ANÁLISIS | Gordon Hayward es el nuevo “renacido”

El alero de los Celtics ha recuperado su mejor nivel

Tras haberse consagrado como All-Star desde el inicio de su carrera, Gordon Hayward salió a la agencia libre para tratar de buscar una franquicia en la que seguir curtiéndose como una superestrella de la liga y poder tener opciones de ganar un campeonato. El lugar elegido no pudo ser ningún otro que Boston, la franquicia con más títulos en la historia de la competición y que contaba con una persona muy especial en la vida de Gordon, Brad Stevens, su entrenador en la Universidad de Butler. Parecía una historia escrita por un director de cine. Además, con el traspaso Isaiah Thomas por Kyrie Irving, los Celtic se plantaban como uno de los grandes candidatos a conseguir llegar a las Finales de la NBA y pelear con Golden State Warriors, la bestia negra de cada franquicia en el último lustro.

Hayward
Foto: Gregory Shamus/Getty Images North America

Pero no todo pudo salir como se predijo, ya que una de las dos estrellas de los nuevos Celtics solamente puedo participar en un partido en la temporada 2017-18. En su primer enfrentamiento con la camiseta de los verdes ante Cleveland Cavaliers, Gordon Hayward cayó lesionado de gravedad y fue diagnosticado con una fractura de tibia y tobillo. De un momento a otro, su historia fantasiosa había pasado a ser una pesadilla, y los Celtics temían que su temporada se quedara en nada por la baja de uno de sus All-Stars. Sin embargo, los jóvenes jugadores de la franquicia de Massachusetts dieron un paso adelante y lograron firmar una temporada muy sorprendente en la que incluso se plantaron en las Finales de la Conferencia Este sin siquiera Kyrie Irving, que tampoco pudo participar en la postemporada por una lesión en el último tramo del curso regular.

Un año más tarde, con toda su plantilla sana y con LeBron James ahora en la Conferencia Oeste tras su decisión de firmar con Los Ángeles Lakers, los chicos de Brad Stevens se veían como grandes candidatos para representar al Este en las Finales. No obstante, los problemas no han parado de sucederse en la franquicia de Nueva Inglaterra y se encuentran actualmente peleando por la ventaja de campo en su Conferencia. Se ha producido una aparente desconexión entre el entrenador y la plantilla, por no hablar de los problemas personales que han surgido dentro del vestuario, uno al que los propios jugadores han denominado de contar con un ambiente tóxico. A pesar de ello, conforme la campaña regular está llegando a su fin, los Celtics están siendo capaces de recuperar ritmo y se han colocado con opciones de reconquistar la ventaja de campo.

Uno de los principales motivos del éxito de Boston Celtics en las últimas semanas, en las que han conseguido sobreponerse a la crisis particular que arrastraban desde varios meses atrás, ha sido la reaparición estelar de Gordon Hayward. El alero había tenido problemas desde que comenzó la temporada con su aportación en pista, era aparente que la lesión le había afectado mucho y no había vuelto a ser el mismo. Comenzaron a llover las críticas por parte de los aficionados que no querían contar con una ficha tan cara y que tampoco aportaba en el esquema de Stevens. Incluso, algunos aficionados llegaron a sugerir por redes sociales que exploraran un posible traspaso por Hayward y lograr así piezas útiles en su lucha por el campeonato. Sin embargo, según ha avanzado el tiempo, el alero ha recuperado su forma física y su confianza, y sus puntos están siendo muy importantes para que los Celtics recuperen su trono en el Este. A continuación pasaremos a comentar algunos de los aspectos que han permitido que Gordon Hayward sea el nuevo “renacido”.

Hayward
Foto: Lance King/Getty Images North America

Volver al banquillo y encontrar la solución

Tras los buenos Playoffs realizados por parte del novato Jayson Tatum ante la ausencia de Gordon Hayward, los Celtics se encontraron con un problema en el puesto de alero, ya que contaban con dos jugadores de gran talento para un solo puesto. Finalmente, Hayward fue el beneficiado al contar con la experiencia que tenía en ese momento así como el apoyo de unos fans que no le habían visto jugar en un año, aunque los resultados no fueron del todo buenos. Los Celtics no terminaban de encontrar la solución para ganar partidos de manera consistente y regular, así que decidieron aferrarse a la ilusión y al sueño de hacer que Jayson Tatum se convirtiese en una pieza fundamental del proyecto partiendo desde el quinteto titular. Stevens sacudió la rotación y logró algo muy importante, que los jugadores comprendieran cuál es su nuevo rol.

Después del 19 de noviembre, día en el que Hayward fue sentado en el banquillo por primera vez, los Celtics mantuvieron cifras de un equipo verdaderamente candidato al título durante varias semanas. Es cierto que esos números que cayeron conforme fue avanzando el tiempo y se quedaron muy lejos de los que han promediado en la reciente crisis de derrotas consecutivas del equipo de Massachusetts. Durante este periodo que se inició en un tramo fundamental de la temporada, los Celtics fueron el mejor equipo en ataque con un ‘offensive rating’ de 115.8 puntos por partido, una ‘net efficiency’ de +11.1 y un ‘true shoting percentage’ del 59%, todos liderados por ellos a excepción de la última categoría, donde ocuparon el tercer lugar de toda la liga. El desafío para los Celtics era, sin duda alguna, volver a promediar esos números que les permitió mantener cierta seguridad con respecto a la sexta plaza del este, de la que se encuentran bastante alejados.

Un ‘as’ bajo la manga para luchar por el campeonato

Gordon Hayward no ha vuelto a ser el mismo desde que sufrió aquélla lesión en el primer partido de la temporada ante Cleveland Cavaliers. Sin embargo, ha encontrado la manera de reinventarse y de ser una pieza realmente útil para esta franquicia. Sigue teniendo el mismo gen anotador con el que había contado durante su etapa en Utah, y ahora lo está utilizando para torturar a las defensas de la segunda unidad de cada franquicia, que no suelen destacar por su brillantez. Boston necesitaba poner fin a la sangría que estaba siendo su juego en las últimas semanas. Llegaron al Oracle Arena habiendo perdido cinco de sus últimos seis partidos, por lo tanto, nadie podía pensar que Golden State acabaría sucumbiendo de la manera que lo hizo ante los Celtics, por 33 puntos de diferencia. Parte de culpa de esta derrota humillante de los campeones la tuvo Hayward, que volvió a ser ese factor sorpresa que ninguna segunda unidad ha sido capaz de parar hasta ahora.

No es el jugador que más puntos anotados por partido promedia, pero sí el que hace que se mantenga el nivel en ataque cuando el balón no está en manos de sus principales estrellas, de los grandes titulares de cada equipo. Es cierto que también ha contribuido de manera positiva el buen rendimiento de jugadores como Marcus Smart cuando ha sido seleccionado para formar parte del quinteto inicial, al igual que la ya predecible anotación de Tatum o las noches de inspiración de Jaylen Brown, que aunque no suelen ser muchas, son siempre muy efectivas para su equipo. El dato que realmente llama la atención y que hace ver el valor que tiene Hayward para estos Celtics, es su porcentaje de acierto en tiros de campo. En los últimos tres partidos, sin contar la última derrota ante Los Ángeles Clippers, ha superado el 60% en las tres ocasiones y en dos ellas quedándose en un 75%. El hecho de que el balón llegue en menos ocasiones a sus manos, está haciendo que incremente su nivel de eficacia en ataque.

Pero lo que es más importante, lo que va más allá de las estadísticas o de las propias rachas de los equipos, es la sensación personal de cada jugador en momentos tan importantes como lo son los meses de marzo y principios de abril. Ahora es cuando empieza a construirse la moral de cada franquicia de cara a la postemporada, el momento en el que los partidos comienzan a importar. Sabiendo que se va a participar en la postemporada, como puede ser el caso de los Celtics, que se encuentran en una situación muy favorable para estar presentes, es necesario que sus estrellas se sientan bien física y mentalmente para afrontar un desafío como este, sobre todo sabiendo que entre sus planes está jugar baloncesto en junio. Refiriéndose a esto, se podría decir que Gordon Hayward ha tenido una de sus mejores semanas desde que está en Boston Celtics en este rol designado por Stevens.

Comenzando por el principio, logró 30 puntos, 7 rebotes, 4 asistencias, dos robos, un 75% de acierto en tiros de campo y un 66% de acierto en triples ante Golden State Warriors. Fue con diferencia el mejor jugador del partido y permitió tumbar con una diferencia de 33 puntos a los vigentes campeones que, aunque están muy tocados, siempre son un duro rival. Los Celtics pudieron mandar un mensaje en casa del campeón, algo que recibió toda la liga que se fue sucediendo las noches posteriores. Volando de un punto del norte de California a otro, el cuadro de Brad Stevens llegó a Sacramento y al nuevo Golden 1 Center para medirse a unos Kings que están proponiendo una idea de baloncesto muy interesante, con jóvenes estrellas que pronto pasarán a tomar el escenario. Sin Kyrie Irving, y en un partido apretado en el que los locales se jugaban la posibilidad de seguir luchando por estar en los Playoffs, Gordon Hayward consiguió un 60% de acierto en tiros de campo, siendo todavía suplente, aunque se quedó en 12 puntos. No obstante, el momento que cerró la noche fue su tiro ganador que permitía lograr una diferencia de dos puntos en el luminoso y poner fin al partido de manera definitiva.

Para poner la guinda en el pastel, los Celtics se apoyaron en un gran esfuerzo de su banquillo y de su gran estrella, Kyrie Irving, para vencer a su máximo rival histórico, Los Ángeles Lakers, que también llegaba en un momento pésimo, aunque todo cambia cuando se trata de todo un clásico como lo es este enfrentamiento. Por estas razones y muchas otras, Hayward ha sido capaz de sacar a los Celtics de una dinámica muy negativa que estaba afectando al vestuario y que parecía ser el inicio de una catástrofe que estaba por venir. Sin embargo, ganando terreno sobre todo en lo emocional y mental, el All-Star de los Celtics ha logrado que los aficionados recupere la ilusión, aunque solo sea por una semana, de que aún son candidatos a pelear por el título contra Golden State Warriors o cualquier otro rival que salga de la Conferencia Oeste.