Ayer la NBA sacó a la luz los invitados «dictatorialmente», sin votación previa de nadie, los participantes para ese partido de Rookies vs Sophomores de antes que ahora lo han transformado en un EEUU vs Resto del Mundo, el All Star Rising Star Challenge.
Si bien la idea de enfrentar a jugadores de diferentes nacionalidades puede aportar globalidad a la liga, e incluso competitividad entre ellos en el mismo partido, no todos los años se puede ser justo con este formato, y precisamente en la temporada actual se han visto las deficiencias.
Que en un partido donde se debería ver a los mejores rookies y sophomores de la liga, no estén jugadores como Julius Randle, que promedia casi 11 puntos y 10 rebotes por partido en 27 minutos de juego (como dato curioso, rebotea mejor que Draymond Green) o Devin Booker, que últimamente esta cuajando unos partidos escandalosos, o incluso Justise Winslow, jugador que por estadística tal vez no destaque tanto, pero su juego en la sombra es increíble, es sencillamente una broma.
Y la broma se hace pesada cuando precisamente en esta fiesta de la NBA, sí veremos a Mario Hezonja (4,6 puntos y 1,7 rebotes prácticamente sin minutos de juego) o Raúl Neto (5,6 puntos y 2,3 asistencias).
El formato hace aguas por todos los sitios, y el espectáculo se empaña, tanto así, que no se convierte en un partido que enfrenta a los mejores novatos, a la vista de todos queda.
Centrándonos en el caso de Julius Randle, un jugador que está siendo irregular, sí, pero que promedia doble-doble en 27 minutos tiene que ir a ese partido sí o sí. Incluso si aceptamos que no tiene hueco al ser estadounidense, en el equipo del resto del mundo, su compañero, D’ Angelo Russell lo merece menos que él en lo que llevamos de temporada, mucho más irregular y apagado. También jugadores como Marcus Smart, Elfrid Payotn o Jabari Parker tienen peor rendimiento que Julius esta temporada, al menos estadísticamente hablando. Pero parece que la NBA la tiene tomada con el rookie, ah no, que tampoco lo es por jugar 7 minutos la temporada pasada. Como bien ha dicho su compañero Roy Hibbert (el que esta haciendo peor temporada que Julius) «Que Randle no vaya es una parodia»
No digo que Smart o Parker no merezcan ir, claro que si, pero el formato aplicado para este partido no es el correcto, visto el caso de Randle, pregunten a Booker o Winslow que les parece que Neto, Hezonja, o Clint Capela merezcan esa distinción más que ellos.
Si bien la NBA acierta en la mayoría de cosas que propone, como los partidos en Europa cada año en pretemporada, o en el afamado sistema de publicidad y marketing, el mejor de todas las ligas deportivas, con una envidiable manera de crear estrellas y protegerlas mediáticamente, también tiene errores de bulto, como las camisetas con mangas, que en general tanto por jugadores como por aficionados no es una idea que guste. Pero el caso del fin de semana de las estrellas se está empezando a contagiar de un virus difícil de curar. La noche de concursos cada año es menos vistosa, viendo poco esfuerzo por parte de los jugadores en las diferentes pruebas, incluso indiferencia y culminando con un concurso de mates que cada año que pasa es peor. El All Star Game siempre va a atraer al público y jugadores, pero está quedando igualmente diluido, y ahora el partido de Rookies y Sophomores queda en entredicho.
La NBA tiene que mirar muy bien qué esta haciendo con el All Star, tanto el de «los mayores» como el de «los pequeños», uno por estar masivamente votado a través del público y el otro precisamente por lo contrario y un sistema de equipos que no favorece ni al espectáculo ni a la meritocracia.