Jimmy Butler: La evolución de una estrella

de ser un simple 3&D a toda una estrella

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Shinya Suzuki (CC).

Todavía debería ser fácil mirar atrás y recordar a ese Jimmy Butler tímido en cancha, que requería poco balón y solo cobraba protagonismo ofensivo en las contras o cuando quedaba totalmente abierto para un triple (a pesar de no haber sido nunca un triplista excelso). Todavía debería ser fácil recordar a estos recientes Bulls liderados ofensivamente por Carlos Boozer o «KryptoNate» Robinson en su momento, y dirigidos por un Joakim Noah en pleno auge baloncestístico.

A pesar de ser una época en que el baloncesto más vistoso no reinaba en Illinois, gracias al gran trabajo de Tom Thibodeau, el equipo se convirtió en todo un fortín, y mediante férreas defensas se lograban grandes resultados con un roster que realmente no daba para lo que se lograba.

En estos dos años (2012-2014) cabe recordar que Derrick Rose estuvo prácticamente desaparecido, ya que la gran debacle inducida por las lesiones comenzaría para él. En lo que supondría el tercer año posterior a «la gran lesión», y el que sería el retorno (más o menos) de Rose, Jimmy Butler se hartó de esperar. 

Los Chicago Bulls llevaban más de dos años esperando a un hombre al cual se le había llegado a acreditar con el título de «El Heredero de Jordan», y Jimmy Butler decidió que ya había esperado suficiente tiempo a este heredero, por lo que comenzó a tomar las riendas del equipo.

La temporada pasada vivimos una explosión de talento y potencial en toda regla: De promediar 13.1 puntos a promediar 20; de anotar un 39% de los tiros de campo a anotar un 46% a pesar de estar intentando cuatro tiros más en promedio por partido; de pasar de tomar el 16.8% de los ataques del equipo a encargarse de un 21.6%.

Lo más fácil es apoyarse en las estadísticas, obviamente ya que estas hablan por sí solas. «Jimmy G Buckets» dio un salto de calidad de tremendo, pero no fue solo por su mejoría general en los números, sino por el repertorio ofensivo con el que impresionó a propios y extraños. Pasó de ser un hombre que no tomaba complicaciones en la ofensiva, a llegar a desarrollar un juego en el poste que durante los inicios de la temporada mostró una y otra vez apoyándose en una efectiva suspensión. Comenzó a poner el balón en el suelo con más frecuencia para atacar el aro por sí mismo, aunque tampoco llegó a abusar de esto. En resumen, Jimmy pasó de ser una sombra, a empezar a convertirse en una luz que guiase a estos Chicago Bulls. 

Además, y como es lógico, si hablamos de Jimmy Butler, hemos de hablar de defensa. Uno de los mejores guards desde bien jovencito en este aspecto del juego, dejando memorias para el recuerdo de muchos fans con un gran esfuerzo en la ya mítica «Defensa de Butler sobre LeBron». Un depredador de las líneas de pase que acecha siempre las intenciones rivales, y en cuantos menos lo esperas: ¡Zas! , ahí aparece él, cortando tu envío estandar y convirtiéndolo en uno express hacia tu propio aro.

Esta campaña 2015-2016, tras coronarse como MIP en la anterior, Butler ha decidido seguir donde lo dejó, e incluso yendo un poco más lejos, hasta tal punto que el eterno esperado por los Bulls, Derrick Rose, no ha tenido más opción que reconocer el increíble estado de forma en que se encuentra Jimmy le facilita muchísimo el readaptarse a la liga. 

Butler cada vez tiene más peso ofensivo en esto Bulls, prueba de ello es que sigue aumentando sus estadísticas con respecto a la temporada anterior (la de la explosión): de 20 ppp a 22 ppp; de tomar el 21.6% de ataques del equipo a usar un 24.3%. Además, en los dos últimos encuentros ha finalizado con 10 asistencias, consiguiendo en ambos partidos un doble-doble gracias a esa marca pasadora, la cual está siendo también la mejor de su carrera en cuanto a asistencias por partido, con 4.1.

Jimmy «El Mayordomo» ha decidido que está hecho para los grandes escenarios, que cuando algo no le sale bien, piensa hacer lo que sea para arreglarlo. Prueba de ello fue el encuentro frente a Toronto Raptors. Llegando al descanso había anotado únicamente 2 puntos, y al comenzar la segunda parte del encuentro organizó su propio festival: Finalizó con 42 puntos, superando el récord de 40 puntos en una sola mitad que había establecido el mismísimo Michael Jordan, un espectáculo ofensivo que vale realmente la pena revivir:

Desde hace ya un año Jimmy es toda una referencia para los de Chicago, sin embargo, desde hace poco hemos podido comenzar a verle dominar un encuentro propiamente, algo que hasta el momento no había sucedido de forma continuada. Contra los Raptors no solo fue el centro de la ofensiva, sino que hizo desaparecer a un hombre como DeMar DeRozan en la mayoría de las ocasiones en que se veían las caras (vale recordar que DeRozan estaba desplegando un nivel ofensivo durante las últimas semanas, promediando 26 ppp con más de un 45% en TC).

Para muchos Butler ya es el mejor escolta de la liga, un two-ways player capaz de encarrilar la victoria para tu equipo ya sea mediante una impenetrable defensa o con un demoledor ataque. El siguiente paso para Jimmy es demostrar que es capaz de liderar estos Bulls y llegar una vez más hasta la final de la Conferencia Este, donde muy probablemente le espere de nuevo LeBron James, y donde deberá demostrar en esta ocasión que ha crecido lo suficiente como para volver a retarle, y superarle, llevando a los Bulls hasta lo más alto. 

Butler posee todas las herramientas necesarias para consolidarse como el claro líder de los Bulls: Un físico trabajado capaz de irle cara a cara contra otros jugadores de mayor estatura; gran habilidad para penetrar y anotar con tráfico; comprensión y gran capacidad de lectura del juego en ambos lados de la cancha y algo que quizá no se destacada tanto como debería pero que es tan o más importante que lo anteriormente mencionado: La confianza y el entendimiento con sus compañeros. Prueba de ello es la jugada que realiza cada partido con la ayuda de Pau Gasol, que consiste en un pase de ally-oop rematada por Jimmy «Buckets».

Todavía le queda un largo camino por recorrer, pero sus ganas y trabajo duro solo parecen indicar que Butler irá cada vez a más, y a sus 26 años, todavía le queda mucho baloncesto que dar, algo que los Bulls deben aprovechar inteligentemente.