Larry Bird relata lo peor que vio nunca en una cancha de Basket
El alero cuenta una curiosa historia de Kevin McHale
Cualquier aficionado al baloncesto que haya tenido la suerte de ver a Larry Bird jugar en directo o la curiosidad suficiente como para hacerlo después de su retirada habrá sacado varias cosas en claro: nunca se hizo tanto con menos, nadie pasó tan bien el balón, es increíble que lo diese todo cada minuto que estaba en cancha y ¿por qué siempre tiene cara de rabia el tío que le está defendiendo? La respuesta fácil a esta pregunta es ‘porque está teniendo la peor tarde de su vida‘ pero la correcta es ‘porque está teniendo la peor tarde de su vida y encima el maldito Larry Bird se lo había avisado antes del partido y se lo recuerda en cada jugada‘.
Que el de Indiana es el mejor trash-talker de la historia es una de esas verdades inmutables de la naturaleza como que dos más dos son cuatro o que cada día que abres un periódico en España vas a ver un nuevo imputado por corrupción. Pero esta no es otra historia de Bird rompiendo mentalmente a un rival, sino el relato de lo peor que vio nunca el mítico #33 de los Boston Celtics en una cancha de baloncesto.
En una muy recomendable entrada en CSNNE, Rich Levine, nos cuenta una pequeña anécdota que Bird relató en una entrevista para la ESPN el año pasado. Inquirido sobre lo peor que había visto jamás en una cancha de baloncesto, el alero no dudó ni un segundo sobre qué episodio relatar. Vamos a ello.
La historia tiene lugar en Oakland n la década de los 80’s y los Boston Celtics están ganando un cómodo partido a los locales. En algún momento del último cuarto, Kevin McHale coincide en pista con un antiguo compañero suyo de la Universidad (McHale jugó al baloncesto en Minnesota) durante el breve periodo de tiempo que este entra en cancha. Haciendo gala de su famosa amabilidad, el ala-pivot le comenta a su ex-compañero que en la próxima ocasión que se enfrenten, «vete al poste y lanza que yo haré como que te defiendo» y así su amigo podrá lograr una fácil canasta. La amistad es algo que el tiempo no puede destruir.
Tiene el destino estas cosas y el jugador de los Warriors recibe el balón al poste, realiza un par de amagos, y cuando tira a canasta confiando en lograr una canasta sencilla, el de los Boston Celtics salta y le pone un tapón que manda el balón al segundo anfiteatro. No solo eso, sino que le comenta la jugada a todos sus compañeros mientras se ríe de su hazaña. Larry Bird no se podía creer lo que estaba viendo.
«Me sentí fatal por ese tío, y él estaba realmente molesto. Fui hacia K.C. Jones y le dije ‘sácame de aquí, ese chico está fuera de control’. Es lo peor que he visto en una cancha de baloncesto, y es la razón por la que me acuerdo de ese día. Tú no quieres hacer eso a un amigo».
Bueno, a uno no le llaman «La Zorra» por nada, pero supongo que algo tienes que hacer para mantenerte centrado durante una temporada regular en la que el 80 % de los partidos están ganados desde el momento que presentas la lista de los jugadores al árbitro. No dejes de leer la curiosa historia de investigación que hace Rich Levine sobre esta anécdota.