Kyle Korver, la amenaza fantasma

Llega mucho más que un tirador a Cleveland

Kyle Korver
Kyle Korver durante el calentamiento del partido contra los Knicks. Nil Alemany (SB).

Hace apenas dos años el Philips Arena era uno de los pabellones más apagados y descoloridos de la NBA. La afición no parecía disfrutar con su equipo, unos Hawks estancados en las semifinales de la Conferencia Este y cuyo proyecto apuntaba a reconstrucción en unas temporadas.

Sin embargo Mike Budenholzer, uno de los pupilos de Gregg Popovich que triunfa en la NBA, otorgó a esos Hawks una circulación de balón y una eficiencia ofensiva digna de los Spurs. De un día para otro el Philips Arena pasó de ser un cementerio a un centro de ocio para todos los habitantes de Atlanta.

Uno de los favoritos de la afición, de los que más levantaba al público, era sin duda Kyle Korver. El excelso tirador de California se ganó el amor de los seguidores con sus triples imposibles y rachas endiabladas. No queda en el olvido, a pesar de que Stephen Curry le robase el récord, los 127 partidos consecutivos de temporada regular en los que al menos anotó un lanzamiento desde más allá del 7,25.

Por eso cuando en el calentamiento del encuentro entre Atlanta Hawks y New Orleans Pelicans Kyle Korver recibía la noticia del traspaso, se derrumbó y las lagrimas anegaron sus ojos. No obstante, con sentimientos encontrados, poco después reconocía la obviedad: «Cleveland es perfecto para mí».

La amenaza fantasma

Imposible eludir este título con el renacer del universo Star Wars. Aunque en este caso muchos seguidores conocen la amenaza que genera Korver, desconocen todo lo que conlleva en los esquemas defensivos rivales hacer frente a este jugador. Pues imaginaos ahora que va a jugar con LeBron James.

Porque Korver no es solo ese 45 por ciento en triples que promedia desde 2010. El escolta atrae la atención de las defensas, no solo de su par, sino de los emparejamientos por los que pasa cuando se mueve por la pista. Korver no necesita balón, no requiere uso ofensivo, incluso en los Cavs tendrá menos aún que en Atlanta, pero su influencia pasa por las pantallas y miradas que acumula mientras trata de recibir o bloquea a sus compañeros.

Sin duda Kyle es una de las más mortales armas desde el triple, pero lo es por el peligro que atrae. Solo la dupla que forman Stephen Curry y Klay Thompson consiguieron arrebatarle el estatus de «mayor peligro tras el arco», aunque eso no redujese la peligrosidad de Korver.

El rol de Korver será menor, eso seguro. Probablemente Lue le use muchos minutos como «esquinero» con los jugadores principales durante la baja de J.R. Smith. Con la segunda unidad debería tener mayor importancia a la hora de generar ventajas en la ofensiva, especialmente sin un base de garantías en el banquillo. Aunque todavía desconocemos el rol que tendrá.

Retoque a la plantilla

Si la rotación ya comenzaba algo acortada con las salidas de Matthew Dellavedova y Timofey Mozgov, solventadas de forma ineficiente a corto plazo con el rookie Kay Felder y Chris Andersen, la lesión de J.R. Smith trastoca más aún los esquemas de Lue.

Cierto es que cuando lleguen los Playoffs toda la plantilla debería estar sana y ahí será cuando realmente se activen, pero sigue habiendo puntos por reforzar. Korver, por ejemplo, no es la pieza que más falta hace en estos Cavaliers, pero si es un buen reemplazo para un Mike Dunleavy al que las lesiones y el tiempo han hecho mucho daño.

Con DeAndre Liggins y Jordan McRae jugando muchos más minutos de lo esperado la plantilla de Ohio necesita más retoques. Además la baja de Chris Andersen deja la pintura desprotegida, sin ningún pívot puro y con Tristan Thompson y Channing Frye como únicos jugadores en dicha posición.

¿Que trae Korver a los Cavs?

Tiro exterior y mucho peligro a su alrededor. Si un jugador como Channing Frye condiciona y tanto a las defensas rivales al abrirse a las esquinas con su tiro exterior, aunque su posición se esconda más en defensa Korver es mucho más que eso.

En los minutos importantes de Playoffs, en los que realmente veremos el potencial de estos Cavaliers, no se debe descartar que Kyle Korver acompañe al big-three y a Thompson/Frye en lugar de Smith. Al fin y al cabo se trata de un arma en catch&shoot como nunca han tenido LeBron James y Kyrie Irving al lado, dos de los mejores jugadores atacando el aro de toda la NBA.

Y es que LeBron e Irving necesitan tiradores, necesitan espacio. En un quinteto con Thompson y Shumpert, por ejemplo, ganan en defensa o rebote ofensivo, pero los equipos deben temer ciertas alineaciones que pueden sacar los Cavaliers. Un quinteto con el big-three, acompañado de Korver y Frye, crearía un ecosistema ofensivo prácticamente imposible de mejorar, además de tener rebote y cierta presencia defesiva.

  • Kyle Korver desde la esquina derecha 56.3%
  • Channing Frye desde la esquina izquierda 62.5%
  • Kevin Love en triples que no sean desde las esquinas 41.1%

Porcentajes monstruosos desde el triple. Tres de los mejores especialistas en catch&shoot que ha visto la NBA en sus posiciones en los últimos años, por no decir los mejores, y que con espacio como el que le otorgan LeBron e Irving suben sus porcentajes.

De acuerdo, Korver viene a mejorar el ataque de los Cavaliers. Encaja a la perfección y es un retoque más a una plantilla que quiere el segundo anillo de la franquicia. Pero, ¿qué más trae Kyle Korver? Al fin y al cabo no puede ser todo bueno.

El ex de Utah Jazz y Atlanta Hawks tiene 35 años y en unos dos meses alcanzará los 36, uno de los jugadores más veteranos de la liga. Las lesiones ya le impidieron rendir al máximo la pasada campaña, aunque en Ohio un rol menor le permitirá cuidarse más.

La defensa nunca ha sido un punto fuerte del escolta. A pesar de ser un jugador inteligente nunca ha destacado por su atletismo y los años le han llevado a ser un punto negativo en la defensa de los Hawks esta campaña. Permite a sus rivales un cuatro por ciento más de acierto cuando les defiende. Al igual que con las lesiones, un rol menor y con más minutos en la segunda unidad debería llevarle a unas defensas que no resten tanto.

El último punto negativo es el contrato. Korver será agente libre sin restricciones en verano y a menos que firme por el mínimo de veterano, algo que no debe descartarse, en Cleveland no dispondrían de dinero para renovarle. Han dado a Mike Dunleavy más una primera ronda (y Mo Williams), por lo que de marcharse el escolta dicho pick podría verse por algunos como un malgasto.

Pero nada de eso. Los Cavaliers han traspasado tres primeras rondas del Draft de los próximos años, además de varias segundas. La franquicia invierte al 100 por cien en este proyecto, un proyecto ganador, al que en los años venideros perder esas elecciones no le preocupan.

Algún retoque más

Los movimientos que realicen en las próximas semanas desde las oficinas de Ohio no terminan de ser, por así decirlo, mero botox. Los Cavaliers no necesitan ni mucho menos cambios radicales o jugadores de rol para determinadas funciones. Pero unos retoques nunca vienen mal.

Al parecer para el puesto de base, donde una pieza que de descanso a LeBron/Irving (jugando más minutos de lo habitual con la segunda unidad) y a Shumpert (ejerciendo de base) no vendría nada mal. Se habla de Rajon Rondo o Mario Chalmers.

Los Cavs deberían ir sí o sí a por Rio. Un base que ya conoce a James, con el que mantiene una buena relación de su etapa en Miami Heat, y que desde luego encaja mucho mejor en los esquemas que Rondo. Chalmers aportaría tiro exterior y defensa, todo lo contrario que el actual base de Chicago.

Otro punto importante a tener en cuenta es cómo llegarían estos jugadores. Rondo tendría que ser vía traspaso, mientras que Chalmers, vía agencia libre con un contrato por el mínimo salarial. No hay duda de qué movimiento interesaría más en Cleveland.

Por último, y aquí quizá si debería haber traspaso, con los derechos de Cedi Osman, algún pick más o Liggins/McRae/Felder, creo que los Cavs necesitan un interior. Muchos especialistas opinan que con Thompson y con Frye, aunque ninguno sea un pívot al uso, tienen suficiente, además de jugadores versátiles como Love, Jefferson o el propio James que pueden jugar en la pintura.

Pero más vale prevenir que curar y un perfil más clásico, para cerrar el aro y rebotear, daría un plus a la plantilla y le daría un equilibrio que a día de hoy no tienen. Aunque todo apunta a que no se realizará ningún cambio para apuntalar el juego interior.

Dar crédito a David Griffin

LeBron James no es el General Manager de los Cleveland Cavaliers. A muchos os extrañará escuchar que ese puesto lo ocupa David Griffin, papel que ha desempeñado de forma excelente durante las últimas temporadas. Sin embargo no recibe absolutamente nada de crédito por su trabajo. ¿La justificación? Tener a LeBron hace todo. Mentira.

Griffin ya realizó buenos movimientos antes de la llegada de LeBron, como el fichaje de Andrew Bynum (aunque no terminase bien) y la posterior llegada de Luol Deng (aunque el ambiente del equipo fuese lamentable), o el gran acierto de Matthew Dellavedova en el Draft. En la elección de Anthony Bennett desde luego participó, aunque  fue más capricho del dueño.

Tener a LeBron facilita las cosas, es innegable. James es el jugador más influyente de la NBA en años y ha sabido utilizar ese poder como ninguno. Pero los traspasos de J.R. Smith e Iman Shumpert, Timofey Mozgov, Channing Frye y ahora Kyle Korver no se hacen solos.


A la espera de la vuelta de Smith, la llegada de un base y quién sabe si otro jugador, los Cleveland Cavaliers ponen en evidencia a sus rivales. En el Este equipos como Boston Celtics o Toronto Raptors deben moverse con urgencia si quieren competir contra ellos en postemporada, aunque dicha misión se antoja realmente complicada. Mientras que los Warriors, en busca de vencer a rivales de categoría en temporada regular, evidencian sus problemas de protección de aro y rebote, más una death lineup que en los últimos cuartos de momento no funciona.

Cuidado con los Cavaliers, con LeBron y el big-three más en forma que nunca. Atención a los de Ohio, que la última vez que combatieron lo hicieron muy en serio. Tanto que consiguieron vencer a la propia historia.