Malik Monk, ese gran desconocido

El rookie aspira a ser muy importante pero hay dudas a su alredor

Kentucky.com

En un draft en el que las expectativas se han disparado por jugadores como Lonzo Ball, Jayson Tatum o incluso un Lauri Markkanen que ha destacado en el Eurobasket, hay un jugador que ha pasado desapercibido para la mayoría y del que se esperan grandes cosas en su actual equipo, Charlotte Hornets. Hablamos de Malik Monk.

Sin duda foco de grandes esperanzas por su juventud (únicamente 19 años) y la necesidad que tiene la plantilla de un jugador de sus características, recién empezada la pretemporada despierta más dudas que certezas. Además, la lesión que se produjo en verano y que le impidió disputar la Summer League ha evitado que veamos un adelanto de lo que puede ofrecer este año. Una lesión que llegó a hacer peligrar los primeros partidos del año para el joven y que en los amistosos de preparación todavía le tiene con los minutos mínimamente restringidos (21 en el primer partido contra Boston Celtics).

La gran mayoría de sus compañeros de draft han dejado muestras de su talento este verano, pero los aficionados que no hayan podido seguir su carrera en la universidad se preguntan qué tipo de jugador es Malik Monk y qué puede aportar a la plantilla. Es por ello que hay una serie de preguntas que están en el aire cuando se trata de evaluar su impacto en la mejor liga de baloncesto del mundo.

En primer lugar, está por ver el rol que ocupa en el sistema de Steve Clifford. Y es que en la universidad su importancia en el equipo era muy grande, llegando a tirar a canasta casi 15 veces por partido y promediar 19.8 puntos por choque. Suena difícil que en un equipo candidato a Playoffs y que cuenta con Kemba Walker, uno de los mejores bases de la Conferencia Este y All Star el último año, pueda disponer de tantas oportunidades para buscar la canasta rival.

Eso siempre y cuando las lesiones respeten ya que, tras perderse todo el verano con una lesión de tobillo que no parecía especialmente grave, algunos pequeños fantasmas sobrevolaban el entorno del equipo. No es que se pensara en un caso como el de Ben Simmons o Joel Embiid que se perdieron su temporada de novatos al completo, pero sí que había cierto temor en el cuerpo técnico debido a que los dos últimos años diversos jugadores importantes como Michael Kidd-Gilchrist, Kemba Walker o Cody Zeller se perdieron muchos partidos y fueron muy difíciles de suplir. El caso del pívot, que el año pasado terminó como única ancla defensiva del aro, su ausencia de 20 partidos se saldó con únicamente 3 victorias por 17 derrotas, lo que arrancó de cuajo cualquier posibilidad de postemporada.

Relacionada con esta cuestión, nos encontramos con el debate de la posición que va a ocupar. En su etapa universitaria, Malik Monk jugaba de escolta, dejando el puesto de base a su compañero de draft De’Aaron Fox (pareja que compartió el premio MVP en el torneo Jordan Brand Classic), si bien hay voces que plantean la posibilidad de que juegue de base. A favor de esta teoría se encuentra que uno de los principales hándicaps el año pasado para Charlotte Hornets fue la poca aportación de su banquillo, en el que echaron de menos el rol que desempeñaba hace dos años Jeremy Lin, que ejercía de base suplente y anotador principal de la segunda unidad.

En principio el fichaje de Michael Carter-Williams responde a esta necesidad, pero su escaso rendimiento desde que fuera novato del año en la temporada 2013/2014 y los problemas físicos que arrastra y que podrían hacer que se pierda el inicio de la temporada alimentan las dudas. El tercer base, Julyan Stone, no sólo no cuenta con excesiva confianza por el cuerpo técnico, sino que además también padece problemas en la ingle.

En contra de ver a Malik Monk como director de orquesta del equipo es que necesita mejorar sus condiciones como playmaker, ya que hasta ahora ha demostrado ser más un ejecutor que un creador, pero si consigue añadir esta faceta que, de momento, sólo es un esbozo de sus cualidades, puede disponer de una gran oportunidad. Sobretodo si Jeremy Lamb, mejor jugador del equipo en el primer partido de pretemporada contra Boston Celtics, da el salto que lleva tiempo insinuando y la competencia en el puesto de escolta aumenta con su presencia más la de Nicolas Batum, a la que habría que sumar a Dwayne Bacon, la otra elección de draft de este año, si bien este último cuenta con menos posibilidades de hacerse un hueco importante en la rotación

Por último, si el rookie responde a las expectativas, está por ver si Steve Clifford se atreve a incluirlo en los finales de partido una vez vaya avanzando la temporada. Michael Kidd-Gilchrist debe ser vital en el proyecto, pero su escaso acierto desde la línea de tres puntos supone un problema, especialmente en finales apretados de partido en los que haya que remontar y la defensa sea más dura y cerrada. En esos momentos la mira telescópica de Malik Monk desde el perímetro puede, no solamente ayudar en la anotación, sino abrir mucho el campo y evitar la asfixia espacial que castigó a su equipo a lo largo de la temporada pasada.

Los entrenadores coinciden en destacar que, cuando de baloncesto se trata, los verdaderos titulares no son los que empiezan el partido, sino los que lo terminan. Y por necesidades, talento y esperanzas, hay posibilidades de que Malik Monk acabe la temporada como uno de los titulares reales, aunque para las estadísticas empiece desde el banquillo. En estos casos a todos nos vienen a la mente nombres como los de Jamal Crawford, Lou Williams o lo que durante muchos años ha sido Manu Ginóbili como espejos de lo que puede llegar a ser su rol en este año.

Si bien ya han empezado las pruebas de pretemporada, no será hasta el 18 de octubre, cuando los de Carolina del Norte debuten contra Detroit Pistons en partido oficial cuando todas estas incógnitas empiecen a ser resueltas. Un motivo más para desear que la nueva temporada arranque, por si no tuviéramos ya muchos.

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