Houston Rockets se lleva un partido loco

Houston Rockets 111-109 Minnesota Timberwolves

James Harden y sus Hosuton Rockets son la sorpresa positiva de la temporada/Nil Alemany (SB)

James Harden quiere seguir ganando enteros en su candidatura al MVP de la temporada, mientras sus Rockets buscan aumentar su racha de victorias. Pero para ello deben enfrentarse a los Minnesota Timberwolves en la segunda noche de un back-to-back. Todo lo contrario que los de Minneapolis, que llegan de descansar cuatro días tras su sufrida victoria ante los Bulls en Chicago.

Festival de triples de los de Texas, algo esperado después del doble récord de la noche anterior, liderado por Ryan Anderson, todo con un ritmo muy rápido en ataque. Los Timberwolves les aguantaban, con una mayor variedad de tiro, sustentados por un Towns que se veía superior en la zona. Llegarían al término del período con un 28-23 para los visitantes, en un final de cuarto mucho más impreciso que el comienzo.

La buena aportación del banquillo de los Wolves y el cierre momentáneo del grifo de los triples de los Rockets les permitió igualar nuevamente el marcador, apoyado en una buena defensa. Con la vuelta de los titulares, la cosa seguía exactamente igual, los locales sintiéndose cómodos en ataque mientras los visitantes seguían atascados en ataques, sobre todo por su falta de acierto desde la línea exterior y por un Harden que no encontraba su sitio en el partido. 57-44 al descanso para los de Minnesota.

La segunda parte llevaba la misma tónica. Los Rockets seguían sin tener acierto desde el triple, escenificado claramente en la persona de Ryan Anderson, que se tiraba hasta las zapatillas, pero no era capaz de acertar. Por parte de los Timberwolves, Towns dominaba a placer en la zona, sobre todo tras la lesión de Capela. Al final llegaron a controlar esa sangría, pero la diferencia seguía siendo importante. 80-67 para los locales.

En el último cuarto la inercia comenzaba a cambiar. Houston, a pesar de seguir sin acierto, le iba arañando puntos a Minnesota poco a poco, ya que estos últimos estaban, como es habitual ya en muchas ocasiones, desconectados del partido. Llegaron a ponerse a solo 8, pero a partir de un triple de Ricky, los Wolves se soltaron los nervios y parecía que tenían el partido acabado. Cuando ya la victoria estaba en Minneapolis (+9 a falta de un minuto), una serie de malos ataques de los locales y varios triples de los Rockets, acabaron remontando un partido que lo tenían perdido para mandarlo a la prórroga.

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Prórroga en un partido de locos

Harden puso orden al comenzar el tiempo extra, con los 7 primeros puntos de su equipo, que parecía hundir a los Wolves. Los lobos estaban muertos aunque Towns apareció para poner a los suyos nuevamente en el partido, dándoles alas. Un triple de Gordon y tiros libres de Harden ponía el +6 y parecía de nuevo dejar el partido sentenciado a falta de apenas 30 segundos. Lo más curioso de todo esto es que así como los Wolves parecían no querer ganar, tampoco querían perder, ya que con dos triples consiguieron ponerse a solo dos puntos, pero no culminarían la remontada y Houston se llevaría el partido.