Los Chicago Bulls dejan a los Celtics en la UVI
CHICAGO BULLS 111- 97 BOSTON CELTICS

Parecía un sueño. Un equipo del que nadie esperaba demasiado acaba derrocando a los gigantes para poner su nombre en lo más alto. La típica historia de éxito con final de cuento, pero el sueño se convirtió en pesadilla. Los Boston Celtics se la prometían muy felices con su flamante primer puesto de la Conferencia Este en el bolsillo, pero de la nada ha salido un monstruo que les está haciendo despertarse sobresaltados. Tras los dos primeros partidos en el TD Garden, los Bulls van a marcharse a Chicago con una clara ventaja de 2-0 en la serie que enfrenta a ambas franquicias, y en el último episodio además han dejado un mensaje bien claro.
De la mano de las mismas armas que ya le valieron para asaltar el feudo rival en el Game 1, el cuadro de Fred Hoiberg dejó sin respuesta a unos Celtics que empiezan a tener síntomas bastante claros de flojera. La presión de saberse (en teoría) superiores y la responsabilidad que le ha otorgado su clasificación en la temporada regular han hecho que los peores temores se cumplan allá por Massachusetts. Efectivamente, Boston no sabe ser protagonista. Qué mejor elemento a aprovechar por un equipo que parecía perdido hace un par de semanas y que ahora está cerca de dar la gran campanada de la primera ronda de Playoffs. Los Bulls conocen de arriba a abajo el plan que les puede llevar a la siguiente ronda, y hasta el momento, lo están ejecutando a la perfección.
Parece sencillo achacar el resultado de los dos primeros cuartos a la diferencia en el rebote (ojo, más que importante), pero los problemas por parte de los Celtics se están acumulando como agua en un barco a punto de hundirse. Falta de anotación, presumibles protagonistas que no aparecen, pérdidas, ausencia de plan B cuando Isaiah Thomas no está… mucho por remar. Chicago se ha encontrado a un líder de conferencia perdido, casi sin alma, y de la mano de jugadores como Jimmy Butler y Robin Lopez está cavando poco a poco una tumba bien profunda. Mucho se puede hablar de una nueva actuación estelar del pívot de los Bulls 18 puntos y 8 rebotes volvió a dominar la zona rival como Pedro por su casa. Brad Stevens no está sabiendo encontrar una solución ante un Lopez que todavía sigue sin creerse lo cómodo que está en toda una serie de Playoffs. Pero no es el único.
En una vuelta a sus orígenes en toda regla, Rajon Rondo se erigió como jefe total y absoluto de las operaciones baloncestísticas dentro de la cancha, y flirteó con un triple-doble de esos que antes encandilaban a los que ahora sufrían con impotencia. Después de unos prometedores primeros dos minutos de Boston (¿para qué más?) en los que llegaron a atrapar la magnífica cifra de cuatro rebotes de manera consecutiva, el ahora base de los Bulls cogió la batuta y desde ese momento los suyos camparon a sus anchas.
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— Chicago Bulls (@chicagobulls) 19 de abril de 2017
Tal era la pájara de los Celtics, que Stevens tuvo que echar mano de un voluntarioso Terry Rozier para despertar a la parroquia, y durante algunos instantes la apuesta funcionó. Con una alineación de muy poca estatura, los locales lograron reengancharse en el marcador, pero acabaron diluyéndose antes del final de la primera mitad. Este ‘efecto gaseosa’ en el que se salía con fuerza para luego acabar en nada también se repitió tras el descanso cuando el nombre del experimento se llamó entonces Tyler Zeller, pero nada. Solo Marcus Smart dio la talla por parte de los Celtics, que vagaban sin rumbo entorno a los dobles dígitos de desventaja a una derrota inevitable.
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Ante un silencio desolador en el TD Garden, los protagonistas por parte de Chicago iban pidiendo turno. Primero fue Mirotic desde el triple, para más tarde dar paso a un buen Zipser desde la banca, y como colofón final (y mucho más doloroso para los aficionados verdes) Dwayne Wade saltó a la palestra para poner la puntilla. Los Bulls no permitieron ni siquiera un atisbo de remontada rival y dejaron encarrilada una valiosa victoria a mediados del último cuarto ante la incapacidad de unos Celtics que han decidido tocar fondo en el peor momento posible.
Poco se puede destacar por el lado de Boston. Thomas, todavía visiblemente conmocionado por su tragedia familiar, fue una sombra incluso desde la línea de tiros libres, y sus escuderos tampoco optaron por hacer acto de presencia. Al Horford desapareció, Jae Crowder sigue completado una patética postemporada, Amir Johnson ni está ni se le espera… La cosa pinta muy mal para unos Celtics que han salido derrotados de su casa en los dos primeros partidos de la serie. Tocará machada.
Mientras, en el lado feliz de la eliminatoria, los Bulls saben que han dado un paso de gigante de cara a colarse en las semifinales de Conferencia. Con contundencia, el a priori rival más débil se ha hecho grande y ahora mismo tiene en la mano dar la campanada. La mejor versión de Rondo y Butler, y la gran ayuda de otros protagonistas como Lopez, Mirotic y un largo etcétera está causando estragos en la ciudad de Boston, que ahora solo quiere despertar de esta gran pesadilla.