No veterans, no problem para los Spurs en Minnesota
San Antonio Spurs 116 - 91 Minnesota Timberwolves
El segundo mejor equipo de la Conferencia Oeste (y de la liga), San Antonio Spurs, jugaba anoche contra el tercer peor conjunto de la Conferencia del Pacífico, Minnesota Timberwolves. Visto así, las probabilidades de victoria para el conjunto texano eran muchas, pero si algo se ha aprendido recientemente en este deporte con el LAL-GSW es que los favoritos no siempre ganan, y de hecho los Spurs llegaban en un back-to-back tras caer contra los Pacers. Además, Gregg Popovich no estaba en el banquillo, en el segundo partido que se perdía por motivos familiares, y que le costaron esa derrota ya mencionada en Indiana. Los Timberwolves seguían sin tener muchas opciones y llegaban también en back-to-back con una derrota en Charlotte, pero si había un momento y un escenario para batir a estos Spurs era ayer en el Target Center.
Como efecto añadido, el partido también significaba la vuelta del ex-jugador de los locales hasta hace bien pocos días; Andre Miller (Kevin Martin también ha llegado a un acuerdo con la franquicia texana, pero aún no se ha oficializado), enrolado ahora en las filas de los Spurs en busca de un anillo de campeón.
Sin dos veteranos de inicio para calmar el juego como Tony Parker y Tim Duncan el partido empezó con un ritmo endiablado, mucho contraataque y posesión rápida y muy poco juego estático. Aunque eso favorecía al estilo de los Wolves, no les valió más que para mantener la igualdad ante un equipo superior como estos Spurs, que igualmente y pese a que no se mostraban del todo cómodos en pista, mandaban en el luminoso mediado el cuarto. La entrada de jugadores algo más jóvenes y atléticos como Patty Mills, Kyle Anderson o Boris Diaw fue correspondida con la de Tyus Jones o Shabazz Muhammad por parte de los Timberwolves, con lo que el marcador apenas sufrió cambios destacables y terminó con un 27-23 para los Spurs. Towns estaba dejando un recital de movimientos ofensivos en estos primeros 12 minutos con 9 puntos; pero Aldridge no se quedaba para nada atrás y había anotado ya 12 tantos en el primer periodo.
La defensa de los pupilos de Sam Mitchell seguía brillando por su ausencia en algunos momentos (aunque Dieng se esforzaba y mucho en que no fuera así), pero la fluidez ofensiva de los suplentes lo compensó en el segundo cuarto y con muy pocos minutos disputados los Wolves tomaron el liderato. Con este panorama, Messina se vio obligado a ir sacando de vuelta algunos de sus titulares antes de lo esperado. Este movimiento provocó la reacción también de Sam Mitchell para los Timberwolves, volviendo también los titulares locales a pista. Los visitantes retomaron la ventaja, pero no fue hasta que apunto de llegar a la media parte un parcial de los Spurs de 18-5 les colocó con una cómoda ventaja para marcharse a vestuarios, terminando 59-47 el periodo.
Fue en la reanudación cuando los Spurs decidieron que se había terminado el juego, que se acabó la tontería y que era momento para ellos de ir a por el partido. Los Timberwolves no pudieron parar la avalancha anotadora que se les vino encima, con un claro parcial de 9-0 que situó la diferencia por encima de la veintena por primera vez en el encuentro. Ahí se estabilizó la distancia y el cuarto acabó con un más que contundente 93-68.
Salvo sorpresa monumental, quedaban 12 minutos de la basura en los que los incentivos más «ilusionantes» eran ver si Towns lograba un nuevo 20-10 (entró 17-8 a este último cuarto) o si LaMarcus Aldridge conseguía su doble-doble para redondear la noche, ya que atesoraba 29 puntos y 7 rebotes en el momento de iniciarse el periodo. Finalmente ni eso se pudo ver, ya que los locales no lograron acercarse en el marcador durante los minutos iniciales del cuarto, por lo que Aldridge ya no volvió a pista y Towns, aunque sí lo hizo momentáneamente, se quedó en 19p-9r. Transcurridos esos últimos 12 minutos, el marcador fue de 116-91.