Nunca nadie ha entendido la lógica del baloncesto. Algunos lo intentan, otros analizan, unos suelen acertar con trades y movimientos, y hay personas que tienen un talento innato para estar en el momento adecuado con las personas adecuadas. Unos equipos que parten con menos talento o jugadores en teoría menos preparados son campeones, y otros equipos con superestrellas y un gran sistema de juego se hunden en el camino en el anillo. ¿Por qué? Porque sencillamente el baloncesto no tiene lógica.
Particularmente me refiero a un acierto: el acierto de Utah Jazz en conseguir a George Hill. Siempre se ha considerado a Hill como un base muy completo, siendo capaz de defender, dirigir el juego y en ocasiones meter 20 puntos, por lo menos así ha demostrado en sus años en Indiana, consiguiendo unos números y una dirección de juego más que respetables. Pero atendiendo a la ‘lógica’ de este maravilloso deporte creado por Naismith, me parece un tanto divertido como un jugador que ha tenido un menor uso en una franquicia pueda ser la clave para otra franquicia distinta.
En el trade que hizo recalar a George en Salt Lake, Dennis Lindsey trabajó un traspaso a 3 bandas, negociando con el pick 12 que llegaría a Atlanta y éstos a su vez enviaron a Jeff Teague a Indiana. No han sido pocos los periodistas que opinan que Indiana ha cometido un sacrilegio perdiendo a Hill y comparto la misma opinión y cuando se produjo el trade no estaba claro quién había cometido el robo, si los Hawks o Utah, pero ahora en el inicio de temporada se está viendo con más nitidez. No quiero centrarme en la labor de Larry «Legend» Bird como GM (como jugador en mi top 3), sino en la labor del base de 30 años y cómo es la pieza perfecta para poder avanzar en PlayOffs.
Atendiendo a la plantilla mormona, sus necesidades y su evolución temporada a temporada, Utah necesitaba esa pieza con experiencia, capaz de dirigir sin miedo y pulida en mil batallas, que conozca lo que es jugarse las rondas en PlayOffs a final de temporada y que sepa cuando subir y bajar el ritmo. Los Jazz no necesitaban más desarrollar a sus jóvenes talentos teniendo en cuenta la inestabilidad que viene con este progreso. Podrían haber traído a Teague, que estaba disponible para la plantilla. Pero lo que recibieron es un gran avance en base a lo que tenían y lo que de otro modo habrían conseguido.
Gordon Hayward, Derrick Favors, Rudy Gobert, Rodney Hood, Trey Lyles, y sobre todo Dante Exum necesitan una presencia inteligente, que tendría -pero no se requiere en absoluto- el balón en sus manos. Necesitaban una influencia calmante, alguien que pudiera dirigirlos a través de los momentos críticos de juegos. La temporada pasada, sin Hill en la plantilla, Utah era un equipo que en 14 ocasiones de 28 partidos estaba sólo con una diferencia de cinco puntos en los últimos cinco minutos de partido. Este dato destaca que el roster mormón es lo suficientemente bueno para estar en igualdad o superioridad de condiciones en estos juegos, pero no resulta suficiente para cerrar con éxito los partidos.
¿Por qué esta campaña a favor de George Hill? Porque es muy bueno y lo está demostrando. Porque viene como anillo al dedo (nunca mejor dicho y toco madera) al roster que vio pasar a leyendas como Stockton y Malone sin recompensa alguna. Hay un factor diferencial, y es que está demostrando ser un jugador de equipo, no la típica superestrella con un salario desorbitado (está cobrando la asombrosa cifra de 8 millones), la necesidad de amasar el balón y un ego desmesurado.
Así recoge en unas declaraciones Quin Snyder la labor del base, que destacó además que Hill ha traído «liderazgo y tenacidad», y la capacidad de hacer lo que sea que el equipo necesite.
«Esa es la esencia de lo que es,» dijo Snyder. «Él va a hacer lo que se le pedía y lo que él cree que tiene que hacer para ayudarnos a ganar juegos».
Y agregó: «Lo más importante es su capacidad y disposición para comunicarse. Esto puede ser en un grupo durante un tiempo muerto con Rudy, que podría ser después de la práctica con Gordon. Podría estar en el avión del equipo durante un juego de cartas que se necesita tanto… muchas formas, pero ese tipo de interacción y el respeto que es capaz de ganar con sus compañeros de equipo es un gran problema».
Otra persona que hizo declaraciones fue su compañero Derrick Favors, quien valora el impacto del base nacido en Indiana:
«George juega con mucha intensidad, ha estado alrededor de la liga, es un buen defensor, él sabe cómo conseguir que todo el mundo funcione, y sabe cómo tomar el control de un partido», dijo Favors. «Eso es genial para nosotros.»
En lo que llevamos de temporada y atendiendo a las no fiables estadísticas (vuelvo a incidir que el mayor impacto que ha hecho el base ha sido liderazgo y química de vestuario), George Hill lleva unos nada desdeñables 20.4 PTS, 2.9 RBS, 5 AST y un 26.5 de PER (característica que casi nadie tiene en cuenta), y todo esto con un 54.1% de tiros de campo y 43.2 de tiros de 3. Todo esto le ha valido para ser el jugador de la semana en la Conferencia Oeste junto a LeBron James.
En conclusión, me gustaría mencionar una comparación (odiosos símiles) con la adquisición de Al Horford en la Agencia Libre por parte de los Boston Celtics. Los Celtics tienen las piezas perfectas para competir partido a partido, pero le faltaba ese factor diferencial con experiencia y juego que han podido adquirir en verano. Horford es la pieza necesaria para poder avanzar en la postemporada. El impacto por parte del jugador en la plantilla ha sido inmediato, viniendo por sus características perfectamente al sistema de Brad Stevens, sin tener un ego de súper estrella (pero cobrando como ello) y mejorando a sus compañeros en el juego a base de pick and roll.
¿Es George Hill el factor diferencial de éstos Jazz de cara a partidos importantes y a los PlayOffs? Si mantiene este nivel, desde luego.
