Los Jazz abordaron todos sus problemas en verano

Hill, Johnson y Diaw son las piezas que faltaban en Utah

Los Utah Jazz están preparados para el abordaje a los Playoffs - tm lizzy irwin (cc)
Los Utah Jazz están preparados para el abordaje a los Playoffs – tm lizzy irwin (cc)

Después de terminar fuera de los Playoffs en el último instante, los Jazz decidieron doblar su apuesta definitivamente por convertir su equipo en candidato y para ello dieron un golpe de timón durante esta offseason, reforzando la escuadra con los fichajes de George Hill, Joe Johnson y Boris Diaw. La llegada de tres jugadores contrastados es un claro cambio con respecto a los movimientos realizados por Utah en los últimos veranos, y es que la segunda plantilla más joven de la liga necesitaba más liderazgo veterano y más calidad en múltiples posiciones.

El año pasado los Jazz sufrieron indeciblemente en dos frentes: la posición de base, que quedó huérfana con la lesión del australiano Dante Exum antes del inicio de curso y el fracaso de Trey Burke – ahora en Washington -; y la incapacidad para cerrar los momentos claves, como así atestigua el hecho de que fueron eliminados en la carrera por los Playoffs perdiendo contra unos Clippers sin cuatro titulares o contra los Lakers en los últimos partidos del año. Mientras que Utah sigue confiando en que Exum puede ser el que lleve el mando del equipo en el futuro a medio o largo plazo, Hill es una mejora sustancial sobre Burke, el brasileño Raulzinho Neto y Shelvin Mack, además de llegar con un contrato de una sola temporada que pone en perfecta situación al equipo para evaluar cuál puede ser el rol del ex de Spurs y Pacers en adelante. Además su presencia permite a los Jazz no arriesgar con el jovencísimo Exum y dejarle recuperar su forma pre-lesión sin prisas. No en vano el de Melbourne apenas tiene 21 años y antes de llegar a la NBA no había siquiera disputado baloncesto por encima del nivel de instituto. De esa forma Utah tiene a su hombre para pelear los Playoffs, que ahora sí es el objetivo claro, y tampoco bloquea el desarrollo de su número cinco del draft hace dos temporadas.

Mientras que Johnson y Diaw ya no son los jugadores que eran: el ex de Celtics, Suns, Hawks, Nets y Heat un hombre capaz de promediar 21, 5 y 5 echarse el equipo a las espaldas cualquier noche; y el ex de Hawks, Suns, Bobcats y Spurs uno de los jugadores más inteligentes y versátiles del baloncesto mundial; los Jazz no les necesitan en esa faceta. Lo que Utah requiere de ambos es que ayuden al bloque de jugadores jóvenes que ha formado el equipo a lo largo de las últimas temporadas y aparte proporcionen liderazgo en los momentos importantes, cuando se juega todo, gracias al saber estar acumulado en sus carreras y todas las experiencias adquiridas en equipos que luchaban por lo más alto.

Johnson sigue siendo un closer de primer nivel, y firmando por dos años los Jazz se garantizan estabilidad en anticipo del aumento en el espacio salarial en el verano de 2017. Diaw verá sus minutos probablemente reducidos para poder mantenerle fresco, ya que el francés tiene 34 años ya y muchos kilómetros acumulados. Sin embargo es un jugador que lo ha ganado prácticamente todo y proporciona muchísimas soluciones a un equipo que pecaba de ser demasiado predecible en ataque la temporada pasada. Su personalidad es además magnética, y puede aportar algo del espíritu Spurs que el General Manager Dennis Lindsey y el entrenador jefe Quin Snyder han tratado de transplantar a Salt Lake City.

Los Jazz además tampoco han pagado un precio demasiado alto ya que como hemos indicado Hill sólo tiene una temporada más firmada y Diaw tampoco tiene garantizada su nómina de la 2017-18. El base vino a cambio de una primera ronda del reciente draft, sí, pero Utah no tiene más sitio para jóvenes y necesitaba producir ya con sus recursos. El francés además vino con dinero en metálico y una segunda ronda del draft de 2022, y es que San Antonio necesitaba el espacio salarial para poder firmar al español Pau Gasol. Por tanto, los Jazz han sabido navegar a la perfección en una situación complicada en la que deben ganar ya pero también mantenerse flexibles ante las extensiones escalonadas que tendrán que hacer a sus mejores jugadores y la imposibilidad de retenerlos a todos.

Otro aspecto importante de los movimientos realizados por Utah este verano es la mejora sustancial del fondo de armario del equipo. Mientras es de esperar que las lesiones no azoten con la misma dureza que en 2016, la clave es que los Jazz estarán mejor preparados para capear el temporal. Ahora la rotación de bases cuenta con cuatro jugadores y Neto ya no es el titular, sino el cuarto, y Mack puede volver al papel que mejor se le adapta como versátil hombre de perímetro saliendo desde el banco. En cuanto al interior de la zona, los Jazz probablemente darán más minutos al sophomore Trey Lyles, pero también disponen de una opción para complicarle la vida a las defensas rivales con Diaw, que además puede enseñarle unos cuantos trucos a su joven compañero ya que ambos son móviles cuatros con buen tiro exterior. Durante la temporada pasada Trevor Booker era el primer relevo, y aunque un sólido veterano, el ahora ala pívot de Nets, tiene muchas y conocidas limitaciones. Además, los tres nuevos refuerzos son versátiles para jugar dos posiciones al menos, algo importante en defensa con el advenimiento del pick n’ roll como elemento básico de juego.

Por último, aunque no menos importante, es la mejora importante que todos estos jugadores aportan con respecto al tiro exterior, algo que sin duda, un equipo como Jazz, con dos gigantes como Derrick Favors y Rudy Gobert en la pintura, debería agradecer notablemente en el próximo curso. Hill tiene un 37,6% durante su carrera, pero el año pasado subió por encima del 40% por primera vez y en los Playoffs pasados metió un 48,1%. Johnson es probablemente uno de los tiradores más letales de la historia moderna y aunque no un clásico catch & shoot sí que tiene un 37,2% de acierto y en la 2004-05 con Phoenix acertó con el 47,8% de sus intentos: 177 de 370. Además, los Jazz no van a necesitar de él que sea Iso Joe constantemente, y podrá disponer de muchos más tiros abiertos en Salt Lake City. En cuanto a Diaw, su tiro es algo más inconsistente, pero es aún más importante por la posición en la que juega. En la 2013-14, cuando los Spurs ganaron el anillo, el francés metió el 40% de sus triples tanto en temporada regular como en los Playoffs.

Los Jazz necesitan ganar ya al menos para estar en mejor situación para renovar a su estrella, Gordon Hayward, del que se rumorea estaba a disgusto con la situación actual. El de Indiana puede convertirse en agente libre este verano ejerciendo su opción de jugador, y así firmar un nuevo contrato con el espacio salarial más alto que nunca. Los tres nuevos veteranos van a tener un papel importantísimo en que esto ocurra.