El combo escolta-alero J.J. O’Brien firmó esta semana un contrato de 10 días con la franquicia mormona. El jugador militaba desde principios de temporada en el filial en la D-League de los Jazz: los Idaho Stampede. Y es que el cuerpo técnico de Quin Snyder no quería perderle de vista después de la buena imagen que dejó tras su estancia en el equipo durante el verano.
Muchos fueron los que especularon con la posibilidad, ya entonces, de que el ex jugador de los Utah Utes y de San Diego State entrase desde el principio en los planes del entrenador para esta temporada. No fue así, en Utah prefirieron tenerle vigilado en su filial por si necesitaban echar mano de sus esforzados servicios en el trascurso del campeonato. Como así ha terminado ocurriendo.
Así que los Jazz vuelven a utilizar esa formula que tantos y buenos resultados les proporcionó la temporada pasada: el contrato de 10 días a jugadores provenientes de la D-League. Este curso no había habido necesidad de utilizar esta formula por una sencilla razón: el equipo se había reforzado con tres novatos. Raul Neto, Trey Lyles y Tibor Pleiss cerraron todos los huecos en una plantilla ya de por sí joven, y relativamente inexperta, como para añadir mas jugadores de éste tipo.
Pero las circunstancias mandan. O mas bien la necesidad. Elijah Millsap no había tenido un año como el anterior. Mientras que en defensa seguía funcionando, en ataque bajó claramente su productividad hasta el punto de no contar prácticamente para su entrenador. Su salida abre las puertas del equipo a O’Brien, quien podría haberse marchado a Europa a plazas más lucrativas que la de Idaho pero prefirió quedarse, precisamente, por si surgía una posibilidad como ésta.
El jugador natural de San Diego promedió en la Summer League de Utah 4 puntos y 2,3 rebotes en 13 minutos de juego. En la Summer League de Las Vegas promedió a su vez 4,6 puntos, 1,8 rebotes y 1,2 asistencias en 18,8 minutos en pista. Números que refrendó en los Stampede con 9,9 puntos, 5,1 rebotes y 1,6 robos en 33,4 minutos. Versatilidad, carácter y energía al servicio de Snyder, quien en la noche pasada ante Lakers le hizo saltar a la pista de Vivint Arena durante 4 minutos. Solo de dio tiempo a sumar un rebote, robar un balón y hacer una falta personal.