El Agitatoallas, semana V: Vaciando la enfermería Celtic

Un repaso diferente a la semana de la franquicia de Boston

Montaje: Álvaro Méndez.
Montaje: Álvaro Méndez.

Han tenido que pasar cinco semanas en esta bendita sección para, por fin, tener una nota positiva general con la que enterrar mis habituales ganas de despotricar y poner a caldo a algún jugador que otro de los Celtics. Con esta mayor «felicidad» ha sido algo más sencillo realizar este nuevo ‘Agitatoallas’, aunque, seamos sinceros, no sea oro todo lo que reluce, pero por lo menos tenemos salud. La franquicia del trébol está al completo por primera vez en la temporada, y gracias a ello los de Brad Stevens han encadenado tres victorias consecutivas que les colocan en la clase alta de la Conferencia Este. Pero no va a ser todo bueno, también habrá que tratar el despropósito verde ante los Golden State Warriors, que precisamente no fue para muchas bromas. Con altos y bajos como en cualquier partido de los Celtics empezamos. ¡Toallas al viento!

Toda la carne en el asador

Se ha hecho largo y doloroso cual lanzamiento de triple de Amir Johnson, pero por primera vez en lo que llevamos de curso, Brad Stevens tiene a todo su arsenal a punto. Después de que Al Horford se haya recuperado de ese golpe en la cabeza despiadado y desleal de un Tyler Zeller celoso, y que el maltrecho tobillo de Jae Crowder le haya dado un pequeño respiro, el roster de los Celtics está felizmente al completo. Bueno, realmente no sé calificar si la vuelta de Kelly Olynyk (salvo sus dos primeros partidos, seamos justos) cuenta. Hemos empleado mucho tiempo debatiendo si las actuaciones de Boston con tan importantes bajas no eran demasiado preocupantes o si era el momento del tanking al más puro estilo Philadelphia. El pesimismo, que todavía sigue presente pese a la llegada de los triunfos, ha sido el pan nuestro de cada día si, como se suele decir, corre sangre verde por tus venas. Afortunadamente, una de las lecciones que nos ha dejado este primer mes de NBA es que con Al Horford se vive mejor.

El pívot dominicano ha vuelto a nuestras vidas cual cerveza fría con dos dedos de espuma en el desierto, y esta incomparable sensación se ha traducido en tres victorias de tres partidos lejos del TD Garden. El ex de los Atlanta Hawks ha hecho notar su presencia desde que ese protocolo de conmoción más difícil de superar que una ingeniería nos permitiera volver a verle en la cancha, sobretodo en su redebut. Horford copó todos los titulares de la victoria de los Celtics en casa de los Pistons con dos acciones clave en los instantes finales. Primero, con una canasta que rompía el empate a menos de dos segundos del final tras rebote en ataque (y colaboración especial de un Marcus Smart que redefine el concepto de dejarse todo en la pista), y luego un tapón que sellaba el triunfo y que decía alto y claro: ¡HE VUELTO!

Tras la alegría en Detroit, los de Brad Stevens han salido vencedores de Minnesota y Brooklyn con sendos partidos marcados por unos bajones que a punto estuvieron de costar la salud de más de uno. Precisamente fue ante los Timberwolves cuando más ganas de apagar la televisión y dedicar tu vida a ver curling produjeron los eternos vaivenes de los Celtics. Claro, es más fácil decir que eres de los Warriors de toda la vida. Con una desventaja de 13 puntos entrando al último cuarto ante uno de los peores equipos de lo que llevamos de campeonato, Boston tomó la inimaginable decisión de defender (qué locos) y de mano de Horford, Smart, el acelerón de Terry Rozier para subir pasajeros al tren y el siempre presente Thomas se acabó remontando con comodidad. También pasaron ciertos momentos de apuro los Celtics ante nuestros amados Nets para acabar ganando de 19, y es que para ser de este equipo hay que tener una buena tila siempre a mano.

Winter is coming

Debo reconocer que no sé mucho de Suecia. Mi conocimiento se resume en que la capital es Estocolmo, que Bob Dylan no va a ir hasta ahí para recoger su Premio Nobel, mi idealizada imagen de mujeres rubias y despampanantes y, por supuesto, el frío. Precisamente debe ser por la llegada de este último factor a nuestras vidas que tras ser uno de los principales focos de las críticas hacia los Celtics, Jonas Jerebko ha decidido aparecer. El sueco ha sido una pieza muy importante en las tres recientes victorias de Boston en los dos lados de la cancha, y eso le ha valido su presencia en los momento decisivos de dichos encuentros.

Ya en la visita de la franquicia del trébol a su antiguo hogar en Detroit nos volvió a mostrar a ese jugador que se ganó un sitio en los pasados Playoffs y que tanto echamos en falta. Preciso con su tiro y por encima de todo decisivo junto a Smart en la parcela defensiva, Jerebko vuelve a ganar enteros en la rotación de cara a los próximos compases de la temporada. Ha llegado la época para que un sueco de pura cepa demuestre lo que vale.

Mucho ruido, y muchas nueces

El pasado 18 de noviembre era una fecha marcada en rojo tanto para los aficionados de los Celtics y los Warriors. La victoria de Boston en California, que rompía la racha de imbatibilidad de Golden State como local, y el paso de Kevin Durant al lado oscuro el pasado verano hacía prometer un duelo especial y tenso, pero el Imperio contraatacó con contundencia, Pese al mal partido de Curry, los Durant, Thompson, Green y compañía avasallaron a Boston en un tercer cuarto que muchos de los espectadores del TD Garden se perdieron para apartar la mirada ante tamaño abuso. Brad Stevens todavía no pudo contar con Horford ni Crowder, pero tampoco parece que hubiese cambiado mucho la historia ante un equipo a bastantes peldaños por encima de los verdes.

El protagonista del encuentro fue sin duda un Durant abucheado hasta la saciedad por una parroquia despechada por la decisión del ex Thunder de no unirse a los Celtics, desoyendo los cantos de sirena de DON Tom Brady. El flamante fichaje de los Warriors, al que le sentaría que ni pintado el verde, no tuvo piedad y poco pareció importarle la presión del público que después, esta vez con razón, cambió el foco de su odio. Tras su única canasta en el partido, Zaza Pachulia celebró con un «bailecito» sus primeros puntos (Cómo se echa de menos a un tal Garnett en estos momentos) y el respetable se olvidó de la presunta traición de Durant. En algo había que distraerse para no ver cómo los Celtics sufrían golpe a golpe un K.O. demasiado claro.