Kyle Wiltjer, solidez y consistencia

Analizamos lo que hasta el momento está haciendo el jugador de Unicaja

Unicaja llegaba al pasado mercado estival con varias necesidades a cubrir. Tras la salida de jugadores de gran peso como Nedovic y con un nuevo entrenador, el conjunto malagueño debía moverse rápido y lo hizo. Uno de los objetivos en el periodo de fichajes era conseguir un ala-pívot que pudiese cubrir tanto la función de ‘4’ como de ‘5’, un jugador móvil, ágil en la pintura y buen tirador, y ahí, entra en juego Kyle Wiltjer.

El impacto del canadiense se ha hecho notar desde primera hora en el dibujo que trata de implantar Casimiro. Un juego más vertical, sin agotar las posesiones y tratando de generar más peligro desde el perímetro. Gracias a esto, el ex de Houston Rockets ha conseguido tener bastantes minutos. Su buena muñeca y su rápida reacción en las transiciones (pilar fundamental de este tipo de juego) le están haciendo ser una pieza fundamental.

Para Kyle, hay dos partidos en los que ha sido realmente decisivo y ya, se ha ganado un hueco en el corazoncito de todo el Carpena. La primera gran tarde para él fue su debut, un partido que jugó en casa y con un rival de lo más complicado además de rival directo como es el Valencia Basket.

El inicio de dicho encuentro fue de autentica locura. Todo el pabellón a los cuatro minutos de juego ya le gritaba eso de ‘MPV’, ‘MVP’, ‘MVP’, y es que no merecía menos. Wiltjer inició el choque y su temporada con 13 puntos en esos cuatro minutos y, es verdad que más tarde tan solo anotaría dos puntos más, pero ya había conseguido dejar patente su nivel, y eso sumado a sus dos rebotes y tres asistencias le otorgó un 13 de valoración en tan solo 14 minutos sobre el parqué.

Pero, como hemos dicho, sus exhibiciones esta temporada no acaban en un primer buen partido. Los mejores jugadores aparecen cuando se les necesita y, a veces, con una sola ráfaga les es suficiente. Este, es el caso de su último partido de Liga Endesa, el encuentro disputado ante el Manresa, esta vez eso sí, fuera de casa.

Para muchos, esos seis mágicos minutos que dejó el canadiense en el tercer cuarto, recordaron al mejor Jorge Garbajosa y no, no es blasfemia. Wiltjer consiguió hacer una expectacular exhibición declinando el partido para el conjunto cajista en pocos minutos. Tras el descanso, el ala-pívot pareció haber sido poseído por un espíritu anotador que le llevó a conseguir nada menos que 17 puntos, prácticamente consecutivos.

Wiltjer comenzó su recital con un rebote en campo rival que le sirvió para anotar, a esto le siguieron una canasta desde dentro del perímetro, dos triples, siendo uno de ellos en la cara del defensor rival, una posterior jugada de 2+1 después de ‘romper’ con una finta a Dragovic y finalmente un mate que vino tras una asistencia de Sasu Salin, en resumen, todo un auténtico recital.

Un jugador polivalente

El canadiense se ha liberado en Málaga. Tras un paso por Olympiakos, dónde estaba más encorsetado y con un conjunto griego que le restringía más los minutos, por fin ha llegado a un equipo en el que puede equivocarse, pero también dejar actuaciones brillantes. El estilo alegre del juego que quiere implantar Casimiro y la posibilidad de tirar más además de disponer de más minutos está mejorando a Kyle.

De nuevo se vuelve a sentir importante como ya lo fue en la NCAA después de un periodo gris en la NBA y en el conjunto del Pireo. Wiltjer se encuentra como uno de los pocos jugadores que promedian algo más de 20 minutos por tarde. Pero no solo está teniendo peso en la pista, también le respaldan las estadísticas con casi 11 puntos de partido y, a pesar de ser un 2,08, tiene una gran muñeca, algo que constatan sus porcentajes desde la línea de tres con casi un 40%.

Es incierto qué futuro le depara al de Portland, Unicaja no solo ha encontrado a ese jugador versátil que sirviese tanto de alero como de ala-pívot y también de pívot, con gran muñeca, alto y con envergadura pero rápido, que defienda bien y que se amolde al nuevo esquema, sino que le está rindiendo a la perfección.

Lo que queda claro es que seguirá creciendo en su nivel baloncestístico y a nivel europeo, algo que reconoció que le costó en su primer año en el viejo continente, “tardé dos meses en coger las reglas”, comentó en unas declaraciones. El incansable trabajo en defensa que realiza cada encuentro y su labor bajo el poste pueden incluso llevarle a lo más alto en un conjunto que pelee por Euroliga.

Lo único malo de este jugador es que tan solo tiene un año firmado con el club malacitano, es por eso que habrá muchos ojos puestos en lo que pueda ser capaz de hacer en los próximos meses que puede hacerle un nuevo contrato o irse libre a cualquier otro conjunto. Por el contrario, de descender este gran nivel y eliminando esas actuaciones le podría hacer quedarse sin nada.