Bases intermitentes, juego intermitente
Analizamos la mezcla jóvenes-veteranos que veremos este año en Sacramento
George Hill como mentor, De’Aaron Fox como discípulo privilegiado y Frank Mason III para progresar adecuadamente. Con este tridente que mezclaba talento, proyección y experiencia a partes iguales, los Sacramento Kings se disponían a iniciar una temporada clave para separar el trigo de la paja y ir cerrando frentes y incertidumbres que permitan iniciar un nuevo ciclo con un bloque prometedor y hambriento. Sin muchas victorias este año, lógicamente, pero con la esperanza de esperar a ver los primeros destellos de luz de los Fox, Skal, WCS y compañía y con muchas ganas de ver si Dave Joerger va a ser capaz de implementar el dinamismo y el juego rápido y atractivo que prometió a los aficionados antes de iniciar la campaña.
Una de las posiciones en las que más dudas se iba a despejar cualquier duda esta temporada debería ser, sin duda, la del base. Ya lo hemos comentado antes: 2 jugadores prometedores y uno para los momentos importantes y para ejercer de referencia en el parqué en ciertos momentos del partido. Sin embargo, la gestión que se está haciendo de la rotación de bases no deja de ser, cuanto menos, particular. Alejando de la ecuación a Frank Mason, que come aparte por distintos motivos, da la sensación que Joerger no tiene muy claro como quiere que el equipo funcione: más allá de que ambos jugadores (Fox y Hill) están jugando exactamente los mismos minutos por partido (26), no se está notando que cuando juegan haya un patrón de juego o que especialmente el veterano esté siendo capaz de llevar en volandas el equipo hacia el sendero del juego organizado y riguroso, cosa que nos lleva a ver un conjunto en muchas ocasiones (especialmente cuando es visitante) desalmado y falto de ideas. Desde la redacción de Kings de SomosBasket hemos decidido que, visto lo visto, es momento de empezar a evaluar el rendimiento de George Hill, De’Aaron Fox y Frank Mason III.
GEORGE HILL, COMO UN ELEFANTE EN UN GARAJE
Pocas veces se había visto a un jugador como George Hill tan desubicado como esta temporada. Sintetizando, está siendo incapaz de imponer su juego, que combina relativamente bien transiciones y la virtud para organizar un ataque en estático y tampoco está sabiendo encontrarse con su faceta anotadora, aspecto que un sector del entorno King pensaba que sería capaz de potenciar aún más si cabe que la temporada pasada en Utah Jazz.
En los 16 partidos que Hill ha disputado hasta el momento ya se nota claramente el rendimiento decepcionante que está ofreciendo:
MPP | PPP | APP | RPP | TC% | T3% | |
2016-17 UTAH | 31’5 | 16’9 | 4’2 | 3’4 | 47’7% | 40’4% |
2017-18 KINGS | 26’3 | 9 | 2’4 | 3’1 | 42’7% | 44’7% |
Como vemos claramente, no tiene nada que ver con el jugador que vimos el año pasado. Los Kings necesitan una versión muy mejorada de Hill si quieren que sirva de algo para el aprendizaje de Fox y del resto de jóvenes, pero no hay que olvidar que hay un trasfondo mucho más importante en la importancia del nivel que ofrezca: su futuro. Si las cosas siguen el rumbo que deberían seguir, no debería extrañarnos en absoluto que en febrero George Hill salga del equipo como moneda de cambio de alguna ronda o de algún valor joven que pueda ser útil para el futuro de la franquicia. Como ya se dijo en verano, el fichaje de Hill no era interpretado como una pieza para luchar por algo sino que como un mentor para los rookies y sophomores de la franquicia. Por lo tanto, como es habitual en los temas deportivos, su rendimiento marcará su valor en el mercado.
DE’AARON FOX: ACIERTOS, ERRORES Y ESPERANZA
El proceso lógico en un rookie que al estar en una franquicia que se está reconstituyendo puede disponer de minutos, tiros, oportunidades y confianza. De’Aaron Fox no ha tardado nada en ganarse los aficionados y ya hemos visto exhibiciones de talento y despliegue físico y grandes destellos de carácter y liderazgo (recordemos el buzzer beater a media distancia) y Joerger ya ha visto en el ex de Kentucky una estrella en potencia y, lo que es más importante, un líder. No está logrando unos porcentajes maravillosos y no está teniendo tampoco la mejor toma de decisiones, pero repito, es lógico en un rookie. Fox rebosa sobriedad, capacidad de liderazgo y carácter ganador.
MPP | PPP | APP | RPP | TC% | T3% | |
2017-18 KINGS | 26’4 | 11’1 | 4’6 | 3’1 | 41% | 32% |
Quizás el mayor problema de De’Aaron Fox no sea suyo, sino de planificación. Como hemos dicho George Hill no está explotando en el rol que se le presuponía, y Fox aún no está capacitado para dirigir el equipo a tiempo completo y establecer patrones de juego. Es maduro, sabe salir de las malas rachas y tiene destellos de líder, pero tiene 19 años y muchísimas cosas que aprender. Por lo tanto seguiremos viendo su gran calidad individual y capacidad para el desborde, pero habrá que ser más pacientes para ver a Fox en condiciones de liderar el juego grupal del equipo al nivel de los grandes bases regularmente.
FRANK MASON III, PRIMERA TOMA DE CONTACTO
El tercero en discordia, un jugador «condenado» a evolucionar desde el ostracismo al que le relega el papel protagonista de Hill y del alumno aventajado De’Aaron Fox. En los 11 partidos que ha disputado hasta ahora Mason se ha notado que tiene un papel secundario en todas las rotaciones y que no tiene la absoluta confianza del entrenador, de momento, para tener un papel importante en las posesiones más allá de errar poco y ir haciéndose un sitio con pies de plomo. Sin embargo, esto es muy lógico al ser un jugador que viene de cumplir un ciclo entero (pero muy bueno) en la NCAA y que fue elegido en segunda ronda.
MPP | PPP | APP | RPP | TC% | T3% | |
2017-18 KINGS | 16’5 | 7’1 | 3 | 1’6 | 40’6% | 46’7% |
Como vemos, Frank aprovecha las oportunidades como buenamente puede (en los últimos 3 partidos, en los que ha disputado más de 20 minutos, no ha bajado de los 10 puntos con unos porcentajes cercanos al 50%) y está aportando de manera positiva, por lo que no hay que dudar que en algún momento, sobretodo si Hill abandona el barco, su momento va a llegar y habrá un momento en el que va a ser trascendente. Entonces, deberá estar al acecho y no desaprovecharlo, puesto que para jugadores de su estilo muy pocas veces pasan estos trenes. Mason, que posee un buen tiro y tiene una buena visión de juego, tiene la gran suerte de combinar a la perfección sus virtudes con las de Fox, cosa que facilitaría que en un futuro ellos puedan instalarse definitivamente como el binomio de PG de los Kings. Hay que ver más a Mason para saber más cosas de su rendimiento y de su adaptación, pero por el momento, las sensaciones no son para nada malas.
Ya se ha comentado muchas veces, pero no deja de ser una manera de cerrar el artículo: nos sabemos la teoría, ahora hay que ejecutarla. Es el momento de que la rotación carbure.