El parón del All-Star no ha sentado bien a los New Orleans Pelicans

Los Pelicans no consiguen ganar tras el parón

Alvin Gentry
Alvin Gentry no sabe como encajar las piezas para que el equipo gane. Road Warrior (CC)

Tras la resaca del All-Star y con el mes del Mardi Gras por venir, los New Orleans Pelicans se estrellan con sus aspiraciones. El gran fichaje de Cousins parecía que iba a solucionar todos los problemas de NOLA y los Playoffs tenían ya a su octavo aspirante al título. Pero nada más lejos de la realidad. La cruda realidad es que los Pelicans están sumidos en una crisis de juego y jugadores, y los Pelicans están más cerca del top-3 del draft que del octavo puesto.

La mala gestión de Dell Demps en el traspaso de Cousins ha hipotecado la temporada para los Pelicans y está haciendo que los partidazos de Cousins y Davis caigan en el olvido. Si bien Davis está promediando 35.3 puntos y 10 rebotes y Cousins 23.3 puntos y 13 rebotes, el resto del equipo no consigue apenas alcanzar la decena de puntos, lastrando al colectivo y haciendo que el trabajo del «fuego y el hielo» no tenga su reconocimiento.

Desde el All-Star el equipo ha visto cómo la falta de escoltas merma al equipo y los parches de Reggie Williams, Hollis Thompson o Jarrett Jack no valen para un equipo que actualmente debe luchar por la octava posición de la conferencia oeste. El equipo está hipotecado para esta temporada y quién sabe si para la siguiente.

El PER, esa estadística que muestra en un número la actuación de un jugador, es muy clara, y deja este frío dato desde el All-Star:

Cousins: 34.4
AD: 30.4
Moore: 12.9
Motiejunas: 5.6
Cunningham: 4.7
Jrue: 3.6
Hill: 3.1
Thompson: 2.1

Desde el All-Star este es el PER de los principales jugadores de los Pelicans. Vemos cómo sobresalen Davis y Cousins por encima del resto, y cómo se compenetran a la perfección, tranquilizando a los escépticos que no creían que pudieran jugar juntos.

Si quitamos a los dos «bichos» de la lista queda un equipo que lucharía por no ser el peor equipo de la historia. Solo Moore tiene un dato positivo si lo ponemos en la perspectiva de jugador de rol. El resto, incluido Jrue Holiday, la tercera espada del equipo, está hundido. Quizás es la falta de adaptación de Holiday al nuevo sistema lo que hace que no carbure el conjunto. Desde la llegada de Cousins al equipo, Jrue promedia 10 puntos por partido con un 28.9 por ciento en tiros de campo y 5.3 pérdidas por encuentro. Números muy bajos para alguien de la talla de Jrue Holiday, y más cuando este verano es FA y tiene que ganarse un buen contrato.

El equipo no muestra mejoras de juego con Cousins y Davis en pista, la mala circulación de la pelota hace que el equipo sea monótono y que salvo Cousins o Davis pocos jugadores se pueden generar sus propios tiros; el equipo se asfixia con la pelota en su poder. La falta de circulación viene porque no se generan espacios para los exteriores, y estos, al no tener una gran capacidad para el tiro de 3, no pueden exprimir las pocas pelotas que les llegan en posiciones exteriores, a excepción de Moore y Cunningham desde la esquina, que son jugadores capaces de anotar de 3 si no tienen un marcador delante.

El equipo se muestra sumido en una crisis de juego y sobre todo en ataque, para lo cual se fichó a Gentry que era un «gurú» del juego ofensivo y que en dos temporadas en los Pelicans no ha sabido hacer funcionar al equipo. Ahora mismo el equipo es el 21º en puntos por partido, con 103.1, cifras de risa cuando Anthony Davis y Demarcus Cousins son dos top-10 en anotación. En defensa hubo momentos de la temporada en que el equipo se hacía fuerte, y estuvo desde el día de Navidad hasta mediados de enero, siendo uno de los mejores equipos defensivos. Ahora mismo es el 22º equipo en puntos en contra con 106.9, otra mala gestión teniendo a Davis, que es un muro en defensa, y jugadores como Hill o Moore, que se ficharon por ser perros de presa y poder defender a cualquier jugador en su posición. La crisis de juego se muestra con estos dos datos; Top-10 de peores equipos anotando y top-10 de peores equipos recibiendo, la situación es insostenible y queda demostrado que Alvin Gentry no es el entrenador para estos jugadores.

Vemos cómo el resto del equipo está rindiendo a un nivel mediocre, pero a su nivel. El sistema de juego de Gentry no beneficia a esta plantilla, que necesita un entrenador que potencie a las dos bestias de la zona y haga jugar al equipo para ellos, sumando a algunos tiradores. Esto, junto a la pésima imagen del conjunto firmando a jugadores para cortarles a las primeras de cambio, o cuando se lesionan, puede tener grandes influencias negativas para la próxima temporada en la agencia libre.