Kristaps Porzingis, Karl Towns y el gran foco de Nueva York

El efecto NY tapa al número 1 del Draft

Fuente de la foto: Yibada
Fuente de la foto: Yibada

With the fourth pick in the 2015 NBA Draft the New York Knicks select Kristaps Porzingis

Todos sabemos lo que pasó en ese momento. Con Towns, Russell y Okafor ya seleccionados, llegaba el turno de los New York Knicks. Adam Silver anunciaba que los de la Gran Manzana elegían al letón, a Kristaps Porzingis. La reacción llegaba desde la grada, los fans knickerbockers abuchearon la elección de forma contundente.

Sinceramente me sorprendió, a mi y a la mayoría de seguidores de la NBA. Cierto es que Porzingis impresionó en los workouts, pero en su día lo hicieron Darko Milicic o Andrea Bargnani. Dudaba de su futuro como súper estrella, tenía las cualidades para ser grande, las mismas para ser un pufo. Además de poca experiencia, por no decir muy poca, en Europa con el Sevilla. Incluso los freshman universitarios llegaban más preparados.

Pero el letón se ha encargado de ir callando bocas: la mía y la de todos los fans de los Knicks que le abuchearon ese día. Me esperaba a un Kristaps con menos relevancia a corto plazo, desde luego, chocándose de lleno con el ‘rookie wall’.

El power-forward promedia 13.7 puntos, 9.3 rebotes y 1.9 tapones. En este último mes ha jugado más minutos, va controlando el problema de las faltas, y tira mejor desde el exterior. Además frente a Houston Rockets sumó 24 puntos, 14 rebotes y 7 tapones, cifras que Tim Duncan fue el último rookie en conseguir.

Pero entonces entra el factor Nueva York. Esa ciudad gigantesca, llena de luz y color, y prensa, sobre todo mucha prensa. Todo lo que pasa en la Gran Manzana se magnifica, ha pasado siempre y seguirá pasando. Una ciudad experta en levantar figuras para después hundirlas. Ejemplos claros los tenemos en Jeremy Lin y la famosa Linsanity; o en un Tim Hardaway Jr. que de no tener ese apellido y no jugar en Nueva York no habría sido ni la mitad de conocido. Y si no solo hay que fijarse en que ahora mismo Lin, después de pasar por los Lakers, pasó de no ser nadie a firmar contratazos; mientras que Hardaway apenas juega en los Hawks y hace unas horas le han asignado a la Liga de Desarrollo.

Ese factor Nueva York llega a todo, llega a Porzingis. Ahora cada canasta del letón levanta a las gradas de un Madison que hace seis meses le abucheaba, cada actuación de dobles-dígitos se vende como un partido impresionante, cada tapón es una locura y ni mencionar sus ya mundialmente famosos putbacks. No digo que sea malo, es algo que va en el ADN de los grandes mercados. Nueva York y Los Angeles aquí se llevan la palma. Pase lo que pase en los equipos de estas ciudades, la prensa lo muestra al mundo con una lupa encima. No es malo, pero puede que dejemos de prestar atención a otros elementos.

Uno de ellos, sin ninguna duda al primer damnificado del hype de Nueva York con Kristaps Porzingis, es Karl-Anthony Towns. Era mi jugador favorito en NCAA la pasada temporada y es mi jugador favorito de esta camada. Su evolución y dominio con 20 años sólo conducen a la conclusión de que estamos ante el próximo dominador de la liga si todo sigue su curso. Ni una sola laguna en su juego, tanto ofensivo como defensivo. Capaz de hacer de todo, con un físico y una inteligencia privilegiadas para un jugador de su altura.

Al tratarse de rookies las estadísticas convencionales me dicen menos que las sensaciones al verles en pista o las estadísticas avanzadas. Sin duda Porzingis tiene un talento natural para la ofensiva, pero el juego completo y dominante de Towns me gana.

El jugador formado en los Wildcats apenas tiraba hace un año, ahora su tiro a media y larga distancia es realmente fiable y ya ha establecido una sociedad con Ricky Rubio en el pick-and-pop. También demuestra que su rango de tiro llega al triple aunque sus porcentajes sean algo bajos con un 30 por ciento, aún así es un tiro que apenas ha intentado en su carrera. Con sus casi siete pies y su potente cuerpo, es complicado de frenar cuando se dirige al aro. Cuenta también con una prodigiosa visión de juego que le permitirá ser un arma generadora desde el poste. En el costado defensivo es el rookie que más tapona, con 2.2 rechaces por encuentro, y según el índice de rim protection de Nylon Calculus permite sólo un 44 por ciento de acierto a sus rivales cerca del aro. Esta cifra es de élite con los números de jugadores como Hassan Whiteside, Tim Duncan, Festus Ezeli o Timofey Mozgov.

Porzingis tiene cualidades, como su altura o sus brazos, que le permiten un arsenal ofensivo fuera del alcance de la gran mayoría. Pero no tiene ni la visión de Towns ni su defensa, ya que a pesar de que coloque muchos tapones sólo defiende el 29 por ciento de los tiros posibles cerca del aro cuando está en pista, de los cuales permite a sus rivales un 48 por ciento de acierto.

No quiero convenceros de que Karl Towns es mejor que Kristaps Porzingis, aunque lo sea. Pero el foco bajo el que está Porzingis, uno muy grande como es el de Nueva York, desvía muchas miradas de una ciudad fría y poco apetecible como es Minnesota, donde crece el próximo dominador de la NBA.