La continuidad de Ramon Sessions, en sus manos

Ramon Sessions
Keith Allison (CC)

Dicen que segundas partes nunca fueron buenas y la temporada de Ramon Sessions solo ha hecho que confirmar el viejo refrán. Menor número de minutos (16,2), asistencias (2,6) y rebotes (1,5) por partido y segundas peores anotación (6,2) y acierto en los tiros de campo (38%) de toda su carrera.

Charlotte es el décimo equipo que más gasta en salarios de la liga y el tercero más endeudado a cinco años vista. Hace poco más de un año estaban luchando por tener ventaja de campo en Playoffs pero este año la inversión no les ha valido ni para jugarlos (36-46). Todavía sorprendidos por tamaña caída libre, los fans pudieron saber hace unos días y de la mano de su GM Rich Cho que los objetivos del verano son un base suplente y, de nuevo, un protector del aro.

La pregunta es: ¿en qué lugar deja eso al bueno de Ramon?

Cuando firmó en 2016 para suplir a un notable Jeremy Lin los números salían. Podía ser una operación redonda tanto a nivel deportivo como económico, y además tenía el factor emocional que tanto gusta en América de la vuelta a casa. Es difícil hablar de casa en un jugador que ha pasado por 7 equipos en sus 9 años en la NBA, pero lo cierto es que con la camiseta que ha jugado un mayor número de partidos es con la de los Hornets (166).

Por desgracia, el rendimiento del 7 ha dejado mucho que desear. La edad (31), las lesiones (fuera de las canchas desde el 1 de febrero), la dinámica negativa del equipo, la falta de confianza del entrenador… Alguno/s de estos factores o todos ellos han llevado a Sessions a cuajar un año para olvidar, que ahora tiene que decidir sobre su futuro, puesto que el contrato que firmó tiene un segundo año opcional para el jugador.

Puede aferrarse a él, pese a no entrar en los planes de su equipo, y buscar posteriormente una salida pactada o, por el contrario, salirse del mismo y buscar inmediatamente un nuevo equipo como agente libre. Lo más lógico es que se decida por lo primero dada la incertidumbre que rodearía ahora su posible contratación por cualquier otro equipo, viniendo de una lesión y de su peor año además de superar ya la treintena. También es probable que afecte a su decisión el mucho talento en su posición que ya hay en la liga y que viene en el Draft, pero, en cualquier caso, en sus manos está.