ANÁLISIS | Filipinas es pasión para el basket

El baloncesto es el deporte rey del país asiático

Filipinas no es solamente un país con infinitas playas de arena blanca, maravillosos atardeceres y gente sonriente. Su gastronomía no dista demasiado de la gastronomía española y su manera de ser y de vivir tiene una clara influencia americana. Y es que en realidad su cultura es una mezcla de ambas.

Con una media de estatura de 1.62m en hombres y 1.50m en mujeres e introducido por los americanos a principios del siglo XX, estas afables gentes disfrutan del deporte rey, el baloncesto. Ningún filipino que se precie juega sin sus zapatillas de Kobe Bryant o sin sus Air Jordan. Y es que en las islas, la pachanga con los amigos después del trabajo es una religión. Es raro no encontrar una canasta de baloncesto a más de 5 minutos andando en cualquier parte del país y a pesar de no tener medios suficientes para la construcción de una cancha en condiciones, cualquier sitio es bueno para colgar un tablero y un aro.

Tablero colgado en un árbol de la región de Palawan, Filipinas. Fuente: Roberto Gonzalez Beiro (CC)

Da igual en cual de las más de 7.000 islas te encuentres, siempre habrá alguien con una pelota y una canasta cerca.

 

Filipinos en la NBA

Nunca ha habido un jugador nacido o criado en filipinas que haya jugado en la NBA. Pero si que ya ha habido casos de jugadores o entrenadores de ascendencia directa filipina.

El primero de ellos fue Raymond Townsend. Base que jugó para los Warriors entre 1978-1980. Drafteado en la posición 22 de la primera ronda. El americano-filipino pasó sin pena ni gloria por las filas de GSW e Indiana Pacers.

Otros nombres destacan en esta lista; jugadores como Nate Robinson o el entrenador Erik Spoelstra también tienen ascendencia filipina.

Foto: Keith Allison (CC)

Pero el ídolo «local» es Jordan Clarkson y juega para el «enemigo», los Cleveland Cavaliers. De madre filipina y padre afroamericano, J. Clarkson estuvo a punto de debutar con la selección filipina de baloncesto en 2011, pero un problema con los Angeles Lakers (su club por entonces) le impidió vestir la camiseta de la selección nacional. Jordan ha expresado tras esta negativa de los Lakers su disposición para jugar en un futuro con el país asiático, ya que desde los 12 años, J. Clarkson posee doble pasaporte. Aunque se antoja imposible que ese momento se pueda producir, el caché de Clarkson está ahora mismo muy por encima de esta selección filipina, que aspira solamente a pelear por una plaza en los próximos mundiales. (Finalizaron 7º de 16 en el anterior torneo Asiático de selecciones)

 

¿A qué equipo apoyan los filipinos?

Hice decenas de veces esta pregunta en mi reciente viaje a la ex-colonia española y la respuesta fue siempre la misma. Golden State Warriors. Ya sea por el apego que le tienen al equipo donde debutó R. Townsend o por el ejemplo de Curry, una superestrella de la liga de «tan sólo» 1.90m (recordad la media nacional de altura filipina), el pueblo filipino banca a los vigentes campeones de la NBA.

Y se vuelven locos con ellos. Las fotografías de los componentes del equipo están por todas partes: en marquesinas, aeropuertos, merchandising de  operadores de telefonía móvil, anuncios den la televisión nacional…etc. El bombardeo es importante y más en una población en la que un 81% de la gente afirma ser fiel seguidora del basket.

Aunque no solamente del basket americano viven los filipinos. La popularidad de las ligas locales y nacionales hacen que por la calle las camisetas de baloncesto más vistas no sean las de la NBA, si no las de equipos como Alaska Aces, San Miguel Beermen, Magnolia Hotshots o TNT KaTropa.

Cancha callejera en el sur de la isla de Cebú, Filipinas. Fuente: Roberto Gonzalez Beiro (CC)

 

La esperanza filipina

Filipinas todavía tiene que ver a su primer jugador nacional jugando para una franquicia NBA. El Fernando Martín filipino, el pionero. Y ese momento está más cerca que nunca. Con una liga de baloncesto profesionalizada y regulada por la Samahang Basketbol ng Pilipinas desde el 1975 a través de diferentes nombres, el nivel de las ligas nacionales está en crecimiento exponencial y ha habido ya contactos que dejan entrever que en un futuro no muy lejano habrá un filipino, nacido en Filipinas jugando en la NBA y haciendo soñar a todo un país. Los focos apuntan a nombres como Kobe Paras, Kai Sotto o A.J. Edu, la nueva generación filipina que está más preparada que nunca. Alguno de ellos ya está jugando en la NCAA. Sin embargo, el proceso de adaptación está siendo lento y ya hay voces críticas que señalan cual es la raíz del problema.

«No puedes ser el pez más grande en un estanque para después nadar con tiburones. Necesitas crecer cerca de los tiburones para tener la oportunidad de convertirte en uno de ellos» – decía el periodista Philip Brannan.

Lo cierto es que Filipinas espera con ansia el momento en que uno de los suyos vista por primera vez la camiseta de una franquicia NBA. Pero mientras tanto, siempre les quedarán los Warriors.