Drummond y el dilema del máximo contrato

Detroit se plantea ofrecerle el máximo a su carismática estrella

Andre Drummond. Fuente: Keith Allison (CC)
Andre Drummond. Fuente: Keith Allison (CC)

Tras darse por finalizada la temporada de forma oficial para los Detroit Pistons, es hora de ir haciendo movimientos en cuanto a los activos de la plantilla. A diferencia del resto de franquicias, el equipo ya «hizo el agosto» durante el trade deadline tras el All-Star, reclutando a Tobias Harris a cambio de Ilyasova y Jennings, armando de forma definitiva el quinteto inicial. Sin embargo, una vez ya se ha dado inicio al periodo vacacional de los ‘Bad Boys’, la prioridad es ir asentando las bases de los nuevos contratos de jugadores cuyo vencimiento está cercano. En esto nos ocupa el caso de dos jugadores; Kentavious Caldwell-Pope y Andre Drummond.

El primero ya expresó hace unas semanas que su máxima prioridad era concentrarse en mejorar su estilo y su tiro, ya que flaquean mucho en compensación con su defensa. De esta forma, el alero ha desviado cualquier tipo de preguntas y posibles conversaciones acerca de la renovación a manos de su agente, que se encargará de atender las peticiones y ofertas del club. Sin duda alguna, es una inteligente acción por parte del joven jugador ‘piston’, ya que su tiro casi cuesta en varios partidos la victoria contra equipos como fue el caso de Milwaukee a finales de Regular Season. El ‘small forward’, considerado como uno de los mejores, sino el gran defensor ‘uno contra uno’ de la liga, sigue sufriendo mucho con su tiro, ya que a pesar de ser engalonado como el mejor tirador del equipo, cuenta con porcentajes muy pobres, que siempre rondan la media de la liga con un 32,7% en triples, y un 40% en los tiros totales de campo.

El segundo, de mayor relevancia, es un caso mucho más complicado. Si bien Kentavious Caldwell-Pope es una gran prioridad para la franquicia, todo debe quedar en segundo plano si se debe renovar a la gran estrella, Andre Drummond. A pesar de que el margen temporal es amplio, la duda de si merece el máximo o no está en el aire, aun sabiendo todo lo que aporta el pívot a la franquicia, y es que hay ciertos aspectos que no gustan a los de las oficinas.

Por un lado, está esa genética oculta que le emparenta con DeMarcus Cousins. El pívot de UConn cuenta ya con numerosas acciones de dudosa honorabilidad, y a veces le ha costado el partido a su equipo, al entrar en una espiral de frustración y rabia. Prueba de ello es la última de estas acciones, en la cual le asestó un duro codazo a LeBron James que tenía poco contexto sobre el que apoyarse, más que el de la mera frustración por la derrota, ya que en ningún momento James demostró antideportividad directa hacia el 5 de los ‘Bad Boys’. Y es que el pívot tiene un mal genio que le ha costado numerosos partidos a los Pistons. Uno de los momentos que más se le recuerda es el partido en el que recibieron a los Raptors en el Crystal Palace, y James Johnson endosó ante su presencia un más que poderoso mate que sin duda alguna hizo alzar de forma abrupta las voces del pabellón. Sin embargo, en la siguiente acción, a cuento de una rabia descontrolada, Drummond le asestó un fuerte empujón que provocó una caída al suelo, dando lugar a una pelea entre ambos conjuntos.

Por otro lado, están esos horrorosos números con el tiro libre, que sin duda alguna lo convierten en una presa lenta y asequible para recortar diferencias en un partido complicado, mediante la técnica del ‘hack’. Por ello, Van Gundy, para prevenir este tipo de situaciones, reclutó al ‘big’ Aron Baynes, un activo más que útil para la franquicia para arrancar con la segunda unidad. Volviendo al egresado de UConn, es meritorio el hecho de que se esfuerza en mejorarlos, según ha nombrado incontables veces, pero el problema es puramente mental, ya que durante sus días de instituto no tenía malos números. Por tanto, el dilema mental es algo que no suele trabajar mucho, tal y como demuestra con sus acciones de dentro y fuera de la pista.

Tras toda esta crítica a Drummond, es remarcable decir que se merece la máxima extensión de contrato, ya que a pesar de sus incontrolables reacciones agresivas o su poca eficiencia como tirador, se debe decir que es uno de los mejores reboteadores de la liga, contando con un total de 12,6 rebotes de media a lo largo de su carrera, además de unos muy aceptables 13,2 puntos por partidos. Por los números, Drummond se merece la renovación, pero es su forma de mover a las masas en Detroit, reclutando nuevos adeptos a la franquicia, y devolviendo la ilusión a la ciudad de los grandes lagos americanos, es más que justo que se aproveche de cierta manera de los directivos de los pistons, y consiga esa extensión máxima de contrato.