Utah Jazz, uno de los cuatro workouts elegidos por Sabonis

El jugador de Gonzaga podría terminar recalando en Utah

Domantas Sabonis, Gonzaga (todaysfastbreak)
Domantas Sabonis, Gonzaga (todaysfastbreak)

Domantas Sabonis, hijo de la leyenda del baloncesto lituano, parece que tiene asumido que su nombre va a salir elegido en la mitad alta de la primera ronda del draft ya que solo realizó cuatro workouts, con Jazz el lunes, que tienen el número 12, Celtics, que tienen el 3, el 16 y el 23, Suns, que disponen del 4, el 13 y el 28 y Raptors, que escogerán en el puesto 9 y el 27. Utah fue su última parada y aunque la franquicia de Salt Lake City parece que tiene cubierta la pintura, el natural de Portland podría ser el mejor jugador cuando les llegue el turno.

El ala-pívot de Gonzaga es, a diferencia de su padre, un jugador más atlético y explosivo, y los Jazz podrían estar interesados en su capacidad para encestar fuera de la pintura además de cumplir por dentro. Sabonis entrenó solo ya que la condición que puso su agente fue que no se enfrentara a nadie de su tamaño, pero al vicepresidente de personal de jugadores del equipo, Walt Perrin, no pareció importarle:

«Tuvimos la oportunidad de ver algunas cosas que normalmente no vemos en Gonzaga. Es bastante talentoso cerca del aro con su juego de pies y su habilidad para encestar. Tuvo un muy buen workout entrenando solo».

Uno de los principales atractivos de Sabonis es su posible rápida adaptación al baloncesto profesional, algo que apoya su gran desarrollo en apenas dos temporadas en NCAA. En su segundo año en la universidad el alero de 2,08m. y ex de Unicaja Málaga pasó de promediar 9,7 puntos y 7,1 rebotes en apenas 21,6 minutos por encuentro a cosechar 17,6 puntos y 11,8 rebotes en 31,9 minutos. No sólo es interesante su trabajo en los tableros sino que aún sin llegar a ser el pasador que fue su padre, Domantas sí que ha progresado hasta convertirse en un decente creador desde el poste y contra dobles marcajes, aumentando su porcentaje de asistencias de un 7,5% en su primer curso en Gonzaga a un 11,3% en la 2015-16, y reduciendo a su vez el número de pérdidas de un 17,7% a un 16%. Contra St. Mary’s en enero casi consigue un triple-doble, con 17 puntos, 13 rebotes y 7 asistencias.

Su porcentaje de tiro, un sólido 63,2%, será difícil de traducir con éxito a la NBA, pero Sabonis puede ayudar a compensar el aumento de nivel de la oposición en la zona con una mejora ostensible en su tiro de 5-6 metros. En la universidad apenas intentó 14 triples, convirtiendo 5, pero cualquier franquicia que lo seleccione en el draft querrá que siga desarrollando ese arma.

En defensa, con una envergadura por debajo de la media en la posición de ala-pívot, podría tener problemas, aunque en Gonzaga lo compensó con una buena combinación de movilidad, fundamentos y tremendas ganas de vencer. Ese hambre no pasó desapercibido para los Jazz, como dijo Perrin:

«Tiene crecimiento todavía en él. Es un buen pasador grande y juega naturalmente duro. Podrías pensar que todo el mundo juega duro, pero ese no es necesariamente el caso. Cuando ves a un jugador, especialmente un grande que juega naturalmente grande, lo tienes en cuenta».

Sus cualidades atléticas no se proyectan para poder jugar de pívot en alineaciones pequeñas en la NBA y eso podría ser un obstáculo si no consigue desarrollar su tiro exterior, ya que actualmente no hay nada más importante que el espacio. Su intelecto y su conocimiento del juego, sin embargo no se ponen en duda. Lo importante de todas maneras para Utah ahora mismo es que Sabonis haya tenido en cuenta a los Jazz:

«Estoy buscando un buen sitio, un equipo que tenga una gran organización y que me quiera. Sé que son una gran organización, un equipo muy joven con un montón de potencial. Están subiendo muy alto y va a llegar pronto».