No hay mañana para estos Boston Celtics
Brad Stevens tiene que tomar decisiones antes de caer en el hoyo
Una pesadilla, nada parece funcionar a los Boston Celtics
O esa es la sensación que se tuvo en los primeros dos partidos. Dos comienzos rozando el espanto, un reajuste insuficiente en los dos encuentros y la lista de heridos que se incrementa día a día, alargando la brecha de calidad existente a priori antes de comenzar la serie.
Habíamos hablado de que éste emparejamiento era de los peores que le podían tocar a los Celtics, por sobrados motivos que ya hemos expuesto. El inconveniente radica en que a esa dificultad previa, se le están agregando imponderables (lesiones), bajos rendimientos y dificultades contempladas, pero no por eso salvables.
Con el 0-2 en el bolso, los jugadores retornan a Massachusetts con la sensación de que esto está cuesta arriba y que si no ocurren cambios drásticos, el destino parece inevitable… al mejor estilo Neo y el agente Smith en el “final mojado” de Matrix.
La primera conclusión que se puede sacar es que los dos agujeros defensivos del conjunto de Stevens están decantando el destino de los partidos. Isaiah Thomas y Jared Sullinger son un dolor de cabeza defensivo. El primero ya lo sabemos, por una cuestión lógica y de físico tiene que ser ayudado constantemente por sus compañeros para evitar ser ultrajado por los jugadores rivales, pero su importancia en ataque es tan grande que no se puede prescindir de él.
El ex-Ohio State es harina de otro costal, en el análisis previo había indicado que no me parecía una serie adecuada para el pívot. Su falta de movilidad (ALARMANTE) en los partidos previos, me hacía dudar de su aporte a la causa verde, mas teniendo en cuenta que en frente estaban dos de los pívots más dinámicos de la liga (Millsap y Horford).
En un sistema de ataque como el de los Hawks, donde cualquiera de los dos internos puede asumir roles de exterior o de pivots, se necesita de alguien que pueda desdoblarse en esa función, para poder cubrir las ayudas que requiere un pick and pop, una ayuda extendida al lado contrario (triple de la punta), o simplemente una rotación.
Sullinger, claramente no puede realizar esto, en todas las situaciones en las que tiene que utilizar velocidad de reacción, queda expuesto ante la velocidad y movilidad de los oponentes. Lo que lleva a anotaciones fáciles, o sobreesfuerzos de sus compañeros que son castigados por la liberación de su marca original.
Con la lesión de Avery Bradley (mejor defensor del plantel) la vulnerabilidad implícita, se vuelve explicita, llevando a que los Hawks encuentren los caminos para dañar fácilmente (Horford y Korver abusaron en el día de ayer de esto). Solo en los pasajes en que Thomas y Sullinger no compartían cancha fue cuando el equilibrio defensivo tuvo su momento de apogeo.
Stevens sabe que los mejores pasajes de los Celtics en esta serie se vieron con la utilización del small ball y con Amir Johnson ocupando la posición de cinco. La ecuación es muy simple, no hay margen de tiempo (nadie salio del 0-3) se debe usar lo que funciona desde el minuto cero. No se puede mantener en cancha a Thomas y a Sullinger juntos por lo expuesto anteriormente y la única manera de contrarrestar la movilidad de los de Georgia, es con jugadores rápidos y versátiles que puedan también abrir la cancha en ataque.
La segunda cuestión que ha saltado a la vista en este emparejamiento ha sido algo que venimos repitiendo durante todo el año, la falta de anotación. Con Thomas bien defendido en la pintura y la falta alarmante de tiro exterior parecen darle cero posibilidades al conjunto verde de sacar adelante la eliminatoria.
La muy buena defensa de Atlanta (segunda en la liga) ha desnudado todas las carencias ofensivas con las que cuentan los Celtics, más que nada con el tiro exterior (5-28 en el día de ayer). Ante una defensa que se repliega sobre la pintura como la de los Hawks, la única manera de combatirla es desde el exterior o abriendo la cancha para poder romper en la zona.
Más allá de los meritos de la defensa de los de Mike Budenholzer, el bajo nivel expuesto por Jae Crowder (claramente resentido físicamente), la anulación de Thomas y la ausencia de Bradley, llevan a que se tenga que trabajar el ataque con mucha movilidad, para que se pueda tomar un tiro a «pie firme» y desde una buena posición.
Los Halcones han provocado que los Celtics tengan que tomar tiros incómodos y desde lugares poco propicios para la anotación, pero además ha contado con la complicidad de la desesperación y falta de paciencia por parte de los verdes, que ejecutan pésimo en estacionado (Smart sobre todo).
Stevens tiene que estar más molesto por COMO, se está corriendo el ataque, que por qué no se esté anotando. Si se falla un tiro bien tomado, es menos doloroso a que se lo haga sin haber ejecutado correctamente, porque un equipo falto de talento para la anotación como este, si no ejecuta de las mejores posiciones jamás podrá llegar al aro con efectividad.
Otra de las claves de este mal momento en ataque, se debe a que no están pudiendo ejecutar en transición, donde los de Massachusetts se hacen más fuertes. La falta de rebote defensivo, sumado al buen retroceso de los Hawks, completa un combo casi fatídico para las esperanzas verdes.
El retorno a Beantown tiene que ser con modificaciones por parte del coach. La alineación baja tiene que arrancar el partido, para no dar más ventajas en los primeros cuartos (Thomas, Smart, Turner, Jerebko y Amir puede ser una posibilidad). Se tiene que pensar si se lo va a mantener a Crowder desde el arranque (su estado físico no es el adecuado para que desarrolle su juego) y el ataque tiene que ejecutar con mucha movilidad para poder tomar tiros desde buena posición y con mayores posibilidades de anotación.
Con todos estos cambios se podrá disputar la serie desde una posición menos desventajosa, pero esto no termina de erradicar el problema de fondo, la diferencia de talento está ahí latente y a la larga se termina pagando (ya hablará Alvaro Mendez de esto) lo que se puede hacer, es simplemente achicar el margen de error y para eso, se necesita de buena ejecución en los dos costados de la cancha.