Han pasado más de 48 horas desde que Movistar Estudiantes cavase su propia tumba en San Sebastián y todavía son muchos los aficionados estudiantiles que no se explican como los de Sergio Valdeolmillos tiraron por la borda una ventaja de 10 puntos en dos minutos. Muchas preguntas y un futuro sin resolver, el equipo colegial ha perdido la categoría por segunda vez en apenas un puñado de años, algo que acentúa, más si cabe, la necesidad de cambiar muchas cosas en el club.
Se llegó a septiembre del año pasado con un proyecto claro, hasta cinco canteranos confeccionaban una plantilla dirigida por un entrenador conocido por su trabajo con los jóvenes, pero tres de ellos han terminado teniendo un papel más que residual, teniendo que ver como un sin fin de temporeros pasaban por el Magariños con más pena que gloria tratando de salvar una temporada abocada al fracaso. Un año que tanto Edgar Vicedo como Fran Guerra pueden considerar como prácticamente perdido en su corta carrera.
Y es que el inicio de temporada fue una auténtica ruina, con Nacho Martín, la estrella del equipo, arrastrando problemas físicos después de los Juegos Europeos de Bakú; con el fichaje estrella, Stimac, pegando la estampada en su tercer partido; y con dos americanos que, siguiendo con la tónica general de las últimas temporadas, no funcionaron en ningún momento. Un despropósito que se intentó remediar con hasta 6 fichajes, y un cambio de entrenador, durante la competición, entre los que estaban Simpson y Pumprla, por los que no se apostó en Septiembre; y Laprovittola, por el que Ocampo suspiró durante todo el verano y parte de la temporada y se lo trajeron dos semanas antes de echarle, cuando contaba con el apoyo total de la plantilla, inaudito; además de Xavi Rey, marginado por Valdeolmillos en el último mes y medio; Tony Mitchell, al que se le hizo un contrato de un mes debido a su historial; y Levon Kendall, un cuarto ala-pivot cuando el equipo demandaba un tirador como el comer.
“Creo que la forma de confeccionar la plantilla tiene parte de culpa, está claro que todos somos culpables pero cuando se hace una plantilla en la jornada 20 es difícil. Si hubiéramos tenido esta plantilla a principio de temporada otro gallo habría cantado y estaríamos hablando de otra cosa”, comentaba Juancho Hernangómez horas después de la debacle.
Ahora que Movistar Estudiantes es equipo de LEB Oro, hasta que no se diga lo contrario, tiene un problema mucho más gordo de lo que parece, y es que el descenso te quita el derecho de tanteo, un derecho que los colegiales tenían con Juancho, con Darío y con Edgar Vicedo, además de perder a jugadores con contrato en vigor por una temporada más, como Nico Laprovittola o Jaime Fernández, dos de los activos más valiosos del equipo y que podrían salir del Ramiro a coste cero. Un drama.
Son muchos los aficionados que ven con buenos ojos una remodelación desde abajo, con el apoyo de Movistar se podría construir una plantilla potente en LEB Oro que vuelva a reenganchar al aficionado, que genere ilusión en las gradas, un cambio de rumbo con gente de la casa que permita analizar los errores del pasado. El problema llegará cuando se le proponga a jugadores maltratados durante la temporada, como Edgar Vicedo o Fran Guerra, abanderar el proyecto en LEB, ya que pensar que Darío Brizuela seguiría perdiendo la categoría es una osadía, el escolta tendrá ofertas, muchas, si no las tiene ya, para seguir en Liga Endesa.
Por otro lado están los aficionados que suspiran por salir en ACB aprovechando la desgracia de los equipos de LEB Oro que no serán capaces de pagar el canon de ascenso, una posibilidad bastante real, de hecho es la más probable a día de hoy. Una masa que ni muchos menos es minoritaria, pero que reniega de afirmar un pensamiento tan antideportivo, pero que exige un cambio de rumbo en la directiva, que rueden cabezas y entre savia nueva. Y si esto se confirma, a rezar para que los Jaime, Darío y compañía hayan tenido la paciencia de esperar por el equipo, de lo contrario será muy complicado apostar por un proyecto reconocible para Estudiantes.
El verano se presupone muy largo en Serrano 127, primero Fernando Galindo pondrá su cargo a disposición de los socios y ahí Estudiantes decidirá y empezará de cero, después veremos donde dejan jugar al equipo. Y es que, esta vez sí, los del Ramiro han tocado fondo.
No querría terminar esta entrada sin hacer referencia a la afición. Sonará mal, pero tampoco se ha estado a la altura, la Demencia también tiene que hacer autocrítica, hace años era imposible ver en silencio a la famosa afición colegial, una afición que se ha visto en cuadro muchas veces este año y ha optado por la crítica destructiva en muchas fases de la temporada más que por el apoyo incondicional a un equipo que se hundía poco a poco. Pese a ello, y una vez más, ha sido el mejor y mayor activo del equipo, prueba de ello son el más de medio millar de aficionados que se desplazaron a San Sebastián de madrugada para animar a los suyos.
Estudiantes volverá, estoy seguro de ello.