Cuando el ‘Hoiball’ impera en Chicago Bulls

el equipo ha adoptado a la perfección la filosofía de hoiberg

fred hoiberg
Fred Hoiberg tiene las ideas claras con sus Chicago Bulls. GoIowaState.com (CC)

Los Chicago Bulls se han situado 3-0 en un tremendo arranque de temporada que no sucedía desde la temporada 96-97, en tiempos donde reinaba ‘His Airness’. Los de Illinois no solo han ganado, sino que han convencido de forma increíble con su juego. Un movimiento de balón digno de las filosofías más poco egoístas de esta liga, acompañado de una estructura defensiva muy sólida y una intensidad que estuvo completamente ausente durante todo el pasado año. Por el momento, estos Chicago Bulls divierten, ganan y convencen, es un hecho irrefutable.

El éxito actual debe mucho a que los jugadores hayan dejado de lado las individualidades para conseguir un juego colectivo tremendamente difícil de parar. Aunque también es cierto que probablemente a quien más debe el baloncesto que actualmente practican los Chicago Bulls es a Fred Hoiberg, un hombre que se vio altamente criticado (y a veces de forma absurda) debido al fracaso de la pasada campaña. ‘Pace and Space’ (ritmo y espaciado), una filosofía que Hoiberg ama, y que practicaba en sus días de Iowa State. Por el momento, el equipo juega moviendo el balón constantemente, y por increíble que parezca, sin problemas para abrir la pista.

El siguiente tweet resume fácilmente la apisonadora que han sido los Bulls en este inicio de temporada:

Gran cantidad de puntos, defensa de calidad tanto individual como colectivamente, grandes márgenes de victoria, solidaridad moviendo el balón, presencia constante en los rebotes y gran efectividad de cara al aro. Muchos aspectos diferentes que han hecho de Chicago uno de los equipos más duros de la competición. Pero, vamos a repasar un poco más en profundidad los motivos y consecuencias de todo esto.

Grupo unido, tanto dentro como fuera de la pista

Es cierto que esto de formar un equipo con tantos cambios en la plantilla puede ser muy similar al inicio de una relación amorosa: los comienzos son fantásticos, pero no es hasta que llegan las dificultades que empiezas a comprender si puedes mantenerte al lado de esa persona. Pues en esa situación está actualmente la plantilla, en una relación donde todo es fantástico. Y pocos apostaron (servidor incluido) porque la química pudiera llegar a alcanzar estos niveles, fuera cuando fuera.

Gran reflejo de la situación actual del equipo puede verse reflejada en las siguientes palabras de Jimmy Butler:

«Incluso cuando no estamos jugando al baloncesto, cuando estamos jugando a fútbol, o si jugamos a las cartas, o simplemente sentados y hablando, todo el mundo está por la labor, todo el mundo se divierte, todo el mundo escucha y todo el mundo quiere conocerse un poco mejor. Es una diferencia increíble. Realmente pasamos mucho tiempo juntos fuera de la pista, y no sabía que eso podía ayudar tanto, pero realmente lo hace«.

Jimmy Butler también reconoció que, posiblemente «juzgué demasiado rápido a alguien el año pasado». Obviamente ese alguien es Fred Hoiberg. Este año el entrenador de los Chicago Bulls ha hecho un muy profundo trabajo para conocer a sus jugadores, conocer cómo son dentro y fuera de la pista y más importante, ser uno más del grupo, uno más que lucha cada noche por las victorias.

A riesgo de equivocarme, por mucho que lo intento no consigo recordar ninguna situación en el pasado año en que el vestuario de los Bulls mencionara realizar actividades juntos (a excepción de las salidas a la ópera de Pau con Niko). Este cambio (para bien) es algo que probablemente se deba en especial a la presencia de Dwyane Wade y Rajon Rondo. Si bien es cierto que este último tiene fama de ser bastante conflictivo, ha sido sin duda uno de los grandes artífices de la química originada, tanto dentro como fuera de la pista.

Este año, Chicago ha reunido un grupo de jugadores que no solo luchan por la victoria, sino que luchan el uno por el otro. Un sentimiento de unidad que, realmente, faltó al completo durante la pasada temporada.

Juego generoso y eficaz

Aquí es posiblemente donde la presencia de Fred Hoiberg se hace más notable. El entrenador de los Chicago Bulls predica el movimiento constante, tanto con balón como sin este, algo que la pasada temporada se acabó perdiendo dadas las dificultades del año. Este año podría terminar sucediendo lo mismo, pero con un año de experiencia en él, y la presencia del ‘big-three’, que parece ser quienes más han confiado en su filosofía, se espera que se pueda mantener el juego actual (que no necesariamente su absurda efectividad).

La jugada anterior es una de las más bonitas que se han podido ver hasta el momento, y también refleja el juego actual. Cabezas siempre arriba, velocidad, buscando al compañero mejor situado para lograr la canasta más simple. 

De nuevo podemos apreciar el movimiento de balón de Chicago: pase, pase, y pase hasta llegar al hombre mejor situado para rematar la jugada. Ya sea iniciado de una penetración o en un contraataque, un simple pick and roll , el objetivo primordial de la ofensiva es encontrar al hombre mejor situado que pueda convertir con mayor facilidad. De aquí derivan las 28.3 asistencias por encuentro (segunda mejor marca de la liga) en los 42 tiros anotados por partido (de nuevo, segunda mejor marca de la liga). Y es que el juego de los de Illinois está siendo tan rápido y efectivo como el equipo al que mejor se le da esto: los Golden State Warriors. Un juego cuya complejidad reside en la simple premisa de encontrar la solución más eficaz a la ecuación de anotar puntos, lo que nos lleva a conseguir el cuarto mejor porcentaje en tiros de campo (47.2%).

Si bien es cierto que mantener el increíble acierto del equipo parece complicado (sobre todo cuando lideran la liga en porcentaje de acierto en triples), la filosofía actual es la que debería mantenerse, sin importar el momento en el que comiencen a llegar las derrotas. El equipo puede jugarlo, y ha demostrado ser eficaz, así que, ¿por qué cambiarlo? Los momentos complicados son inevitables. Malas rachas, lesiones, discusiones con los compañeros, todo ello es parte del año que queda por delante, pero que se confíe plenamente en el estilo actual sin importar las dificultades, situará el techo del equipo en un lugar mucho más alto del que se preveía a inicios de temporada.

Un pequeño aroma a los viejos Chicago Bulls

Si hay alguna cosa que había caracterizado a los Chicago Bulls de la última década, era la garra y el corazón que el tener a un hombre como Tom Thibodeau provocaba. Con ‘Thibs’ no había tiempo para relajarse, todo era intensidad, lucha, sangre y sudor, el todo por el equipo. Una filosofía realmente encomiable y que enganchaba. Y lo cierto es que en estos primeros días, se ha podido ver a unos Bulls con una especial intensidad, batallando por los balones sueltos como si fueran el último. El equipo se ha propuesto atacar los tableros colectivamente, lo que les lleva a ser el segundo equipo con más rebotes capturados de la competición con 53.3 por encuentro.

Menciono colectivamente dado que a pesar de ser el segundo mejor equipo en este apartado, no hay un solo miembro en dobles dígitos en este apartado. Sin embargo, hasta 7 jugadores diferentes capturan 4 o más rebotes por ncohe. Y no es que el equipo capture tantos rechaces dada la eficaz defensa que han mostrado hasta el momento, sino que lideran la liga en cuanto a rebotes ofensivos por noche, con 14.7. 

Jugadores descansados, rotaciones inteligentes

Un dato que me ha llamado especialmente la atención ha sido que no hay un solo jugador de los Chicago Bulls que llegue a los 30 minutos por noche. Sí, los Chicago Bulls, ese conjunto que en los últimos años se había dedicado a fundir a sus titulares para exprimir su rendimiento hasta más no poder. Y es que esto no es más que una consecuencia directa del juego desplegado: si juegas bien, y puedes trasladar el buen juego a los resultados, tienes más tiempo para poder descansar.

La pasada campaña hubo más bien poco descanso en general para muchos jugadores. Fue un año tremendamente complicado para Hoiberg, a todos los niveles, pero parece que no se ha pasado el verano sentado sin hacer nada. Parece que cuando se le preguntaba por la falta de espaciado, y él contestaba destacando con lo emocionado que estaba debido a todos los playmakers que el equipo había reunido, no estaba huyendo, sino encontrando una solución. Parece que, más allá de los resultados que se terminen cosechando, los Chicago Bulls de Fred Hoiberg han encontrado un estilo que les beneficia, y no hay motivo alguno para dejarlo de lado.