Los aficionados de los Washington Wizards levantan al equipo
Tras mostrar una entrada baja a principio de temporada

La temporada no comenzó con muy buen pie para los Wizards, y el equipo no se encontraba para nada bien, ni el en mejor momento de su proyecto. Scott Brook debía efectuar cambios para una franquicia que no hacía más que tocar fondo una y otra vez. Los aficionados, en esta vorágine de malas decisiones, también comenzaron a dejar de apoyar al equipo en su totalidad.
Los problemas con las lesiones también pudieron contribuir a la poca asistencia. Ian Mahinmi (aún no se ha recuperado) fue baja, Bradley Beal estuvo algunos partidos en el dique seco, y una franquicia sin sus estrellas posee menos incentivos para ser vista. Los resultados no eran los esperados para la plantilla que había, el tiempo pasaba y el Verizon Center seguía esperando aficionados.
Algunas personas del staff de los Wizards esperaban que la razón principal de la poca asistencia fuese simplemente el comienzo de la temporada, pero tras un partido contra Denver, en el que se registró una entrada de 12.645 personas, por tercer partido consecutivo no se superaban las 13.000 localidades ocupadas y el problema comenzaba a ser alarmante (el Verizon Center tiene una capacidad para 18.277 espectadores).
Se hicieron preguntas a miembros del cuerpo de empleados de los Wizards. Las siguientes declaraciones son del tipo que valida los tickets a los espectadores:
»El primer partido estuvo bastante vacío, pero el del día 8 de diciembre contra los Nuggets, esto parecía una tumba».
También se les preguntó a los jugadores de los Nuggets qué se sentía al jugar ante tan poco público y que este estuviera tan apagado, y obviamente, no respondieron con muchas alegrías.
Pero quizás la afición de los Wizards tuvo que tocar fondo para volver a lo más alto, al igual que el equipo, que tras el partido ante Denver ha enlazado ocho sin perder en el Verizon Center. La racha no es solo en su cancha, sino que fuera de la misma también es efectiva: han conseguido subir puestos, y ya están sextos en el igualado Este.
El partido ante Denver sirvió como punto de inflexión para que las secciones superiores del estadio comenzaran a llenarse. El medidor de decibelios volvió a rozar su máximo nivel y lo más importante, el público se convirtió en una de las nuevas armas de los Wizards. Sus aficionados, que tanto ayudan en los momentos difíciles, como en los últimos segundos para dar el empujón que el equipo necesita.