Los Boston Celtics necesitan optimizar su acierto

Los de Massachusetts están desperdiciando los tiros abiertos

Los Boston Celtics necesitan ser capaces de encestar los tiros desde más allá del perímetro - Keith Allison (CC)
Los Boston Celtics necesitan ser capaces de encestar los tiros desde más allá del perímetro – Keith Allison (CC)

Vas al supermercado, compras los elementos necesarios, enciendes la música que te acompaña en la tarea culinaria, tonteas con tu chica por WhatsApp, condimentas con tus mejores especias y al momento de servir la mesa y ponerte a comer te vas al cine y dejas el plato enfriándose. Algo parecido ha ocurrido durante esta serie con el ataque de los Boston Celtics, que han corrido su ofensiva de manera correcta (sobre todo luego del cambio de Horford a la posición de 5 y la entrada de Gerald Green) pero no han podido concretar los tiros desde posiciones muy favorables.

A simple vista podemos ver, si hacemos una mera observación a “vuelo de pájaro” de los seis partidos que se disputaron en esta serie, que los Boston Celtics no han estado lo suficientemente finos al momento de concretar oportunidades generadas por su movimiento de pelota. Más allá de una evolución (sobre todo en los últimos encuentros) luego de un comienzo lamentable, todavía no se logra el nivel asertivo que se tiene que tener para poder competir de igual a igual contra equipos de élite.

Cuando empezamos a bucear en lo profundo de la estadística avanzada vemos que el problema no tiene que ver con la organización de la jugada, o con llegar a las posiciones adecuadas para poder concretar oportunidades, sino que simplemente no se está siendo lo suficientemente efectivo para sacar provecho de la tarea más difícil que es el llegar a tomar un tiro abierto.

Con la incorporación de Gerald Green y la aparición de vías alternativas como Al Horford, Terry Rozier, Kelly Olynyk y Marcus Smart se pudo mantener una anotación relativamente eficaz y digo relativamente, porque sus mejores anotadores han estado prácticamente ausentes en esta serie.

Vamos a detenernos en la observación de los triples porque es la vía de gol prioritaria del esquema ofensivo de Brad Stevens, y observaremos como las más confiables durante la temporada regular no lo han sido en la primera serie de playoffs.

Hasta el último encuentro contra Chicago, los Boston Celtics estaban tomando el 13.6 % de intentos completamente abiertos de tres puntos (más de seis pies de distancia con su defensor más cercano) haciendo efectivos solo el 39.7% de los mismos, esto es un 5.4 total. A simple vista parece un buen porcentaje si tenemos en cuenta que son tiros más allá de la línea de 7.25 metros, pero la realidad es que no lo es cuando, por ejemplo, los Utah Jazz, tienen un nivel de concreción del 50%. (recuerden… son tiros que se toman sin oposición).

El problema se vuelve más grave cuando pasamos a analizar los abiertos (cuatro a seis pies y los relativamente marcados, de dos a cuatro pies de distancia) donde los porcentajes se desploman al 33% en los abiertos y un 19.4% en los relativamente marcados  (la distancia va entre el metro y metro y medio).

Los jugadores son plenamente conscientes de la situación y así lo ha indicado a la prensa después de los primeros partidos. Uno de los principales implicados en la merma de efectividad: Jae Crowder hacía notar la situación diciendo justamente que debían mejorar en la culminación de la jugadas.

El ex Marquette ha tenido una temporada regular fantástica desde más allá de la medialuna, convirtiendo el 39% de sus intentos, pero en estos playoffs su rendimiento cayó estrepitosamente a un 27% (9 de 33). Lo más preocupante de este dato es que tampoco ha atacado el aro lo suficiente como para paliar la falta de acierto desde larga distancia.

Teniendo en cuenta el peso del alero en la ofensiva verde, es un dato más que preocupante, cuando consideramos que estaba siendo el tiro de tres puntos su vía de gol recurrente.

Pero no solo Jae Crowder tuvo inconvenientes, Isaiah Thomas no pudo mantener su nivel de productividad en la primera ronda de postemporada, pasando de un 38% de efectividad, a un alarmante 20% (9 de 45). Dejando las cuestiones anímicas que pueden estar influyendo al de Tacoma, se lo ha visto tomar decisiones apresuradas, sobre todo forzando tiros de posiciones o situaciones no favorables (esto mismo ocurrió con Crowder). El impacto no ha sido mayor simplemente porque del otro lado no había un equipo que atacara eficientemente (Chicago no lo hizo en todo el año) por lo que le alcanzó a los Boston Celtics para llevarse la serie.

La falta de efectividad de dos de sus mejores atacantes ha pasado desapercibida por una conjunción de situaciones muy particulares e inherentes a esta serie: el paso adelante de Avery Bradley en ofensiva (16 pts y 41% en triples)  sumado al excelente acompañamiento por parte de Al Horford, que tuvo una serie descomunal desde todo punto de vista estadístico y la falta de vías de gol alternativas en los Bulls, taparon momentáneamente un problema, que de no ser solucionado, se puede pagar muy caro en la próxima ronda frente a un conjunto como los Wizards que tiene muchas variantes para llegar al aro contrario.

Los Celtics tienen que mejorar sus porcentajes desde la línea de tres puntos si quieren llegar a finales de conferencia. Tanto Isaiah Thomas como Jae Crowder, tendrán que elevar su rendimiento anotador para que la suerte no dependa de las manos de un Smart (no es su función) o de las vías alternativas que encuentre el desarrollo de la serie.

Los de Massachusetts viven de su nivel asertivo de larga distancia, por lo que no pueden dejar pasar aquellos tiros tomados desde posiciones favorables. El movimiento de pelota continúa siendo muy bueno y los lanzamientos se están tomado con relativa comodidad, pero en los playoffs donde el mínimo desajuste puede dejarte de vacaciones, una cuestión como la efectividad tiene que ser optimizada al máximo.