Los Knicks arrasan en Philadelphia

New York Knicks 107 - 97 Philadelphia 76ers

Foto: Keith Allison (CC)
Foto: Keith Allison (CC)

Los New York Knicks visitaban a los Philadelphia 76ers con el morbo de ver por primera vez en la NBA el duelo de Rookies entre Kristaps Porzingis y Jahlil Okafor. Pudimos verlo en la Summer League pero no en el primer partido que enfrentó a ambos equipos esta temporada debido a la suspensión de dos partidos que impuso Philly a su estrella emergente debido a sus problemas extradeportivos.

El partido empezaba con un intercambio de canastas y errores a partes iguales, produciéndose varios empates en pocos minutos. En un partido con alta anotación, iríamos 11-11 en apenas 4 minutos. Un 2+1 de Afflalo ponía por delante a los Knicks, tras ir por detrás hasta el momento por el único hecho de que los Sixers anotaron los primeros puntos. Lo que los Sixers no sabían era que ya no iban a coger a los Knickerbockers en el marcador. La defensa de los Knicks dejaba sin puntos a los de Philly durante algo más de 2 minutos, haciendo que el parcial de los visitantes fuera de 7-0. Además, las pérdidas de los locales tampoco ayudaban mucho, y los Knicks poco a poco empezaban a despegar de la mano de Carmelo Anthony y Arron Afflalo. Entraban las segundas unidades y los visitantes seguían con su buen hacer, aunque los Sixers se reencontrarían con los puntos, recortando distancias. El 1Q acababa de una manera surrealista, pues un tiro de campo a campo de Jerami Grant pegaba en el tablero y TJ McConnell cogía el rebote y anotaba a tiempo para irse 30-23, 7 puntos abajo al final del 1Q. 

El 2Q empezaba con unos Knicks arrolladores, con un parcial de 6-0 rápidamente ya se ponían 13 arriba, oliendo sangre en unos Sixers que se veían obligados a pedir tiempo muerto. Justo después la realización nos ofrecía una estadística desoladora. Los Sixers llevaban 1-7 en TL mientras que los Knicks llevaban 12-14. Prácticamente la ventaja entera de los visitantes se fundamentaba en unos TL que no entraban para los locales. Si a eso le sumamos el pobre acierto en general (sobre todo exterior) de los Sixers, así teníamos el partido. Holmes empezaría a hacer daño en el aro de los Knicks, jugando un baloncesto más físico y machacando como si nada. Tanto fallo de los locales provocaba contragolpes de los Knicks, dejando así algún momento de lucidez para Derrick Williams, un especialista en este tipo de juego. En este segundo cuarto coincidirían en pista los hermanos Jerian y Jerami Grant con sus respectivos equipos, algo que no se ve todos los días en esta liga. No nos dábamos cuenta casi, y los Knicks se iban hasta el +19. Al descanso, el marcador era de 65-44. 

Ya en la segunda parte, el partido empezaría a transcurrir sin demasiada historia. Las distancias se mantenían, con unos Knicks quizás algo relajados por esa ventaja y unos Sixers que tenían un constante quiero y no puedo. En el duelo particular de rookies Okafor estaba más presente en el partido que Porzingis, que estuvo algo más fallón, aunque por momentos se enchufaba y marcaba mucho las diferencias. Pasado el ecuador del 3Q, los Knicks mandaban ya por 23. La máxima ventaja llegaba minutos más tarde, cuando los Knicks mandaban por 27 puntos a falta de 3:59 para el final del 3Q. El resto de cuarto prácticamente sería de muy pobre anotación, con muchos fallos en el tiro por parte de ambos equipos.

Ya en el último cuarto y con el partido lamentablemente decidido, podíamos ver a jugadores nada habituales contando con varios minutos. Había nueva máxima ventaja en el partido pues los Knicks ya mandaban por 30 (98-68). Okafor seguía dejando muestras de su clase, mientras el partido pedía un final que no llegaba. Los Knicks con lo más fondo de su banquillo anotaban sólo dos puntos en los últimos cinco minutos, provocando un parcial de 15-2 para los locales, que cerraban el partido 107-97 maquillando así el resultado tras perder por una media de 20 puntos casi todo el partido.