con las segundas unidades en pista, hombres como Julius Randle – sí, Randle ahora forma parte de los suplentes – o Shabazz Muhammad tomaron responsabilidades y cogieron las riendas de sus respectivos equipos en ataque. Los altos porcentajes y la pequeña ventaja de los locales seguían siendo la tónica dominante, y con la vuelta de los titulares en los últimos minutos de la primera mitad poco o nada cambió en ese aspecto. Así, los equipos se marcharon a vestuarios con un 57-59 que seguía favoreciendo a los locales.
Con Ricky asistiendo y los Wolves anotando, parecía que estos se marchaban en el marcador por primera vez en el partido, pero los Lakers supieron reaccionar a tiempo y nunca dejaron que la desventaja se les fuera a más de 10 puntos, y consiguieron con los minutos igualar la contienda una vez más. Pese a todo, Karl-Anthony Towns tenía ayer una de esas noches en las que no parece un rookie precisamente, y los Timberwolves intentaban bajo su batuta y liderazgo recuperar de nuevo esa distancia en el luminoso. Llegaron a tener un +8, momento en el que KAT se sentaba, pero ya sin él los Lakers volvían a acercarse hasta el 81-84 con el que se llegó al último descanso entre cuartos.
De nuevo con los suplentes en pista, los cambios de liderato en los primeros minutos fueron constantes, pero con la tendencia favorable a los visitantes, que poco a poco iban consiguiendo un pequeño margen. No obstante, con la vuelta de los titulares (excepto Kobe Bryant, que no jugaría los minutos decisivos del encuentro) y un Kevin Martin completamente desatado los de Sam Mitchell recuperaban la iniciativa en el luminoso mediado el cuarto. Con la igualdad por bandera, D’Angelo Russell se sacaba un triple de la manga con menos de un minuto por jugar que acercaba a los Lakers a solamente 2 puntos; aunque KAT respondía tras el tiempo muerto desde media distancia en una jugada muy bien ejecutada, y que dejaba la diferencia en 4 puntos a falta de 40 segundos. Russell se lanzaba un triple que no tocaba nada, pero el rebote caía en manos de Lou Will, que sí anotaba su tiro de 2. El siguiente «melón» se lo tiraba K-Mart, con lo que los Lakers tenían la última posesión; 8.5 segundos y 2 puntos de desventaja. Russell anotó un canastón tan impresionante como improbable, que dejaba el partido empatado con 2.2 segundos aún por jugar. Wiggins lo intentaba a la media vuelta sobre la bocina, pero su tiro no entraba. 94-94 y prórroga.
La prórroga transcurrió como lo había hecho el resto del encuentro, con una tremenda igualdad y parciales de apenas un par de canastas contestados inmediatamente, de forma que cuando quedaban 33 segundos la ventaja para los Timberwolves era de únicamente 1 punto – y porqué Randle fallaba un tiro libre en ese momento -. Los de Sam Mitchell no aprovechaban su oportunidad y agotaban la posesión, con lo que los Lakers tenían el último tiro para ganar y 9 segundos para buscar la mejor opción. Creyeron que esa opción era un 1vs1 de Russell, que falló el tiro de media distancia y también lo hizo Hibbert tras el rebote y a la desesperada. La victoria se quedó en casa por un ajustado 122-123.