El caos de la selección española

No está dando buen juego

Rudy Fernández abatido tras la segunda derrota. Foto: FIBA
Rudy Fernández abatido tras la segunda derrota. Foto: FIBA

En el día de ayer la selección española volvía a caer por segunda vez en lo que va de competición en un ajustado final donde tenía la última posesión para anotar y ganar el partido. Tras eso, Sergio Scariolo, cauto y queriendo apagar los fuegos, decidió decir que les había tocado el mal escenario en las dos ocasiones. Que las cosas podrían ser muy distintas y en lugar de dos derrotas se podrían hablar de dos victorias épicas.

Pero lo cierto es que por mucho que Dario Saric no hubiera taponado el tiro de Pau y se hubiera acabado ganando o Sergio Llull hubiera metido una de sus mandarinas ante la mirada de toda la afición brasileña, la sensación de mal juego y de los muchos problemas que tiene España seguirían allí. Y es que no se está hablando de que España haya jugado mal en los instantes finales o haya estado desacertada. Se está hablando de que la selección española no está logrando mostrar un juego que realmente resulte una amenaza durante más de cinco minutos seguidos y que en ataque no hay ni plan ni acierto.

La defensa

Sergio Llull defendiendo en una defensa zonal. Con Rudy y Felipe detrás. Foto: FIBA
Sergio Llull defendiendo en una defensa zonal con Rudy y Niko detrás. Foto: FIBA

Curiosamente, es una de las facetas en que la selección española se encuentra mejor. Con el gran desacierto que encontramos en el ataque, los jugadores son conscientes que se debe hacer un esfuerzo extra. Y aunque en defensa individual se encuentran lagunas para defender a los hombres clave del rival, la defensa zonal 2-3 que Sergio Scariolo ya ha puesto en práctica en diversas ocasiones si que da resultados e impide que el ataque rival sea vertiginoso y puedan cortar la zona con facilidad. También cabe destacar en este aportado la aportación de jugadores como Víctor Claver que se está convirtiendo en una auténtica muralla defensiva.

El ataque

Felipe Reyes lanzando un lanzamiento lejano. Foto: FIBA
Felipe Reyes lanzando un lanzamiento lejano. Foto: FIBA

Decir que la selección española en ataque se encuentra sin ideas y que da la sensación de no tener plan alguno es casi quedarse corto. Ya era de sobra conocido que el plan A de España era apoyarse lo máximo posible en ese extraterrestre llamado Pau Gasol. Pero esta vez el plan A no está funcionando y Pau, acusado por su estado físico, ha bajado al mundo terrenal (aunque sus números han sido 26-9 y 13-10) y sus compañeros parece que se encuentran incapacitados de suplirle. Para poder detener a la mayor arma de la selección española, los rivales utilizan dos contra uno cuando Pau se encuentra con la pelota en la zona o lo intentan alejar de la zona. En ambos casos se produce un mismo escenario: ventaja para la resta de jugadores con balón. En el caso de dos contra uno, muy utilizado por Croacia, creaba un gran espacio para jugadores que se supone que son fiables lanzadores de tres están fallando casi más que una escopeta de feria. Y parece que no se encuentra otra solución. En el otro escenario, donde se -intenta- sacar a Gasol de la pintura, se crea un enorme agujero desde la pintura que raramente se ha aprovechado. Y la verdad es que España tiene recursos de sobra para tal y cuando, en contadas ocasiones, ha querido sacar provecho, ha habido premio. Ya sea con penetraciones de Claver o Rudy provocando la ayuda del cuatro defensor dejando a Mirotic abierto solo en la esquina. Desde donde él, allí, si es letal. O como cuando Juan Carlos Navarro se atrevió a adentrarse en la zona (solo lo he visto una vez) y logró sacar un dos más uno. Porque hacia al aro, jugadores con físico como los dos mencionados antes o con una gran suma de recursos como la «bomba» Navarro, pueden ser letales. Y allí lo debe aprovechar España. Y más teniendo cuatros como Felipe o el ya mencionado Mirotic que tienen una buena mano desde media-larga distancia.

Pero con jugadores como Sergio Rodríguez, Ricky Rubio, Sergio Llull o Rudy Fernández, la lógica diría que con Pau casi fuera de juego como mayor creador de esta selección, otro podría salir a dar un paso adelante. Y la cosa no está siendo así, salvo momentos de lucidez del «chacho» donde consigue crear a base de su gran visión de pase y otras jugadas donde si que se consigue mover el balón por el perímetro. Pero a parte de esos contados momentos, el juego de la selección es lento y sin verticalidad, cayendo en las trampas defensivas de los rivales. En ese aspecto,  la selección española necesita más movimiento del hombre sin balón y cortes hacia el aro. Pero sobretodo, que los exteriores no amasen el balón desde el perímetro e intenten crearse su propio tiro tras bote.

Y allí aparece la figura de Sergio Llull.

Sergio Llull atacando el aro contra Croacia. Foto: FIBA
Sergio Llull atacando el aro contra Croacia. Foto: FIBA

Simplemente porque es su naturaleza, al contrario que el resto de los jugadores, Sergio Llull juega los partidos a un ritmo superior del que siempre se encuentra. Y es más que capaz de hacer que el partido se adapte a su ritmo. Y eso es precisamente lo que necesita la selección dirigida por Sergio Scariolo. Encontrándose en un ritmo de ataque muerto, sin dirección alguna, España necesita que Llull imponga su sexta marcha y el juego pase a ser veloz y vertical hacia el aro. Y para ello el jugador debe asumir los mismos galones que tiene en el Real Madrid.

Ante la selección brasileña, ya pudimos ver destellos del jugador de Mahón asumiendo dichos galones. Y el resultado, en la mayoría de las ocasiones, fue positivo. La selección española necesita descaro y garra al mismo tiempo. Y eso Sergio Llull lo lleva en las venas.

El problema de los bases

José Manuel Calderón sufriendo desde el banquillo. Foto: FIBA
José Manuel Calderón sufriendo desde el banquillo. Foto: FIBA

Antes de aterrizar en Río de Janerio, Sergio Scariolo advirtió de que habría uno de los tres bases que viajaban hacía Río no iba a contar con minutos. Y todos sabíamos que el elegido era el base extremeño. Pero lo que no era de esperar era los problemas que están surgiendo en la posición de base. El que se suponía que era y es el base titular de España y que debería tener más minutos, Ricky Rubio, está sufriendo demasiado para poder llevar el juego y no está aportando en positivo. Los rivales son conscientes de que tiene serios problemas con el tiro de tres y le flotan, llegándole a dejar más de dos metros de distancia. Y aún así Rubio no se atreve a tirar. Precisamente, el tiro tendría que ser la primera opción que Ricky tuviese en mente. Aunque tu tiro no sea para nada fiable, si tu rival te deja tanto espacio debes tener la valentía y confianza para tirar. Mucho podrían cambiar las cosas en la defensa rival si anota el primer tiro y después algún otro de los dos o tres siguientes.

La otra opción que tiene Ricky es atacar el aro. El base de Masnou es un jugador con una envergadura enorme y una visión de pase extraordinaria. Por lo que al atacar el aro se le pueden dar dos escenarios. Uno donde no le salen las ayudas, este sería el ideal, y donde Ricky avanza hacia el aro aprovechando su gran superioridad física que tiene con casi todos los bases rivales y anotar e incluso sacar una posible falta. El otro escenario, y el más lógico, es que le salgan las ayudas de una de los dos interiores y el base de los Wolves saque la pelota para el tiro de media distancia de Pau, Felipe o Niko que, en principio, debería ser fiable.

En cuanto a José Manuel Calderón, por mucho que se diga que puede aportar cosas positivas, la verdad es que darle minutos no te proporciona ninguna solución. Si, es cierto que su tiro es mucho más fiable que el de Ricky, pero en la actualidad, el base de los Angeles Lakers no es un jugador que lance más de tres triples por partido y te anote uno o dos. Y eso sin tener en cuenta que a Calderón no le flotarían en absoluto. Todo lo contrario, gracias a la superioridad física que tienen todos los bases rivales, se le practicaría una fuerte presión que impediría que organizara el ataque con calma y cabeza.

La rotación

Sergio Scariolo observando el marcador. Foto: FIBA
Sergio Scariolo observando el marcador. Foto: FIBA

Cuando vimos la lista definitiva de la selección española, por primera vez desde hace años pensamos que porfín teníamos una lista de doce jugadores donde la gran mayoría podían aportar y habría rotación de unos diez jugadores, en lugar de ocho. Pero Scariolo no lo ha visto así.

El mayor problema se encuentra en el juego interior, con nuestro referente Pau Gasol como protagonista. Ahora mismo, Pau no se encuentra en su plenitud física. Y era de esperar que Scariolo no le diera más de veinticinco minutos en pista. Pero la realidad es que en ambos partidos ha acabado jugando 32 minutos, lo que ha provocado que en el último cuarto sea incapaz de plasmar su superioridad ante los interiores rivales. El mayor perjudicado en este absoluta dependencia de tener a Gasol en pista es Willy Hernángomez, que algo verde en algunos aspectos, ha dejado de contar para Scariolo, de tal manera que contra Brasil ni salió a la pista. Y eso es algo que debería cambiar. Con Willy en pista ganas en físico y movimiento de balón. Aparte de que son unos diez minutos donde tienes a Pau descansando. Aunque eso lleve diversos riesgos (hay dos Españas, una con Pau y otra sin él), es necesario dosificar al nuevo interior de los San Antonio Spurs.

En cuanto a los exteriores, curiosamente ha habido un cambio de papeles con Álex Abrines y Juan Carlos Navarro, teniendo en cuenta que lo de Calderón era más que previsible. Scariolo ha decidido relegar al banquillo al nuevo NBA para darle unos 15 minutos por partido al ex compañero en el Barça del mismo Ábrines. Con Navarro en pista, la selección española pierde en muchísimo en defensa (rol que el mallorquín podría cumplir) y en ataque, donde se supone que la «bomba» debería ser letal, ya no es lo que era. Los tiros lejanos tras bote rompiendo al defensor ya no entran y el físico ya no permite adentrarse mucho en la zona, aunque cuando lo hace puede seguir siendo letal. Con Abrines en pista también ganaría España en ataque, a la vez que podría ser la solución al principal problema: el desacierto en el tiro de tres. Abrines ha conseguido hacerse con un fiable tiro de tres y resultaría una amenaza muy real para los defensores a la hora de hacer los traps a Pau Gasol, momento en el que se crean desajustes en la defensa del perímetro.