Los Pelicans pagan 30 millones de dólares al aire
Os traemos el caso de Dell Demps y su gestión de fichajes frustrados
¿Que comprarían ustedes si dispusieran de 30 millones de dólares? La lista que están ahora mismo haciendo en su cabeza es, definitivamente, interminable, ¿no? Pues en los New Orleans Pelicans, tan sólo necesitan ocho palabras para confeccionar esa lista, una lista que está lastrando muchas de las posibilidades que tienen para esta agencia libre. ¿Quieren saber a lo que me refiero? Me refiero a que, entre cuatro jugadores se está malgastando alrededor de la friolera de 30 millones de dólares en la franquicia de NOLA. ¿Y a quién me refiero? Hoy les voy a traer los casos de Omer Asik, Solomon Hill, Alexis Ajinça y Quincy Pondexter.
SOLOMON HILL – 11.241.218 millones de $
Ésta, quizás, es la situación menos dolorosa. A principio de temporada (concretamente, el primer día de agentes libres del verano pasado), Dell Demps decidió fichar para la desierta posición de alero a un jugador que había mostrado un gran nivel en Playoffs con los Indiana Pacers, Solomon Hill. A pesar de que había promediado algo menos de 15 minutos en regular season, en post-temporada subió esa cantidad, al igual que también se elevaron sus prestaciones.
Los Pelicans decidieron no dejar a escapar a un jugador que, con su cantidad de minutos aumentada, podía ser un alero titular bastante decente para el equipo, y decidieron poner 44 millones de dólares sobre la mesa por un tiempo de 4 años, casi nada. las expectativas, una vez más, han jugado una mala pasada a los de Louisiana y su rendimiento no ha sido ni mucho menos el que se esperaba. Algún que otro sólido partido… Pero no ha demostrado ni de lejos valer la cantidad de 11 millones por temporada. Con la dificultad que tendría agregarle a algún traspaso, los de NOLA se encuentran ahora con un grave problema, que tiene dos soluciones: intentar colocarlo en cualquier traspaso o que Solomon Hill comience a demostrar lo que pagan por él.
ALEXIS AJINÇA – 4.638.203 millones de $
El caso del francés tiene partes positivas y partes negativas, pero vamos a analizarlo desde el principio. Llegó en la 13-14 sin ningún tipo de expectativa, pero en la temporada de los Playoffs, dio un salto de calidad en el banquillo y mantuvo al equipo en una posición ganadora durante una época de lesiones, destacando las de Anthony Davis y Ryan Anderson. Esto le valió para firmar con la franquicia un contrato de 20 millones por cuatro años, que para un pívot suplente que juega 15 minutos por noche no está mal.
El problema viene cuando Alvin Gentry decide prescindir de él a mediados de temporada, dejándolo en una gran cantidad de partidos inactivo. Llegó incluso a pedir el traspaso cuando se dio esta situación. Sin embargo, se abre un camino de luz para el francés a final de temporada, que es el traspaso de DeMarcus Cousins y el corte de Terrence Jones. Esto le deja como primera opción de banquillo tanto para la posición de ala-pívot como para la de pívot, ya que hemos visto que Alvin tampoco cuenta con Donatas Motiejunas. Aún hay incertidumbre acerca de lo que va a suceder con él, pero el entrenador le tiene que empezar a dejar mostrar que su sueldo no está desmesurado. Por lo menos, que no está desperdiciado.
OMER ASIK – 9.904.494 millones de $
Lo del turco parece tener menos solución. Llegó a NOLA como el pegamento defensivo que unía a Jrue Holiday, Anthony Davis y Tyreke Evans, haciendo que Davis saliera más a defender al perímetro con la seguridad de que hay alguien detrás cubriendo las espaldas. La primera temporada, el experimento funcionó por partes: su nivel reboteador era muy bueno (9,8 rebotes en 28 minutos), pero tenía carencias tanto en ataque como en defensa. Sin embargo, era de buen saber que Omer no iba a aportar mucho en la faceta anotadora.
El resultado fue un contrato desorbitado de 40 millones de dólares en 4 años, al que todo el mundo le sigue buscando el sentido. 10 millones por temporada, con con casi ya 30 años, por un jugador que no aporta todo lo que podrá aportar. Su segunda temporada no funcionó en ningún momento, mostrando en toda ella una falta de ganas reiterada, cuando ya sus limitaciones eran de por sí evidentes. El bueno de Asik tiene horchata, cómo se decía. Entre tanto y cuanto (que le ha hecho perder peso en cantidades muy altas) y que antes de cogerlo ya estaba en la lista de inactivos. Total, 10 millones al año para 31 partidos en los que promedia 15,5 minutos, a un jugador al que ahora mismo es muy complicado incluir en un traspaso.
QUINCY PONDEXTER – 3.617.978 millones de $
Si te pones a analizar su caso, tiene hasta cierta gracia. Gracia por lo que son los Pelicans, un equipo con mucha mala suerte: esto sólo les podía pasar a ellos.
Llegó a mediados de la temporada 2014-2015, con un nivel bastante bueno, lo que le convertía en el alero titular del equipo (que tampoco era muy difícil). Poca broma con esto, pues le dio a los Pelicans el perfil de 3&D que necesitaban para llevar al equipo a su objetivo de conseguir jugar la postemporada desde la era Chris Paul.
Todo iba bien. Buen rendimiento en ambos lados de la cancha, un contrato de 3 años y 11 millones y una cantidad de minutos decente… Hasta que se descubre que ha jugado los Playoffs lesionado de una rodilla y que es baja indefinida. Se dice que va a volver a principios de temporada… Se dice que volverá ya en enero de 2016…. Se dice que volverá ya en la 2016-2017… Y aún no ha jugado un partido oficial de nuevo. Este es un caso de mala suerte, pero no deja de ser un problema para los New Orleans Pelicans, que ya no saben si reír o llorar con el alero, al que ya le han embolsado más de la mitad de su contrato sin haber jugado ni siquiera un minuto.
En fin…
Un turco enfermo, un cojo, un manco y un garbacho lento, parece sacado de chiste. En total, con calculadora en mano, la cantidad entre estos cuatro asciende a una cifra de 29.401.893 millones de dólares sólo esta temporada (ya que todos tienen un contrato ascendente y el año que viene será más), que si bien no son un dinero perdido, sí es un dinero mal invertido. Por prestaciones, por futuro del equipo y por su propio bien, esta circunstancia tiene que cambiar, por lo menos, por la cuestión moral de tirar 30 millones al aire.